Este es el texto publicado en SOS Himalaya-Fundación Iñaki Ochoa de Olza, en el que Jorge Egocheaga resume la situación que están viviendo y el intenso trabajo realizado estos días.
«13 horas diaras trabajando»
«Bueno amigos, después de muchos días sin parar, de no tener apenas conexión con el extranjero, y de estar literalmente 13 horas diarias sin parar trabajando, hemos encontrado un huequín para contaros a todos aquellos que vemos, estáis preocupados por saber.
Desgraciadamente el terremoto nos pilló dentro del aeropuerto antes de salir para las aldeas remotas de la zona del Makalu donde teníamos pensado hacer un campamento medico.Al final, aeropuerto cerrado. Vuelosnacionales e internacionales cancelados.
«Hemos tenido que pelear como bestías para que nos dejaran sacar del aeropuerto los 60 kilos de medicinas y material quirúrgico donado»
Atrapados en Katmandú, sin poder salir, cargados con 60 kilos de medicinas y material quirúrgico donado (que se dice pronto, y que hemos tenido que pelear como bestias-no es mentira-para que nos lo dejaran sacar del cargo aéreo bajo «sobre» de unos cuantos miles de rupias nepalís-valga la ironía) decidimos actuar y no quedarnos parados (madre mía, con la de desgracia continua ante nuestros ojos)
Nos levantamos por la mañana muy pronto, colocamos las medicinas en el coche y nos marchamos a zonas desprotegidas de las afueras de Katmandú, donde mucha gente no ha podido ser atendida, o bien ya atendida, tienen unas infecciones tremendas por la falta de higiene y medicinas.
«Los tres primeros días ha habido 104 réplicas del terremoto y aún siguen…»
Estamos asistiendo a cientos de personas hasta que se hace de noche y no hay luz por lo que tenemos que recogerlo todo, meterlo en los coches y volver a casa (que es la pequeña, humilde y confortable choza de nuestro hermano y encargado de SOS Himalaya en Nepal, Mingma Dorgee Sherpa, ya que debido a las constantes replicas -104 los tres primeros días y que aún a día de hoy siguen- se configuraba como el sitio mas seguro y protegido en el que quedarnos). Caemos rendidos hasta el día siguiente y vuelta a empezar.
Aquí se necesita mucha, mucha ayuda.
Estamos asistiendo anonadados a todo esto.
«Intentaremos no defraudaros y ser vuestras manos aquí»
Es increíble la miseria humana. No tiene límites.
Miles de personas han perdido sus familias, sus casas. Duermen en las calles rodeados de basura y miseria. Las carreteras están destruidas y no llegan alimentos básicos y agua a lugares remotos, cercanos o al propio Katmandú.
No nos gustan muchas cosas que vemos, pero se necesita mucha ayuda y aquí vamos a seguir.
Muchas gracias a aquellos que han colaborado. Lo que hagáis vosotros, nosotros somos los que lo llevamos aquí.
Nosotros intentaremos no defraudaros y ser vuestras manos aquí.
Quienes queráis colaborar con SOS Himalaya-Fundación Iñaki Ochoa de Olza aquí tenéis como hacerlo.