Cuando en los noventa, una nueva generación de escaladores daba el salto en la deportiva, imponiendo el nivel físico y llenando páginas de revistas, dejaban atrás un buen puñado de leyendas, entre ellas Patrick Edlinger. Nacido en 1960, de look cuidado y estilo de vida representativo de una década, la de los 80, el francés convirtió a la vecina Galia en el centro mundial de la escalada.
Las películas que rodó junto a Jean Paul Janssen -La vie au bout des doigts y Ópera vertical, donde se le ve en solo integral en vías de varios largos- lanzaron la nueva imagen de escalador moderno, despertando el interés de medios que nada tenían que ver con la montaña.
Fue más su ética respetuosa, aunque los logros deportivos fueron extraordinarios, llegando a alcanzar el 8c y el 8a+ a vista, lo que le convirtió en el escalador más emblemático de toda una generación de «viejos dinosaurios». Su apodo, Dios.
Patrick es el padrino y el impulsor del célebre manifiesto Climbing Attitude -una lista de comportamientos éticos para los escaladores reconvertido a asociación para la conservación de los espacios de escalada- y recientemente, el 6 de diciembre, estuvo presente en el homenaje a la sala Le Mur en Lyon. Diez años de escaladas y entrenamientos, ahora gestionados por François Petit, que bien merecen un reconocimiento.
¿Por qué acudir al décimo aniversario de Le Mur?
Fui invitado en calidad de «padrino» de la Climbing Attitude y tenía interés en representarla. Soy voluntario en este proyecto, escalo desde hace 35 años y era para mí una manera de devolver el favor apadrinando este tipo de acontecimiento.
¿La Climbing Attitude está a la altura de tus esperanzas? ¿Piensas que ha habido avances reales en la actitud de los escaladores desde que se creó esta asociación?
En realidad es un movimiento que no ha hecho más que empezar pues sólo tiene un año de existencia. Pienso que es un poco pronto para hacer balance, pero se observa cierto entusiasmo por él.
¿Cuáles son los proyectos actuales y a más largo plazo de Climbing Attitude?
Intentamos sensibilizar a la gente hacia el civismo, pero sin pretensiones. Queremos dirigirnos a los jóvenes que no han tenido la misma educación que nosotros en lo que a cultura de escalada se refiere. Sobre el terreno organizamos jornadas de limpieza, pero sin obligar a la gente, ésta no es nuestra meta.
¿Qué proyectos personales tienes?
¡No hago más que escalar! He escalado demasiado para parar ahora. Y, lo que es mejor, ¡continúo progresando!, algo que rebasa mis expectativas (se ríe). También me ocupo de la educación de mi hija, algo que me lleva bastante tiempo.
Hace algún tiempo que decías en televisión que tenías intención de hacer una vía de 9 ¿en qué quedó eso?
Sí, sigue siendo uno de mis objetivos que no estuve muy lejos de realizar el año pasado. Este año apenas pude hacer algunos intentos debido a problemas de salud. Durante el verano estuve escalando en Suiza con Dave Graham quien me mostró algunos proyectos. Por el momento prefiero no revelar los míos. Tengo tres proyectos de 9a y es lo que realmente me motiva para continuar escalando y madrugar.
Pienso que sólo si uno se fija objetivos ambiciosos como éstos se puede avanzar.
¿Una última palabra?
Me gustaría que todo el mundo experimentara el mismo placer que yo cuando escalo.
Edlinger, en solo y descalzo
Entrevista cortesía de Joakim El Anhari (Kairn.com)
Traducción: Sergio Prieto