Poco falta para que el invierno se marche del Himalaya y ya son muchas las expediciones (53 al Everest sin ir más lejos) que se han puesto en marcha para la temporada primaveral, incluyendo la de Edurne Pasabán, que marchará en busca de su décimo ochomil hasta los pies del Dhaulagiri, acompañada por Iván Vallejo, que tratará de coronar su última cima dentro de los 14 ochomiles. Ambos plantarán el Campo Base con una motivación y una ilusión excelentes, en el caso de Iván por tener la oportunidad de llevar a cabo un nuevo intento a una cumbre que ya se le ha resistido y en el caso de Edurne por la posibilidad de alcanzar a Nives Meroi (que permanecerá un tiempo inactiva debida a la lesión que sufría durante el intento invernal al Makalu) y a Gerlinde Kaltenbrunner, ambas con el décimo ochomil en el zurrón.
Gerlinde, por cierto, intentará el Dhaulagiri al mismo tiempo que Edurne, aunque la última cuenta con la inestimable ventaja de ir acompañada por un equipo de excepción compuesto por Mikel Zabalza, Ferrán Latorre, Alex Txicón y Asier Izaguirre. El equipo de Al Filo de lo Imposible no contará esta vez con Juanito Oiarzabal para la cima del Dhaula, éste partirá hacia el Makalu, donde compartirá CB con Carlos Soria.
Iñaki Ochoa también tiene planes para esta primavera. Recuperado de la lesión de rodilla que le mantuvo lejos de la acción durante el invierno, Ikañi llegará pronto a Katmandú para ultimar los detalles del que será su intento a la Sur del Annapurna. Además podría adquirir un permiso para Kanchenjunga, con el que, si la montaña lo permite, podría completar los 14 ochomiles. Habrá que esperar a ver como evoluciona su pierna en la altura, aunque Iñaki ya se ha probado escalando el Kilimanjaro recientemente.
Iñaki compartirá la montaña con Piotr Pustelnik, Peter Morawski, Peter Hamor y probablemente con una expedición americana.
Habrá, durante la temporada, más expediciones que merecen mención especial, como la de Katja Staartjes, primera holandesa en coronar el Everest, que formará equipo con otra mujer y tres hombres para tratar de hollar la cima del Shisha Pangma, sin oxígeno artificial y sin la ayuda de sherpas de altura.
El Everest, ahora que se han reducido los permisos debido a las acciones Chinas para proteger la montaña (hasta los Juegos Olímpicos al menos), vivirá la llegada de «solo» una cincuentena de expediciones, contando con la que organzarán los chinos para subir la antorcha olímpica hasta la cumbre. Y es que la imagen que China dé durante los Juegos será la que rija en la opinión mundial, a pesar de las atrocidades que se cometen en dicho país cada día.
Más del Everest
Al menos el Everest podrá aún vivir horas mágicas gracias a la expedición que el Equipo Nacional kazajo ha puesto en marcha; la travesía Lhtose-Everest, un viejo sueño de alpinistas como Simone Moro o Denis Urubko. El equipo, que será capitaneado por Ervand Tikhonovich Iljinsky, planea ascender el Lhotse (8.516 m) por la ruta normal de la vertiente Sur, descender por el Corredor Sur hasta los 8.000 metros y ascender el Everest (8.848 m) por su vía clásica. Un proyecto mucho más que serio que podría convertirse en la actividad del año en el Himalaya.
El Techo del Mundo, además, acogerá un buen puñado de actividades relevantes. Los brasileños Paulo y Helena Coelho intentarán la cumbre sin ayuda de oxígeno suplementario ni sherpas de altura y Marc Batard, sin O2, y Joby Ogwyn pugnarán por el récord de velocidad de la montaña. También se ha puesto en marcha una expedición femenina, formada por Helena y Daniela Teixeira, que planea alcanzar el punto más alto del planeta sin utilizar las botellas de oxígeno.
También los decanos del Himalaya tratarán de coronar la montaña. El nepalí Min Bahadur de 77 años competirá con Yuichiro Miura, japonés de 74, y Boris Koshunov, ruso de 73, por ostentar el ascenso con más edad del Everest.
Aún es invierno
Pero aún es invierno en el Karakorum y Simone Moro no se ha rendido en el Broad Peak, a pesar de que cada vez la cima se muestra más esquiva y la montaña más peligrosa. Simone planeaba un intento para el domingo 2 de marzo, frustrado de nuevo por el viento: «Habíamos realizado un ascenso muy rápido con el fin de preparar un ataque definitivo a la cima, pero un viento increíblemente fuerte se ha levantado en el Campo 2 y la tormenta ha sacudido nuestra tienda toda la noche. Casi salimos volando». Tras eso Simone regresaba al Campo Base.
«Aunque parezca mentira todavía tenemos fuerzas y motivación para seguir intentándolo. La previsión indica que se acerca buen tiempo, ¿por qué no?», concluía el italiano, que de forma admirable persiste en el Broad Peak, lidiando con una temporada absolutamente inclemente. Además, Simone, nos anunciaba que para mediados de este mes tendrá listo su segunda obra; un libro de gran formato en el que recoge fotografías de sus más de 36 expediciones al Himalaya y en el que trata de resumir la historia de la exploración en los ochomiles. El libro saldrá en italiano y en inglés e incluirá todas las rutas escalables de todas las vertientes de los ochomiles. Simone combina su aventura editorial con la invernal y esperemos que ambas lleguen a buen puerto.