Dijo que lo haría y lo ha hecho. Andrea Cartas ha tirado de determinación y motivación para finalmente resolver el proyecto en el que llevaba dos temporadas inmersa con el encadenamiento de Così fan tutte 8c+ de Rodellar. Hace dos meses, hablamos con ella al respecto, después de que hubiera hecho la primera ascensión de la variante Der fan tutte, tan dura como la versión original pero que ella optó por proponer de 8c/+ para poder dar el salto a su primer 8c+ con una vía con más historia.

Ha pasado casi todo el verano, con un viaje a Sudáfrica por el camino y muchas semanas sin apenas escalar. Ha regresado a Rodellar de la mano de Serge Casteran, el equipador de la ruta, y ha cerrado el proyecto. Se convierte de paso en la quinta escaladora española en estrenar la página dedicada al 8c+ de su libreta, tras Josune Bereziartu, Daila Ojeda, Mar Álvarez y Eva López.
Hablamos con ella para que nos cuente los detalles.
“Fui a Rodellar para el fin de semana y encadené en el primer pegue del sábado”
¿Cómo ha sido el proceso para terminar encadenando el proyecto original desde que lo dejamos con Der fan tutte?
Llegué de vacaciones en Sudáfrica después de encadenar Der fan tutte y he descansado casi dos meses de Rodellar. En julio apenas escalé, descansé bastante aquí… escalé un poquito para mantener de cara al viaje de Sudáfrica, donde he desconectado bastante y he cambiado de estilo totalmente en las dos escuelas en que he estado, que son más bien de regletas. Me ha venido muy bien.
Ahora volví, y estuve unos días a finales de agosto en Rodellar, donde he probado la vía tres veces, porque tampoco me apetecía meterme de lleno. La probé sólo tres veces y hacía un poco de calor. Me llamó Casteran para ir, porque bajaban las temperaturas y cogí el coche y me fui sola el fin de semana a Rodellar. La verdad es que la temperatura era perfecta, la vía la tenía ya muy asimilada y Serge confiaba un montón en mí, así que calenté y a la primera la hice el sábado. Fui bastante cómoda por la vía y disfrutándola un montón. La verdad es que mucha alegría. Luego lo celebramos con una botella de vino… ¡perfecto!
“Lo más difícil para hacer esta vía es toda la logística para llegar a ella”
¿Qué ha sido más difícil para ti, la parte técnica, física, mental…?
Definitivamente, lo más difícil para hacer esta vía es toda la logística para llegar a ella. Es duro hacer casi 500 km desde Madrid, subir por el río hasta allí, encontrar a gente que quiera ir cuando tú puedes ir… Y luego también encontrar la temperatura, porque es una vía muy larga, en la que necesitas descansar en los reposos y cuando hacía mucho calor era bastante duro coger aire en los reposos. Ha sido un cómputo de todo: físicamente, una vez que cogí el nivel para hacerla, sólo había que esperar el momento adecuado y sobre todo mantener la motivación muy alta para cada pegue.
Porque es una vía muy psicológica. Es súper larga, son 55 metros, y va habiendo pasos duros casi hasta el final, incluida la última placa final, donde hay gente que ha caído. Yo nunca caí arriba, pero hay que tener la mente muy fría y seguir muy motivado allí arriba.
“Hace un par de años pensé que esto era imposible”
¿Cómo te sientes después del encadenamiento?
Bastante llena y completa, y muy feliz por haberla hecho, porque hace un par de años pensé que esto era imposible. Pero es como si se cerrara una fase y se te abre otra. Ahora habrá que buscar nuevos horizontes.
¿Qué representa para ti haber escalado esta vía y haber dado el salto al 8c+?
Haber encadenado esta vía, para mí es más que haber encadenado 8c+ o un salto más en dificultad en mi carrera deportiva. También he encadenado una vía que poco a poco ha ido adquiriendo un valor especial para mí, por la historia que tiene detrás y por lo que es la vía. El ponerte debajo de una vía así y mirar para arriba y alucinar con ella… y ser capaz de subir por ella. Y cuando estás abajo, mirarla y decir: “Guau. He subido por allí”. Para mí, eso es lo que importa. Realmente, no sé si es 8c+, 9b u 8b. Da igual, porque para mí es un reto súper duro que he conseguido. Mi vida al final se basa en ir consiguiendo retos que me voy proponiendo.
Y ahora, ¿qué? ¿Qué objetivos tienes o en qué te centras?
Ahora, lo que me planteo como objetivos es seguir disfrutando de escalar y seguir motivada, que después de más de veinte años y con el mucho trabajo que tengo también, a veces es difícil. Buscar viajes que me motiven, pues me motiva mucho viajar… escalar a vista… y, si encuentro una línea tan bonita y con historia que me deje subirme por ella y probarla, la intentaré. Y si es un poco más duro, ¿por qué no?