Hay un fuego que arde cada año o prefiero pensar que lo prendemos y cuidamos cada otoño y se alimenta hasta el 15 de junio donde luego, los rescoldos, siguen alumbrando todo el verano.
Ese fuego, el Premio Desnivel de Literatura, nos invita a sentarnos alrededor y esperar (como en cualquier hoguera) que broten las historias.
Este último año nos ha hecho más conscientes de la necesidad de definirnos dentro de una comunidad, de nombrar a la tribu, de hacer una toma de conciencia para generar espacios de cuidado y creación y esperanza. El Premio Desnivel, la hoguera en la que ahora nos sentamos más de 140 participantes, además del equipo de Desnivel y de las gentes que nos siguen, intenta ser parte de ese espacio.
Y a esta fogata han venido gentes de todos los rincones del mundo con algo interesante que contar, hablan de ecofeminismo y de viajes iniciáticos. También de viajes a lugares lejanos, al borde del mundo para cambiarlo o entenderlo o transitarlo… y el poder de la licencia literaria y la intimidad de la hoguera permiten viajes a través del tiempo y también viajes fantásticos, e incluso viajes dentro de una misma. Y se oyen muchas historias de montaña, que nos escala, nos recorre, nos reta, algo de la pandemia que inevitablemente nos atraviesa y sorpresas inesperadas que nos encienden las alas. Puede que, como dice uno de los participantes, «quizá debemos reaprender casi todo».
Y desde este reaprender, como si fuese la primera hoguera de nuestras vidas allá en una noche estrellada de quién sabe cuándo, el fuego de vuestras historias y vuestra confianza arde hoy con fuerza, y nos brotan palabras de agradecimiento: gracias a todas las que os acercáis de una u otra manera. Gracias a cada participante por alimentar el fuego y acortar la noche con vuestros relatos.
Vamos a pasar un verano entretenido leyendo en profundidad todo lo que nos habéis regalado. Os iremos contando, compartiendo un poquito de lo que vamos andando desde este lugar privilegiado, hipnotizadas frente al fuego.
¡Mucha suerte! No os olvidéis que a finales de septiembre se hará público el fallo del jurado en nuestra web.
Y mientras tanto, como cuenta uno de los manuscritos:
«Seremos un rayo de sol con el sol; el viento, con cada soplo; minerales, con las rocas sobre las que nos apoyamos. ¿Dónde se separan el calor del sol en la cara, de nuestra piel? No, ya no hay separación, ni tampoco en nuestro aliento con el viento».
Extracto de manuscrito presentado al premio desnivel 2021