Carlos Soria, ha renunciado a volver a intentar alcanzar la cumbre del Dhaulagiri (8.167 metros de altitud), debido a las pésimas condiciones meteorológicas, al viento y a diversos factores logístico. “Las condiciones son imposibles, así que no nos ha quedado más remedio que renunciar”, ha explicado el montañero abulense. “El viento, la cantidad de nieve y avalanchas, y el hecho de que hemos perdido casi todo el material que teníamos arriba nos han obligado a tomar esta decisión”.
Tanto las tiendas de campaña que la expedición había logrado instalar en el campo 3 (a 7.600 metros del altura) como una de las tiendas que ya estaba en el campo 2 (a 6.600 metros) han desaparecido como consecuencia de avalanchas o del fuerte viento que sopla en la zona, de hasta 95 kilómetros por hora. En ellas había almacenado parte del material imprescindible para intentar de nuevo la cumbre, como monos de pluma, ropa, material de cocina y escalada, y botellas de oxígeno.
Carlos Soria ha recordado que seis miembros de la expedición BBVA (cuatro sherpas, Sito Carcavilla y él) lograron hace una semana alcanzar los 7.600 metros del campo 3 en unas condiciones muy difíciles, que les obligaron a descender pese a encontrarse a sólo unas horas de lograr la cima: “Estoy muy orgulloso de lo que hemos conseguido. Llegar tan alto en esta montaña tan complicada y peligrosa en otoño es para estar contento. Hemos hecho lo que había que hacer, y renunciar ahora es lo más prudente. Intentar subir de nuevo hubiera sido un suicidio, porque la montaña está imposible”.
El montañero de 73 años, sin embargo, no renuncia a volver al Dhaulagiri, bien en 2013 o en la primavera de 2014, según se den las circunstancias de sus próximas expediciones, puesto que también le restan el Kanchenjunga, el Annapurna y la cima principal del Shisha Pangma. El Dhaulagiri iba a ser la decimo primera montaña coronada por Carlos Soria de entre las catorce más altas del mundo. Carlos Soria cuenta con el apoyo del BBVA desde agosto de 2011, la Expedición al Dhaulagiri partió de Madrid el pasado 2 de septiembre, y tiene ahora entre sus planes visitar la aldea de Sama para comprobar la evolución del proyecto solidario que pretende prestar ayuda a los más de 100 niños que estudian en la escuela local (www.bbvasuma.com/csoria) .
Diario de Carlos Soria
«He aprendido, definitivamente, que hay que venir al Dhaulagiri en primavera».
«Es para mí una pena informaros de que hoy hemos decidido finalizar esta Expedición al Dhaulagiri. Ha sido una decisión difícil, pero no por las circunstancias, que están muy claras, sino porque siempre es complicado tener que renunciar a una montaña, y más cuando hemos estado tan cerca de llegar a su cumbre. Nos hemos quedado muy cerca, pero ahora es momento de pensar con frialdad y prudencia, y no me queda más remedio que renunciar a la cima.
Como digo, las circunstancias y la montaña mandan, y así ha sido también en esta ocasión. Hace muy mal tiempo, las previsiones meteorológicas indican que va a seguir así, y para colmo, junto a las dos tiendas que teníamos en el campo 3, una avalancha o el viento se ha llevado una tienda que teníamos en el campo 2, con más material, incluyendo los monos de pluma, imprescindibles para cualquier intento de llegar a la cumbre.
Si a eso todo sumamos que la cuerda fija que estaba ya puesta ha quedado inutilizada por la nieve, y que no tenemos suficiente para sustituirla, realmente debo reconocer que iniciar el regreso a casa es la opción más lógica, si no la única que podemos tomar. El Dhaulagiri es una montaña a la que tengo un cariño especial, porque son ya cinco veces las que he intentado escalarla. Pero esta vez he aprendido, definitivamente, que hay que venir a subirla en primavera. En otoño, como ha sucedido ahora, es una misión casi imposible. «
Carlos Soria (9 de octubre de 2012; Campo base del Dhaulagiri, a 4.700 metros de altitud)«Nos vamos con buen sabor de boca; gracias a todos»
«Hoy ha sido un día de esos que le llevan a uno un sabor agridulce a la boca. Abandonar un campo base siempre provoca una sensación de pena, puesto que se ha convertido en nuestra casa durante un mes, y aquí hemos vivido muchas emociones a lo largo de muchos días. Y, cuando no se ha alcanzado la cumbre, queda un poso de ganas de volver a intentarlo. Pero aún así nos marchamos contentos del Dhaulagiri, porque hemos alcanzado una cota muy alta para las circunstancias que nos hemos encontrado.
Es cierto que no hemos alcanzado la cima, pero nos hemos quedado muy cerca. Cuando subíamos al campo 3 nos encontrábamos en unas condiciones físicas perfectas, y llegar hasta los 7.600 metros de altitud, en medio de un viento tremendo, es para estar orgullosos. Después, cuando tuvimos que bajarnos, la montaña se puso peligrosa e imposible. Y pese a que hemos estado aquí esperando a que la situación cambiase, el tiempo no ha mejorado. Por eso nos vamos con buen sabor de boca, porque con los resultados en la mano, esta expedición ha sido un éxito. Al menos yo lo siento así.
Quiero dar gracias en esta última jornada de este diario a mis compañeros de expedición, a mis compañeros de BBVA, a mis seguidores de Facebook y a los medios de comunicación que con tanto cariño han seguido de nuevo nuestra aventura. Pienso volver al Dhaulagiri, posiblemente el próximo año o en 2014, y casi seguro que lo haré en primavera. En otoño esta montaña es de esas que es muy difícil conquistar, y mantengo intactas mis ganas de escalarla. Espero que la próxima vez os pueda dedicar un gran éxito a todos vosotros.»
Carlos Soria (10 de octubre de 2012; Campo base del Dhaulagiri, a 4.700 metros de altitud)