No hace ni un mes que Sean Villanueva deslumbraba al mundo roca con su tremenda Moonwalk traverse en el macizo del Fitz Roy. El escalador belga ya comentaba en una entrevista publicada la semana pasada en Desnivel.com que todavía tenía un montón de cosas que le gustaría hacer. Al día siguiente, se lanzaba a por una de ellas con Jon Griffin. El resultado lleva por nombre La Chaltenense (500 m, 7a).
Dos expatriados
Sean Villanueva ya explicó que llevaba más de un año en Patagonia debido, en parte a la pandemia. El confinamiento y las restricciones a los viajes por la epidemia de Covid lo sorprendieron en El Chaltén y, en lugar de buscar la manera para regresar a casa, prefirió aprovechar la ocasión y permanecer cerca de las montañas.
Jon Griffin ha vivido un caso similar. El estadounidense también ha pasado el último año en El Chaltén por la cuestión pandémica y, juntos, decidieron encordarse para intentar una línea de ensueño… o de pesadilla, según se mire.
Monster offwidth
Y es que el meollo del asunto es una tirada de unos 350 metros de fisura vertical ancha, de unos 13-15 centímetros, de aquellas que los especialistas conocen como monster offwidth. Para quienes no se hagan del todo a la idea, Sean Villanueva y Jon Griffin tuvieron que tirar básicamente de sus Camalots del #6 para poder asegurarse mínimamente. Algunas breves secciones de chimenea aportaron cierto respiro.
El propio Sean Villanueva narraba a Patagonia Vertical los “momentos desesperados” que habían vivido. Momentos “en los que yo podía resbalar unos centímetros, quedarme completamente sin aliento, intentar encontrar alguna manera de empotrar alguna parte de mi cuerpo, ya fuera un pie, una rodilla, una pierna, un brazo, el pecho…, tener duros ataques de ácido láctico en algún músculo que nunca había sentido antes, intentar recuperar mi aliento, detener el deseo de abandonar de mi mente, recuperarme y volver a ello! Y finalmente recuperar esos pocos centímetros que había perdido!”.
Ruta completa y congelaciones
La línea de La Chaltenense discurre por la vertiente sur del Fitz Roy y comparte los dos primeros largos con The Colorado route. A partir de allí, conecta con la mencionada fisura, cuyos bordes afilados se cebaron con los pies de gato, pantalones y chaquetas de los dos escaladores.
Además, también tuvieron que lidiar con el frío extremo. La orientación sur de la vertiente les ofreció apenas un par de largos de sol al principio y quince minutos hacia el final del día. Buena parte de la ascensión se desarrolló con temperaturas bajo cero, ya fuera en la sombra o bien en horario nocturno, puesto que coronaron alrededor de las 3:40 horas de la madrugada.
Ambos tuvieron problemas con las congelaciones e incluso Sean Villanueva tuvo que ser tratado a su regreso a la civilización.
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