Después de 49 días de expedición, Simone no pierde la energía ni el buen humor que le caracteriza. Llevan varios días descansando en el campo base tras el reciente intento a cima en el que estuvieron muy cerca de los 7.000 metros. Para volver a intentar la cima necesitan que el meteorólogo Karl Gabl pronostique no sólo buen tiempo sino también poco viento. Ahora, con rachas de hasta 100 km por hora, nos comenta que la sensación térmica es de ¡70 grados bajo cero! Esta es la conversación que ayer mantuvieron con Simone Moro, Darío Rodríguez -director de Desnivel- y Héctor Fernández, director del programa de radio Al primer toque, en Onda Cero
“Es un juego de esperar y esperar… pendiente siempre de las condiciones meteorológicas”.
“Tengo tiempo hasta el 21 de marzo y David hasta el día 4 que le caduca el visado, pero parece que tiene posibilidades de alargarlo. Espero que podamos hacer otro intento serio en las dos próximas semanas. Los fuertes vientos van a durar unos 4 o 5 días todavía, después esperamos que mejore el tiempo…”
«La sensación térmica a ochomil metros ha llegado a los -70ºC».
Una de las causas por las que tuvieron que descender cuando estaban casi a siete mil metros fue ese viento. “Pero también el frío”, nos confiesa el italiano. “La sensación térmica a 8.000/8.500 metros (con el viento añadido) es de -70ºC según los partes meteorológicos. Es una locura. Normalmente la temperatura ronda los 40 grados bajo cero, fría pero manejable. El viento de entre 40 y 80 kilómetros por hora hace que la sensación térmica llegue a niveles inhumanos. Continuar una escalada en estas condiciones sería un acto de heroísmo loco”.

«El Nanga Parbat son dos montañas, una encima de la otra».
En su ascensión al Gasherbrum II en invierno, Simone Moro, Denis Urubko y Cory Richard partieron del campo base con mal tiempo sabiendo que tenían una ventana muy corta de buen tiempo para alcanzar la cima. Funcionó. Alcanzaron la cima con buen tiempo pero nada más comenzar el descenso les rodeó el mal tiempo. En la entrevista que mantuvimos ayer con Simone le preguntámos si en el Nanga Parbat también se plantean esta estrategía de intentar la cima con una previsión de buen tiempo corta y a varios días vista: «Hay diferencias importantes con el Gasherbrum II. En el Nanga el desnivel es enorme (el campo base está muy bajo) y el recorrido es mucho más complicado. El Nanga Parbat son dos montañas, una sobre la otra. No está protegida por otras montañas y cuando llega el viento, lo hace directamente. La velocidad también es parte de la estrategia. En el último intento llegué del campamento base al campo 2 al campo 1 en 2 horas y 28 minutos cuando normalmente son dos días es un día. Velocidad es hablar de cinco días en el Nanga Parbat.”
«Las posibilidades de ascender un ochomil en invierno son, como máximo, del 15 o 20%».
Simone nos explica las diferencias entre una ascensión en verano y otra en invierno: “Las posibilidades para subir una cumbre en invierno son, como máximo, del 15 o 20%, lo que evidencia que más que una prueba deportiva nos encontramos en una auténtica expedición. Pero esto es una motivación para cualquiera cuyo sueño sea aparentemente imposible. Lo más importante es intentarlo. Es un auténtico juego psicológico que te puede matar, pero cuando regreso de una expedición como ésta, con o sin cumbre, tengo la garantía de que los otros problemas que pueda tener van a ser menos graves”.
«El cocinero de los polacos fue testigo de la matanza de las once personas que tuvo lugar en el campo base del Nanga».
Tras el trágico asesinato de once alpinistas el pasado verano en el campo base del Nanga Parbat, las medidas de seguridad por parte de las autoridades pakistaníes son máximas. Las expediciones de The North Face y de los polacos están protegidas por soldados armados que se encuentra al principio del valle que lleva al campo base. Le preguntamos a Simone si están preocupados por su seguridad ante un posible nuevo atentado terrorista: “Los militares están en este momento en la base del valle controlándolo todo. En la vertiente en la que nos encontramos, el Rupal, está todo muy tranquilo. Respecto a lo que ocurrió, el cocinero del equipo polaco es uno de los supervivientes de aquel atentado terrorista y me explicó su experiencia. Con el teléfono satélite tengo contacto con Daniele Nardi, el amigo italiano que está al otro lado del Nanga Parbat; me cuenta que por allí las cosas son un poco más peligrosas. En realidad el peligro es el mismo que el que puede tener alguien que coge el metro de Londres. La gente local de aquí sobrevive a base del turismo, y no son ellos quienes cometieron aquel ataque. Con el destacamento militar que hay ahora mismo velando por nuestra seguridad, dudo que si los terroristas quisieran hacer algo similar llegasen aquí. Yo me siento seguro.”
«Si no lo consigo este año, regresaré el próximo».
Si se tuviese que marchar sin hacer cumbre, no sería una desgracia para Simone. “Si después de cincuenta expediciones estoy vivo, no es por tener suerte sino porque sé que ante un gran peligro hay que dar la vuelta. Si no lo consigo este año, regresaré el próximo. La montaña está aquí y tengo otros sueños”.