La temporada alpinística en Alaska ha quedado inaugurada. Después de la segunda ascensión invernal al Monte Huntington protagonizada por Jason Stukey y John Frieh en la Cordillera de Alaska, ahora llega la primera gran ascensión nueva del año en ese indómito extremo noroeste de América del Norte. Se trata de la primera ascensión conocida del Monte Mausolus, un pico de 2.795 m situado en las Revelation Mountains (en el límite suroeste de la Cordillera de Alaska).
Los protagonistas de la historia han sido Clint Helander y Scotty Vincik, según informa Climbing. Ambos alpinistas han sido capaces de doblegar a esta esquiva montaña, relativamente baja en altitud, pero con una complicada cara oeste. Dicha vertiente presenta un desnivel de 1.500 metros, con una serie sucesiva de cascadas de hielo durante los últimos 800 metros, aproximadamente.
Clint Helander conocía bien esa pared, puesto que ya la había intentado el año pasado, haciendo cordada con Seth Holden, aunque tuvieron que abortar por culpa de unas condiciones meteorológicas demasiado benignas para garantizar la más mínima seguridad. Holden fallecería posteriormente en un accidente aéreo en agosto de 2010. Ambos habían realizado hasta tres expediciones a las Revelation Mountains y habían inscrito sus nombres como primeros ascensionistas en otras dos montañas de la zona, como la Ice Pyramid en 2009.
Condiciones perfectas y tres días en la montaña
En el vuelo que les condujo hasta la Cordillera de Alaska, Helander y Vincik pudieron comprobar que esta vez las condiciones eran perfectas, según reconocieron en declaraciones a Climbing. Una estrecha franja de hielo bajaba directamente desde la cumbre. Así pues, consiguieron realizar su ascensión durante los días 15 y 16 de marzo y descendieron por la misma ruta durante la noche del 16 y parte del día siguiente.
La ruta por la que los dos alpinistas subieron, y que bautizaron posteriormente como The mausoleum, tiene una primera mitad (unos 700 m) de terreno nevado en fuerte pendiente. Es la parte ‘fácil’ del itinerario, que después se mete de lleno en una sucesión de largos de escalada en hielo, con escasa protección.
Esa primera noche, improvisaron un precario vivac a unos 350 m de la cumbre, sobre un pequeño hongo de nieve y un saliente rocoso, utilizando un entramado de cuerdas como una suerte de hamaca. Tras superar la fría noche sin comer ni beber nada caliente, siguieron arriba superando algunos largos de hasta WI5, para llegar a la cumbre a última hora de la tarde.
En la cima del Monte Mausolus, que lleva este nombre por el rey helénico Mausolo, cuya monumental tumba de mármol blanco fue considerada como una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo, Clint Helander esparció las cenizas de Seth Holden, en un acto íntimo y emotivo.
Allí pudieron fundir algo de nieve, para iniciar el descenso sin perder demasiado tiempo. Estuvieron rapelando toda la noche, hasta que hacia las 7 de la mañana encontraron la cueva de nieve donde habían escondido anteriormente unos sacos de dormir. Descansaron allí mismo casi todo el día, hasta que por la tarde terminaron de descender hasta la base de la montaña.