“Si hasta nos abrazamos en los vivacs cuando hace frío”, bromeaba Eneko ante el público que llenó ayer [5 diciembre] la sala del centro cultural La Torre, en Guadarrama, y es que ambos hermanos coinciden en que su fortaleza como tándem está en su concepción “clásica” de cordada, en la que cada uno conoce muy bien su papel y actúa con complicidad y total falta de competitividad entre ellos, “en contraposición al creciente individualismo y el fomento de la competitividad que se vive hoy en día en la sociedad, y que también ha llegado a la montaña”, comentaban en en el coloquio final con el público, tras repasar sus dos décadas de experiencia en las paredes.
La constante búsqueda del “más difícil todavía”
Una trayectoria en la que concedieron valor a la herencia montañera recibida de sus padres, que desde muy niños les inculcaron el gusto por el monte. Desde que se propusieron aunar sus grandes pasiones “la escalada, la montaña y los viajes” y convertirlo en su modo de vida, han ido acumulando decenas de experiencias difíciles de condensar en pocas palabras.
Lo hicieron con una proyección de casi dos horas de duración, con una estructura cronológica en la que fueron dando pinceladas de sus logros más destacados, como el proyecto “7 paredes, 7 continentes” que llevaron a cabo desde 2003 a 2008, escalando una vía en El Capitán, el Uriellu, el Tsaranoro, el Totem Pole, la Torre del Trango, el Fitz Roy y paredes vírgenes de la Antártida… También hubo espacio para su experiencia con el psicobloc (en Mallorca, Brasil, Colombia, Chile…), la apertura de Orbayu al Urriellu (“la pared que más nos gusta”) en 2009, la dedicación de Iker a la deportiva (con sus encadenamientos de Demencia Senil o Nit de Bruixes, ambos 9a+ en Margalef)…
Y no faltaron las imágenes acordes a los espectaculares escenarios en los que han desarrollado proyectos como “Lo más difícil de Los Alpes” en el verano de 2011, con la escalada de las vías Solo per vechi guerreri, Pan Aroma y Zahir, que completaron con entrevistas a aperturistas destacados (Manolo Zanolla, Alex Huber y Beat Kammerlander), reivindicando de esta forma la historia de cada vía. O su apertura de cuatro vías en Baffin junto a Hansjörg Auer en una expedición en la que estuvieron dos meses incomunicados o, más placentero, su viaje a Río de Janeiro, donde liberaron duros proyectos del Pan de Azúcar, o su apertura de 1.000 metros ruta por la cara sur del Mont Blanc junto a Hervé Barmasée, pisando la cumbre de esta emblemática montaña alpina veinte años después de hacerlo por primera vez junto a su padre…
Aseguran los Pou que esta obsesiva búsqueda del más difícil todavía no responde a presiones de los patrocinadores, “somos guerreros, siempre estamos imaginando nuevos retos”, responde Eneko a una pregunta del público, “para cuando vamos a hablar con los patrocinadores ya tenemos tres proyectos distintos en mente”.
Un estilo de vida sin final a la vista
Aunque no desvelaron sus proyectos inmediatos, sí tienen claro su futuro próximo como escaladores profesionales: “No le vemos límite a esto”, comentaba Eneko, “quizá cuando veamos que nuestro nivel deportivo ya no es el que nos gustaría para determinadas actividades, tiraremos más por el terreno de la exploración”. Y añade Iker: “Ojalá dentro de otros 20 años podamos volver a Guadarrama para presentar una proyección de nuestros 40 años de escalada…”
Hoy, en el Centro Cultural La Torre de Guadarrama (Madrid), conferencia de Silvia Vidal a las 19.30 h