“El momento para hacer el Ama Dablam es perfecto. Esto de hacer ochomiles está muy bien pero yo no soy un ochomilista, soy un alpinista. La gente se cree que los ochomiles son lo mío, pero yo voy a ellos porque tengo 76 años y es lo que me va mejor. Y porque me hace gracia hacerlo, porque tengo un patrocinador estupendo, porque estoy mandando un buen mensaje a mucha gente que cree que a mi edad es complicado hacer estas cosas… No cambio esta próxima expedición por nada, voy al Ama Dablam encantado”.
Esto decía Carlos Soria hace unas semanas sobre su expedición al Ama Dablam, una montaña de (6.856 m) que coronó el pasado martes junto al cámara y alpinista Luis Miguel López Soriano. Su viaje a Nepal también tenía una vertiente altruista. La cumbre ha llegado después de un trekking solidario bajo el sello de la ONG Ayuda Directa Himalaya, creada por miembros de su equipo tras el terremoto que afectó al país en primavera.
Después de hacer la cima en el Ama Dablam Carlos regresó al campo base y desde allí llamó a amigos y familiares en España. Hemos seguido el rastro de esas conversaciones y también hemos buscado la opinión de quienes mejor lo conocen.
Pedro Nicolás: “ Un proyecto por el amor y el ADN alpinista que mantiene intacto”
“Hay gente de la edad de Carlos a la que le cuesta bajarse de la cama y él se sube a una montaña difícil, exigente, con zonas de cuerda muy atléticas. Ha hecho un proyecto que busca el alpinismo por el alpinismo, por la belleza, por la cultura y la historia de la montaña, no es un ochomil más de la lista. A su edad, es fantástico que siga tirándose al suelo en un campamento, que siga escalando en una montaña con cierta exigencia técnica”.
“Carlos tiene una afición a prueba de bombas. La carrera de los 14 ochomiles es fantástica, pero en este caso ha hecho un proyecto por el amor y el ADN alpinista que mantiene intacto. Le sigue gustando como a nadie subirse a las montañas. Parece que no pase el tiempo por él, quizá no está igual de forma, pero sí de afición”.
“Me ha llamado desde el campo base para decirme que había puesto la banderita del Club Peñalara en la cima, el suyo de toda la vida, y eso es una prueba de amistad, de que se acuerda de mí. Él sabe que siempre hay un poco de envidia sana y trata de mantenerte vinculado al tema, eso es muy generosos, es un tío estupendo”.
Antonio Riaño: “El Ama Dablam es el premio al tesón”
“Su cumbre es una alegría que nos llevamos todos. Siempre lo digo: es mi amigo de la infancia y, cuando hace un ochomil, me alegro más que él. Es el premio al tesón. Él es el dueño y señor de su hazaña, pero a todos los amigos nos alegra muchísimo”.
“Estamos mirando a ver cuándo tiene un hueco y se viene con sus amigos al Pico Ocejón (2.046m), ¡5.000 metros más bajo que la montaña de la que vuelve! Estamos deseando que llegue para que nos cuente los dimes y diretes de la expedición…¡y llevarlo al Ocejón! (risas). No damos más de nosotros a esta edad y él se va al Himalaya… En cuanto llegue comemos en un restaurante, montamos en bicicleta y vamos al pico. Ya sabes, actividades con mucha enjundia. En realidad sé que él también disfruta en la expediciones con sus amigos, no es solamente un alpinista, también una gran persona”.
Sito Carcavilla: “No es un ochomil, lo que demuestra que lo que le gusta es subir montañas, sea cual sea su tamaño»
“Tengo mucha alegría, según ha llegado al campo base me ha llamado por teléfono. Ya sabes como es: no llama desde la cumbre, llama desde el campo base. Me ha dicho que había sido muy duro, que del campo 2 al 3 ha sido más difícil de lo normal, y que luego ha ido muy bien”.
“Me alegro mucho porque a él le hacía mucha ilusión subir esta montaña. No es uno de los ochomiles, lo que demuestra que al él le gusta subir montañas, sean las que sean, sea cual sea su tamaño. Me da pena no estar con ellos, asumo con deportividad no haber ido yo también, me basta con que me hayan dicho que se han acordado de mí”.
“Creo que le ha venido bien esta expedición. Cuando te planteas subir ochomiles el índice de éxito siempre es bajo. En estos últimos años solo ha podido hacer cumbre en el Kangchenjunga. Esta expedición la ha hecho porque quería y sin presión, estoy seguro de que ha disfrutado mucho. No digo que no disfrute también las otras, pero seguro que esto le da más ánimos. No los necesita…justo por eso: ¡ahora no va a haber quien le pare!”.
“Normalmente, los que están en la carrera de los ochomiles ni se plantean ir a otro monte. Pues él ha ido porque le gusta, y eso que para Carlos el tiempo es muy importante, sabe que está en tiempo de descuento desde hace muchos años. Eso demuestra que lo que le gusta es escalar montañas. Si acaba los ochomiles seguirá haciendo cosas de estas”.
Eduardo Martínez de Pisón: “Esta montaña es un plato refinado que le va como anillo al dedo”
“Carlos es lo que se merece. Además de ochomilista de 76 años, es un gran alpinista y escalador. Ha hecho cosas muy buenas toda su vida y este pico tan bello es el pico de un alpinista. Igual que lo es el Laila Peak, por ejemplo. Es un objetivo ideal para un gran alpinista, es una especie de plato refinado para él. No es un plato fuerte como subir al Annapurna pero sí es un plato refinado que le va como anillo al dedo. Demuestra que Carlos es un alpinista, una faceta que está detrás de la de ochomilista, algo que también tiene un mérito enorme, sobre todo a su edad”.
Sonsoles Soria: “Me sigue admirando que mi padre disfrute tantísimo”
“Estoy muy orgullosa de que mi padre haya subido tan bien y rápido. He hablado hoy [ayer] con él y estaba encantado. Decía que había sido precioso y muy duro, que la escalada no era tan fácil. Me sigue admirando que disfrute tantísimo, que acabe tan contento cuando hace una escalada como esta”.
“Ayer estábamos bastante nerviosos porque no sabíamos nada de ellos, sabíamos que habían ido a la cumbre pero no teníamos noticias. Por la mañana nos enteramos de que estaban bajando pero en el campo base no sabían si habían hecho cumbre. En realidad lo que a mí me importaba era saber si estaba contento”.
“Ahora hay tanta comunicación que hablamos casi todos los días. Como uno tarde un poco más te pones nervioso, que es lo que nos ha pasado. Pero hasta el último momento hemos estado tranquilos. ¡Estamos muy mal acostumbrados!”.
Ramón Portilla: “Esta expedición es un respiro de la presión de los ochomiles”
“Lo de Carlos es una pasada, en el Ama Dablam no estamos hablando de un ochomil fácil en el que hay que caminar. Aunque haya cuerdas, la montaña tiene tramos verticales un ambiente impresionante. Lo de Carlos es de quitarse el sombrero. Dice que se va, viaja y sube. ¡Ya le vale con 76 años! Hay que aclimatar, dormir en altura, la logística…”
“Esta expedición es un respiro de la presión de los ochomiles. Ha ido a pasárselo bien y aún encima ha hecho una labor solidaria. La historia es muy bonita la mires por donde la mires”
Carlos eres para mi una referencia a todos los niveles , tu ultima cima,,Ama Dablan, un logro estratosferico por tenacidad y por vocacion y amor por lel alpinismo de verdad . un abrazo
Grande Carlos, muy grande.
enhorabuena carlos. fantastico que aun tengas esa ilusion por subir a la montaña. te deseo lo mejor.
Grande Carlos! sea en el Amadablan, sea en un 8000, o sea en la Pedriza siempre se te haciendo las cosas con ganas, a pesar de lo duro que resulta muchas veces. Para mi es admirable.
ojo con el resumen inicial del artículo. La frase de Carlos Soria no fue: » yo no soy un ochomilista, soy un alpinista»? Muy buena frase, buen espíritu, y buen ejemplo extrapolable a otras escalas