Hans Kammerlander ya se encuentra en Nepal y de camino hacia el campo base del Manaslu (8.163 m). Lo acompaña Stephan Keck como compañero de cordada, además de un equipo de filmación que tiene el objetivo de captar las últimas secuencias del documental Manaslu – montaña de almas, que narrará la azarosa trayectoria del alpinista surtirolés y que debería poder estrenarse en la gran pantalla para otoño de 2018.
Una vida de película
Lo cierto es que en el argumento, como se suele decir, la realidad supera a la ficción. La vida de Hans Kammerlander está plagada de altibajos. Se dio a conocer en los años ’80 como el último compañero de cordada de Reinhold Messner, con quien este último terminó los catorce ochomiles. En 1983, le iniciaba en el Cho Oyu, abriendo ruta por la cara oeste, junto con Michel Dacher. En 1984, compartieron la histórica primera travesía de dos ochomiles, al enlazar en estilo alpino el G2 y el G1. El Dhaulagiri y la apertura de la ruta de la cara noroeste del Annapurna llegaron en 1985. Y el Makalu y el Lhotse, cayeron en 1986, a toda prisa porque venía Kukuczka (quien finalmente acabó los Catorce en 1987). Con el Lhotse, Messner terminaba la colección.
Kammerlander se quedó sin compañero –Messner había prometido a su madre no regresar a las grandes montañas–, pero siguió su propio camino, repartiendo su tiempo entre ochomiles y escaladas difíciles. Como la del Cerro Torre por la Maestri en 1988 en 17 horas, en su momento la escalada más rápida. A los ochomiles, varios en autonomía, le añade descensos con esquís como hizo en el Nanga Parbat, Broad Peak (desde 7.000 m), Everest o Kangchenjunga (desde 7.500 m). Su ascenso al Everest en 1996 fue de récord: 16h40m desde el CBA (6.400 m) de la vertiente tibetana, un tiempo que ni tan siquiera Kilian Jornet ha sido capaz de rebajar.
En 2001 después de escalar su decimotercer ochomil (en realidad, el 12º), el K2 por la ruta Cesen con Jean-Christophe Lafaille, declaró que lo dejaba y que no terminaría los Catorce porque no volvería al Manaslu, donde fallecieron sus amigos. Una decisión parecida a la que tomó Gerlinde Kaltenbrunner en 2011, quien sólo volvió al K2 por la cara norte porque no quería ver de nuevo la cara sur donde cayó ante sus ojos Fredrik Ericsson. De hecho, el surtirolés tampoco irá por la misma cara norte que en 1991, sino que lo hará por la cara sur
Su K2 quedó en el historial de Kammerlander como final -temporal- de una etapa, mientras abría otra. A continuación, escaló el Ama Dablam para la televisión, abrió una vía en el Nuptse Este (7.804 m) y tras dos tentativas en 2005 y 2006 consigue abrir vía en el Jasemba (7.350 m) en 2007 con varios compañeros. Posteriormente, se metió en el proyecto de las Siete Cimas y de las Segundas Siete Cimas, que anunció haber terminado en 2012, aunque posteriormente Christian Stangl le discutió que alguno de esos picos no era el segundo más alto de su continente.
Ese mismo 2012, se metió en un nuevo proyecto de los Cervinos del Mundo, con el objetivo de escalar las montañas más bonitas del planeta independientemente de su altura. Pero en 2013 su vida sufrió un traspiés importante, al verse envuelto en un accidente automovilístico en el que murió una persona cuando él conducía bajo los efectos del alcohol.
El Manaslu fuera de temporada
Por supuesto, Hans Kammerlander intentará ascender al Manaslu sin oxígeno artificial. Algo que debería ser lo más normal en esta montaña y que sin embargo su everestización durante esta temporada posmonzónica ha convertido casi en excepcional.
Para no encontrarse con expediciones comerciales y disfrutar de una forma más pura del Manaslu, Hans Kammerlander ha decidido elegir una época sensiblemente diferente de lo habitual. En lugar de ir en agosto para escalar en septiembre, ha ido en octubre para intentar la cumbre durante el mes de noviembre, ya a las puertas del invierno y con una cantidad menguante de horas diarias de luz que seguro marcarán la expedición.
A sus 60 años, esta es la expedición número 41 de Hans Kammerlander a Nepal. En su página web, él mismo señala que “esta vez es diferente. No me dirige un fin orientado al rendimiento, no hay pensamientos de un objetivo duro en mi mente, mi cabeza no alberga deseos de cazar una ruta nueva. El trabajo para la película estará siempre en el fondo. Por supuesto, quiero escalar el Manaslu, eso está claro, pero si al final no lo consigo debido a las condiciones, el mundo no se va a acabar”.
De momento, está previsto que en los próximos días el equipo llegue al campo base del Manaslu para empezar el trabajo en la montaña.
Lecturas relacionadas

Desnivel nº390
En este número: India: Exploración y aperturas en Zanskar. Conversaciones con Joan Cerdà. Ruta japonesa al Cerro Kishtwar. Deporti…

Hans Kammerlander Una vida entre la cima y el abismo
Por: Hans Kamerlander.
Hans Kammerlander logró éxitos impresionantes en las montañas más altas del mundo, pero su camino también se ha visto salpicado de…
- Etiquetas: Friedl Mutsclechner, Hans Kammerlander, Karl Grossrubatscher, Manaslu
1 comentario
Y todavía hay gente que dice que K Jornet ha abierto un nuevo estilo en el Himalaya. La ignorancia es atrevida.