Martin Tekles es un puntero escalador alemán que, además, tiene formación como psicólogo. Respecto a su faceta deportiva, el escalador de 30 años originario de Grassau, una localidad del Estado de Baviera, compagina desde hace años la competición con la roca.
Este 2020 ha alcanzado el noveno grado y lo ha hecho por partida doble. En enero se hizo con Sanjski par extension 9a en Misja Pec, en Osp (Eslovenia), que consiguió tras una semana de ensayos, y exactamente un mes más tarde hizo lo propio con Pure dreaming 9a en Arco (Italia) en un día completo en el que también se encadenó Stonehenge 8c. En la resina, su mejor resultado fue un 7º puesto en la Copa del Mundo de 2017.
Enhorabuena por tu gran arranque de 2020. Parece que ninguno de los dos novenos te costó demasiado tiempo. Hemos leído que para la ruta de Misja Pec empleaste una semana. ¿Cuánto tiempo necesitaste Arco?
Para Pure Dreaming necesité 5 intentos para leer todos los movimientos y dos más para encadenar, así que en total fueron dos días y medio. Realmente me sorprendió lo rápido que pude hacer esta vía, pero es que es de mi estilo. Haces una parte desplomada bastante larga de 60 movimientos de 8b/+ hasta que alcanzas el crux que tiene cinco movimientos dinámicos realmente arriesgados donde los pies se sueltan y necesitas una buena tensión corporal para mantenerte.
“He hecho algunos cambios para este año y creo que me podré centrar más en rutas difíciles”
Hemos visto que hasta 2019 combinabas la competición con la roca. ¿Siempre ha sido así? ¿Continuarás?
Siempre me ha gustado escalar en roca, especialmente en vacaciones, aunque algunos años me centré en la competición. Soy una persona perfeccionista, que intenta ser el mejor en lo que hace, así que durante largos periodos mi objetivo ha sido entrenar en rocódromo para competir, mientras trabajaba o estaba en la universidad. Como los resultados en las compes del año pasado no fueron demasiado buenos, he hecho algunos cambios para este año y creo que me podré centrar más en rutas difíciles. Eso sí, quiero seguir compaginando las dos cosas.
Háblanos sobre tus comienzos. ¿Cómo empezaste a escalar?
Empecé con solo tres o cuatro años, mis padres eran unos fanáticos, así que lo tengo en mi ADN. De pequeño, muchas veces viajamos en familia a escalar en Francia, Italia o España, aunque nunca me obligaron a esforzarme demasiado, solo era por diversión. A competir empecé relativamente tarde, con 16, pero se me dio bien y gané algunas competiciones a nivel nacional. A nivel internacional, hasta 2017 no conseguí entrar en el top 10 de una Copa del Mundo.
“Mi escalada en rocódromo también mejora a medida que escalo en roca”
¿En qué te centraste en los últimos años?
Los dos últimos fueron muy difíciles, terminando un máster en psicología clínica en 2018 y con una fractura en el pie a principios de 2019 que me hizo perder forma física. Así que me dediqué a probar el formato combinado, pues en Alemania hay un gran apoyo por los Juegos Olímpicos. Sin embargo, este año voy a volver a las raíces concentrándome solo en dificultad y en la roca. Mi escalada en rocódromo también mejora a medida que escalo en roca.
¿Qué te ha aportado la competición en estos años?
El entrenamiento para la competición es muy diferentes al de roca, pues debes trabajar sobre lo que se pide, como el estilo dinámico y las compresiones en las grandes presas romas. Es posible que tengas que enfocarte mucho en tus debilidades. Si escalas en roca, puedes elegir tu proyecto de acuerdo a tu fuerza y pasar de tus puntos flacos. Otro punto a favor de la competición es que te obliga a estar en forma. Planificado para una fecha determinada, deberás tener la máxima fuerza, resistencia y continuidad, y estar mentalmente preparado. Por otro lado, he podido viajar a lugares como China a los que tal vez no hubiera ido, conociendo la cultura y relacionándome con deportistas de allí.
“Estar en una internacional delante de cientos de escaladores y con público te pone nervioso”
¿Competir puede generar cierto estrés?
Estar en una internacional delante de cientos de escaladores y con público te pone nervioso y tienes que aprender a mantenerte en calma. Entonces, hay una conexión mayor entre tu cuerpo y tu cerebro, te conoces mejor. Aprendes lo que necesitas, lo que quieres, lo que eres capaz de hacer y dónde están tus límites. Todo esto te puede ayudar bastante en tu vida diaria, por ejemplo, cuando tienes que hacer un examen o una presentación delante de otras personas.
¿Podrías elegir entre la roca y la competición?
Es difícil, aunque por el momento prefiero lo primero. Competir es divertido si los resultados son buenos, pero si inviertes demasiado en ella (tiempo y dinero) y la recompensa es pequeña… Sin embargo, escalando en roca siempre pasas un buen rato en la naturaleza.
Si no escalaras, ¿qué harías?
Probablemente haría otros deportes, seguramente en la naturaleza. Me puedo imaginar corriendo por las montañas, pero también en otros como el surf o el kayak.
“La psicología y la escalada tienen muchas cosas en común”
Me interesa especialmente tu visión como escalador y psicólogo. ¿Tienen estas dos disciplinas, a priori tan lejanas, algo que ver?
Desde mi punto de vista, la psicología y la escalada tienen muchas cosas en común. En ambas necesitas la parte racional y la emocional. Respecto a la primera, como psicólogo necesitas tener un gran base de conocimiento, es la base de todo. Por ejemplo, debes conocer el diagnóstico de diferentes trastornos mentales, su tratamiento e implementar estudios empíricos para estar al día. En la escalada también necesitas conocimientos técnicos para programar tu rutina de entrenamiento, saber cómo funcionan los distintos movimientos y, por supuesto, cómo utilizar correctamente el material. Por otro lado está la experiencia, básica en ambos mundos: en la psicología te ayudará a elegir los tratamientos en función de las condiciones de cada paciencia; en la escalada aprendes en qué momento puedes conseguir un mayor rendimiento y también a interiorizar movimientos. Por último, reconocer y utilizar las emociones es igualmente importantes para ambas disciplinas.
¿Qué parte ocupa el aspecto mental en la escalada deportiva?
Es muy importante, sobre todo cuando trabajas en tus propios límites y especialmente en competición. Diría que, a excepción del top10 de la Copa del Mundo, el 50% superior de los escaladores tienen la misma capacidad, pero la diferencia entre el 10º y el 30º puesto está en la capacidad mental para rendir bajo presión en un momento determinado. es aún mayor.
“Si quieres subir el listón, debes tener en cuenta el miedo, la baja autoestima o la baja resistencia al estrés”
¿Y en la roca?
Obviamente, intentar escalar un proyecto duro en el que te has caído varias veces en los movimientos clave es también un gran desafío mental. Más todavía si intentas hacer algo que todavía no se ha hecho. Por lo tanto, si quieres subir el listón, debes tener en cuenta el miedo, la baja autoestima o la baja resistencia al estrés. Solo puedes empujar tus límites con confianza en tí mismo, cuando estás seguro de que puedes hacerlo, con el miedo a nivel razonable (mucho es malo, pero poco también) y gestionando el estrés (para no estar relajado pero tampoco nervioso).
¿Cómo lo trabajas tú?
Entrenando estos factores, por ejemplo, con visualizaciones y relajaciones. El entrenamiento imaginario o visualización es muy importante en cualquier deporte, implicar que realizas la tarea a nivel mental. Las áreas del cerebro se activan imaginando la ruta, viendo cómo se mueve tu cuerpo en la pared o el momento de ponerse magnesio… Cuantos más sentidos intervengan en tu película mental, mejor te prepararás. Es divertido cuando ves a alguien en el suelo gesticulando con sus manos y su cuerpo, pero realmente funciona. Por otro lado, las técnicas de relajación para obtener el nivel de activación correcto son también importantes.
“La manera más sencilla y poderosa de influir en la activación es mediante la respiración”
¿Por qué? ¿Cómo hacerlas?
La manera más sencilla y poderosa de influir en la activación es mediante la respiración, que influye no solo en tu cuerpo, sino también en tu mente. Además, no lleva mucho tiempo, se puede hacer entre vías. De pie o sentado erguido, para que se abran los pulmones, respira por la nariz y cuenta hasta cuatro; luego exhala por la boca mientras cuentas hasta 8. Y repite.
Y mientras escalas, ¿cómo deberíamos respirar?
El ejemplo perfecto es Adam Ondra, quien dice que concentrarse en su respiración le ayuda a no pensar en otra cosa. Hay que tratar de respirar con el abdomen, obteniendo más oxígeno que si lo hiciéramos con el pecho. Esto es importante para el flujo sanguíneo y para que el cerebro mantenga la calma.
“Cuando aseguramos experimentamos la confianza de la persona que escala, es una conexión bidireccional”
¿Puede la escalada ayudar en el tratamiento de problemas psicológicos?
Sí, por ejemplo en trastornos de ansiedad y depresión. Es muy útil para trabajar la confianza entre las personas, con el material y con uno mismo. Esto está en la base de muchos problemas. También cuando aseguramos experimentamos la confianza de la persona que escala, es una conexión bidireccional. Además, es un buen lugar para expresar emociones y deseos (esforzarse más, rendirse, descansar…) y actual de acuerdo a ellos.
¿Y el miedo?
El miedo a caer es parte de la cotidianeidad del escalador. Para superarlo, la mejor manera es entrenarlo. Cuanto más lo practiques en pequeños pasos, más seguro estarás en futuras situaciones.
“Superando el miedo a caer, el cuerpo libera adrenalina y endorfina”
Hay pocas cosas que enganchen tanto como la capacidad de superarse, ¿qué es lo que genera en las personas?
Autoestima por un lado, pero también aprendes sobre tu cuerpo, sobre cómo reaccionas ante determinadas situaciones y qué herramientas tienes para ello. Por ejemplo, superando el miedo a caer, el cuerpo libera adrenalina y endorfina, la hormona de la felicidad, y disminuye el cortisol, la hormona del estrés. Eso tiene unos efectos muy positivos en los escaladores, como un menor nivel de ansiedad y menos lactato en los antebrazos. También general un sentimiento de libertad, que hace que escalar sea más divertido.
Volviendo a tu faceta de escalador, ¿cuáles son tus próximos proyectos?
En 2020 quiero superar mis límites en la roca. Hay muchas rutas que quiero probar, como la extensión de Pure dreaming en Arco, que probablemente será un 9a+. Pero también algunas rutas en Rodellar, echo mucho de menos escalar allí. Después de 10 años pasando las vacaciones allí, he faltado los últimos dos. En competición, quiero seguir luchando contra los mejores del mundo.