Para Fabio Palma, Infinite jest (nombre inspirado en la novela de David Foster), merece estar entre las vías de libre en pared más exigentes del mundo. Así nos lo aseguraba en uno de los comentarios al artículo que publicamos la semana pasada: Las tapias más duras del mundo: “Coelophysis y la reciente Infinite jest resultan mucho más duras que Zahir. Sus grados máximos son 8a+ y 8b, pero son retos mucho mayores y más duras” (precisamente esta cuestión —grado de dificultad-dureza del conjunto de largos— es una de las cuestiones que analizábamos en el citado artículo).
Fabio sabe bien de lo que habla, ya que, junto con su compañero de club, el mítico Ragni di Lecco, Matteo della Bordella, abrieron Infinite jest, paralela a Coelophysis (ruta abierta por los mismos escaladores y Adriano Selva) en la cara sur del Mähren, uno de los muros más aislados del temido Wendenstock (Suiza). Matteo encadenó todos los largos, proponiendo una dificultad máxima de 8a+/b en la quinta tirada y un 8a/a+ en la 15ª. El resto de largos: L1 6a, L2 7b, L3 7b, L4 7a, L5 8a+/8b, L6 transición, L7 7a, L8 7b, L9 y L10 transición ,L11 7a+, L12 V-, L13 6c, L14 6c, L15 8a/a+, L16 6c+ y L17 7a+.
Técnico y expuesto
“Esta vez resultó muy duro”, escribe Matteo Della Bordella. “Por un momento temí que este año la liberación se nos fuera de las manos, así que poder escalar la vía en el día fue para mí una gran sorpresa y satisfacción”.
“Infinite jest es más exigente que Coelophysis. Aunque el grado obligado no es exageradamente alto (Non è un paese per vecchi y Il mito della caverna tienen tramos obligados más difíciles), Infinite cuenta con bastantes largos entre el 7a y el 7b que no deben ser subestimados, ya que el estilo de escalada es muy técnico y las largas distancias entre las protecciones no permiten una escalada rápida. Así que aunque “solo” se trate de 17 largos, hacerlos en el día resulta bastante duro. También debo decir que es un poco peligroso”.
Sobre el grado, continúa Matteo: “Es la ruta larga más dura que yo he escalado. Es muy difícil dar un grado. Sé que hay que cotar igual en una vía de montaña que una de escuela, pero hay que tener en cuenta otros factores que te despistan a la hora de hablar de números en una pared. Por ejemplo, una reunión incómoda que no te permite reposar bien, ¿cómo afecta al encadenamiento? ¿Y las distancias entre seguros? ¿Y el cansancio a cumulado de 15 largos? A veces nos encontramos en plena forma, pero cómo cambia ese estado de forma en estas circunstancias?