Con la medalla de oro de la última prueba de la Copa del Mundo de Paraescalada ganada en Imst (Austria) el 16 de junio aún caliente (categoría amputados de una pierna), Urko Carmona puso rumbo a Dolomitas con el firme objetivo de cumplir un viejo proyecto. Su compañero de cordada no era menos especial: el andaluz Juan Antonio Bellido, otro miembro del equipo de Paraescalada español (discapacitados físicos neurológicos, con limitaciones de movilidad en una pierna), con quien comparte el proyecto “Sin límite vertical”. A ambos un accidente en moto les dejó secuelas físicas, pero también les dejó ultra capacitados para soñar a lo grande.

¿Lo más difícil? La aproximación y descenso con muletas…
El 18 de julio, Urko y Juan Antonio escalaron la vía Dülfer (250 m, V+), abierta por Hans Dülfer y Walter F. von Bermuth en 1913 en la pared oeste de la Cima Grande de Lavaredo. “Elegimos esta vía como toma de contacto y sobre todo para controlar el descenso de la Cima Grande. La vía es una pasada, algo expuesta y mojada pero con un recorrido bastante evidente. Pero como siempre la aproximación y sobre todo la subida al collado donde inicia la vía fue lo más complicado”. La impactante mole calcárea de Dolomitas, que ya supone un reto para cualquiera con dos piernas, presenta una lucha con pasos muy expuestos para alguien con una sola pierna y dos muletas. Urko tuvo además la mala suerte de que a una de las muletas se le perdió un tornillo en uno de los rápeles de descenso quedando inutilizada, “pero gracias a la buena gente del refugio Auronzo Tre Cime di Lavaredo, y sobre todo al cocinero mecánico, todo queda arreglado”, cuenta Urko con ese optimismo que le define.
El plato fuerte: 550 metros de escalada en la Comici-Dimai
Ya con la primera vía acabaron cansados, pero no saciados: “La vía del día anterior nos había dejado hechos polvo, ¡pero lo que nos sobraba es motivación! así que nos pusimos manos a la obra”. Así, el 19 de julio, acometieron su gran objetivo: la vía Comici-Dimai (550 m, V+/A1), abierta por Emilio Comici, Giovanni Dimai y Angelo Dimai en la pared norte de la Cima Grande en 1933. En esta ruta también les acompañó la cordada formada por Andrea Vitti y Enrico. Son vías clásicas que no presentan una dificultad en libre elevada, pero en el caso de Urko las principales dificultades no están en la escalada en sí misma, sino en las largas aproximaciones y descensos pedregosos, que les llevó a invertir una larga jornada de 15 horas de actividad.
Y para terminar, la Carlesso (220 m, V+) con Simone Salvagnin, escalador totalmente ciego
La aventura continuó el pasado domingo 24 de julio, cuando a Urko Carmona y Juan Antonio Bellido se unió un tercero que le añadió si cabe más categoría a la cordada: el italiano Simone Salvagnin, escalador totalmente ciego. Los tres escalaron la vía Carlesso (220 m, V+), una gran clásica del Monte Baffelàn, en las llamadas pequeñas Dolomitas. Esperamos a la vuelta de su viaje poder hablar con Urko para que nos amplíe los detalles de esta sin duda enriquecedora experiencia.