Aún no se saben muy bien las causas, pero lo cierto es que una parte de la cara oeste del Dru no podrá volver a ser escalada nunca más. El tremendo derrumbe, que ha afectado a todo el Pilar Bonatti (resuelto hace sólo cincuenta años), ha acabado con clásicas vías, como la Destivelle, la Directísima americana (abierta por Robins y Harlin in 1965), o la Directísima francesa.
No es la primera vez que grandes desprendimientos asolan la cara oeste de la montaña alpina. Ya en 1997, 2001 (con 30.000 m3 de roca desprendida) y en 2003, la caída de enormes rocas alteraron la faz del Dru. Los expertos aseguran que todo es consecuencia de la estructura interna de la montaña, que es de «estructura frondosa» y, lo que es peor, que hasta 600.000 m3 más de roca podrían desprenderse en el futuro, aunque no pueden predecir cuándo. Consideran que la avalancha de roca sufrida este año es de «sólo» 200.000 m3.
No toda la cara oeste se ha visto afectada por el derrumbe. La parte de la pared en donde está la célebre Directa americana está todavía allí, pero los expertos han avisado de que puede venirse abajo pronto. Además, también la cara norte puede verse afectada por los posibles futuros derrumbes, caso de producirse, dada la proximidad con la cara este. Así que los que tengan previsto acercarse a la mítica pared este verano…¡ojo!