Y es que “la roca roja no combina mucho con el magnesio blanco”, nos escriben desde la isla. Así quedó la pared de la Presa del Río, un muro que, aunque no lo parezca, reúne rutas buenísimas de sexto y séptimo grado.
La roca de las islas no se ve muy favorecida por el uso/abuso del magnesio. El impacto visual es destacable; la ignimbrita de tonos rojizos del sur de la isla y el basalto de tonos oscuros del norte de Tenerife contrasta fuertemente con el blanco del magnesio.
Los escaladores casi nunca nos preocupamos de limpiar las vías que asediamos y solo esperamos a unas copiosas lluvias, como las que han sucedido recientemente, para que la pared limpie pero, desafortunadamente, esto solo ocurre en las placas y cada tres o cuatro años.
Los desplomes tendrán que seguir aguantando los baños de magnesio y el pulido de las presas.
“Menos mal que las rocas de la Cañada del Capricho, en el Parque Nacional del Teide, son unos piroclastos claros poco afectada por el blanco del magnesio, también es una zona que no está de moda y por lo tanto sus vías no son muy asediadas“.