En agosto de 2002, Ramon Julián tenía 20 años y lograba encadenar su primera vía de noveno grado con Kinématix 9a en Gorges du Loup. En agosto de 2003, Edu Marín tenía 17 años y lograba encadenar su primera vía de noveno grado con Kinématix 9a en Gorges du Loup. Ambos compartían entrenador, el actual seleccionador español David Macià. En aquella época, la carrera deportiva de los dos talentosos escaladores catalanes discurría en paralelo, como representantes de una nueva generación de mutantes.
A lo largo de los años, sus respectivas trayectorias se han alejado y cada uno ha seguido su propio camino. Ramonet se consagró en cuerpo y alma a la competición, obteniendo enormes resultados a nivel internacional. Edu puso el foco en las vías largas, estableciendo algunos de los multipitch más duros del mundo.
Pero el noveno grado siempre ha sido un invisible hilo conductor que los ha mantenido unidos. Y ahí siguen. Con apenas una semana de diferencia, Ramon Julián realizaba su enésima propuesta de 9a con la primera ascensión de Només per valents en Fussimanya, mientras que Edu Marín se anotaba la repetición de Fabelita extension R2 9a en Santa Linya.
Ramonet, 9a tres años después
Ramon Julián se mantiene como el escalador español con más vías de noveno grado encadenadas de la historia. Pero, tras su retirada definitiva de las competiciones, llevaba unos años con una actividad menos prolífica de lo acostumbrado. De hecho, no publicaba encadenamientos de tal dificultad desde su Esclafit 9a en Collsuspina hace casi tres años.
Només per valents es una vía equipada en Fussimanya por el propio Ramonet en 2018. Según él, se trata de una “vía corta para dedos fuertes”, que progresa a través de agujeros y regletas malas por una placa ligeramente desplomada.
Edu Marín, 9a en Santa Linya
Tampoco Edu Marín está siendo tan regular en el noveno grado en los últimos tiempos, a pesar de que el año pasado lo rozó con Menina sixtina R2 en Rodellar. Esta vez, ha regresado a una de sus zonas de escalada favoritas, la cueva de Santa Linya, para rescatar una vía del olvido. Se trata de Fabelita extension R2, de la que Dani Andrada realizó la primera ascensión en 2008.
Para Edu:
En mi opinión, es un 9a sólido, especialmente después de la rotura de dos presas en la secuencia más difícil. Consiste en una primera zona de 8c de resistencia, vienes hasta un buen reposo y luego llegas al crux, como de 8A de bloque, con secuencias muy físicas y morfo en las que puedes caer varias veces. Ya para acabar, tienes un 8b para llegar hasta el top. Para mí, una super king line que había quedado olvidada en el tiempo.
Edu Marín recupera su mejor forma de cara a la llegada del buen tiempo, cuando tradicionalmente ha acometido sus proyectos más ambiciosos de vía larga. Se recupera justo a tiempo de una lesión provocada por un accidente con la cuerda que le dislocó un dedo.
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