UN SUEÑO DE FIN DE AÑO: EL PILAR CANTÁBRICO EN CORDADA FEMENINA

Fátima Gil: “Cuando tenía tres años les decía a mis padres que de mayor quería ser alpinista”

Fátima Gil tiene 31 años, es actriz, modelo publicitaria, periodista, alpinista y escaladora. Forma parte del Equipo Femenino Español de Alpinismo. Recientemente ha escalado el Pilar Cantábrico con otra escaladora -Vicky Vega-. En esta entrevista nos cuenta cómo está haciendo realidad el deseo que tuvo desde niña: ser alpinista.

Fátima Gil en la cima del Pilar Cantábrico en 2015  (Fátima Gil)
Fátima Gil en la cima del Pilar Cantábrico en 2015
Darío Rodríguez | 3 comentarios |

Desde que tiene memoria su pasión es la montaña; le encanta escalar en clásica o en artificial, la deportiva sólo la práctica para entrenar. También le motiva abrir nuevas vías,adoro a los pioneros, la forma en la que empezaron a escalar.

Recientemente ha escalado en estilo clásico-artificial El Pilar Cantábrico (500 m, A2+/6b+, 8a+), en el Naranjo de Bulnes, junto a su compañera y amiga Vicky Vega, integrante también del Equipo Femenino de Alpinismo. La idea surge, como muchas otras de las vías que ha escalado, de un deseo de fin de año. El 31 de diciembre le gusta escribir en un papel nombres de vías con las que sueña y las quema en la hoguera.

En tu blog dices que soñabas con ser alpinista antes de saber lo que significaba la palabra…
Cuando tenía tres años les decía a mis padres que de mayor quería ser alpinista y actriz. No sé dónde vi a alguien escalando, supongo que en algún programa de televisión. En mi familia no hay tradición de montaña, incluso mi madre tiene vértigo. Pero yo siempre que iba a mi pueblo en la sierra norte de Madrid y pasaba por el Pico de la Miel (La Cabrera) le decía a mis padres que de mayor lo escalaría. La primera vez que llegue a su cumbre fue muy emocionante. Me impresionó más que otras cimas posteriores. Para mí era la culminación de un sueño de la infancia.

«Con 19 años comencé a escalar en un rocódromo. Desde entonces se convirtió en mi pasión»

¿A qué edad empezaste?
Desde pequeña me gustaba el deporte. practiqué baloncesto, gimnasia rítmica y otros deportes que no tenían nada que ver con la montaña. Pero con 19 años me apunté por mi cuenta a un gimnasio en Madrid, el Metropolitano. Había rocódromo y el monitor, Alfonso Peso, me enseñó a escalar, desde entonces se convirtió en mi pasión. Allí también conocí a un compañero, Fernando Guerra, con el que aprendí a hacer clásica.

¿Lo de ser actriz también lo tenías claro?
Sí. Estudié periodismo porque pensé que era una carrera bastante relacionada con el mundo escénico. Y mientras me sacaba la licenciatura trabajaba como actriz y me formaba realizando cursos y obras de teatro universitarias.

¿Cómo llegaste a ser actriz?
Empecé trabajando de modelo de fotografía para revistas de moda y carteles. Después me centré más en la publicidad para televisión. Es un trabajo que me encanta y que me permite tener tiempo y recursos para viajar y escalar. No me importaría dedicarme al periodismo ya que me apasiona escribir. Actualmente escribo en mi blog, donde me pueden leer quienes quieran conocerme un poco más.

¿Qué opinan tus padres de todo esto?
Lo pasan mal cuando me voy de expedición y no tienen noticias sobre mí pero creo que al alpinismo le están empezando a coger el punto. Se sienten orgullosos de mí por pertenecer al equipo nacional. Y a pesar del miedo admiran mi valor y las «hazañas» que realizo. Estas fueron las emotivas palabras de mi padre tras escalar el Pilar del Cantábrico:

“Estamos muy Orgullosos de lo que haces y como lo haces.
Siempre has peleado por conseguir estos tus sueños.
Lo cierto es que lo pasamos “mal” pero cuando te vemos tan feliz nosotros también lo estamos porque nos contagias tu alegría.
Felicidades a las dos, a ti Fátima y a ti Vicky, por lo conseguido”.

«Llevo cinco años seguidos visitando el Picu Urriellu»

¿Cómo compaginas el trabajo con la escalada?
Creo que lo tengo más fácil que mis compañeras porque mi trabajo me da libertad. Cuando estoy en Madrid intento trabajar lo máximo posible y aprovechar el tiempo. Pero no tengo una rutina, ni un horario estricto como otros trabajos.

¿Habías estado en el Naranjo de Bulnes antes?
He ido muchas veces, por lo menos seis o siete veces. Llevo cinco años seguidos visitando el Picu Urriellu. He escalado muchas hermosas rutas allí por todas sus caras, desde las clásicas Pidal Cainejo, hasta la impresionante Rabada Navarro. También participé en la segunda repetición de Tramuntana, como apoyo logístico. Durmiendo la última noche de ascensión en la pared con mis compañeros, Juanjo Cano, Iñaki Casillas y Josue Cordero, unos fieras de la escalada artificial y de los que he aprendido mucho. Siempre me han apoyado y animado cuando les planteé mi ilusión de escalar el Pilar del Cantábrico.

¿Cómo es el Pilar Cantábrico?
Impresionante. Te pones debajo y te sobrecoge. Y cuando lo escalas impresiona aún más. Para mí fue duro, muy psicológico, los seguros son muy antiguos, de antes de que yo naciera. Encontramos algunos buriles y plomos partidos, en esos tramos pasamos con ganchos ya que intentábamos ascender de la manera más limpia posible.

“La gente que hace el Pilar Cantábrico en libre son unos máquinas”

¿Qué es lo más difícil que encontrasteis?
En el largo octavo, que para mí fue el más difícil de la ruta, iba de noche con el frontal y tuve que hacer muchos pasos de gancheo seguidos. No podía bajarme, ni proteger. No había marcha atrás. Iba haciendo una travesía, convencida de que iba por la vía. Pero de noche con la tenue luz del frontal me desvié hacia la vía Zumbel. Cuando vi la reunión me di cuenta de que me había salido un poco. Dormimos ahí, colgadas del arnés, yo en la R8 y Vicky en la R7. Nos pareció lo más seguro porque la reunión a la que llegué eran dos clavos que no daban mucha confianza. Al día siguiente descubrimos la verdadera reunión a la derecha, cinco metros por debajo.

¿Cómo es el resto de la vía?
El cuarto, quinto y el octavo largo me costaron. Para mí es un poco expuesta y más si vas en libre. La gente que la escala en libre son unos máquinas. Gorka Karapeto la escaló  en libre semanas después de que nosotras pasáramos por ella y le di mi más sincera enhorabuena. Es una ruta espectacular, sobre todo por los largos de arriba.

«Me gusta mucho escalar con otras chicas”

¿Qué ha sido para ti escalar el Pilar Cantábrico?
Es una vía que siempre me ha parecido mítica, la línea, su recorrido, su nombre. Todo me atrajo desde el primer día que la vi. Para mí ha sido un sueño cumplido. Muy emocionante, sufrido y luchado.

¿Cambia mucho el hecho de escalar con otra chica?
Es diferente, somos muy diferentes. Me gusta mucho escalar con otras chicas. Y si la que está al otro lado de la cuerda es tu amiga, la aventura es una delicia. Compartir este sueño con Vicky Vega ha sido la mejor parte de la actividad. Nos animábamos la una a la otra continuamente. Y gracias a esa confianza plena en que saldríamos juntas de allí, superamos los peores momentos.

¿Para hacer el Pilar tuvisteis que entrenar o aprender algo?
Teníamos conocimientos porque habíamos hecho vías de artificial antes. Pero era nuestra primera BigWall juntas. Tuvimos que aprender a hacer las maniobras que menos dominábamos. Gracias a Pedro Cifuentes que me enseñó a izar petates de forma eficaz, montar la hamaca y cuidar el orden del material y las cuerdas. Luego en la pared no tuvimos ningún problema, fue divertido y más fácil de lo que pensábamos.

«Tenía momentos de agotamiento, pero estaba tan concentrada que no sentía miedo»

¿Quisisteis bajaros en algún momento?
No. En todo momento lo teníamos tan claro que no nos importaron los momentos duros. La escalada era muy psicológica y la cabeza también se cansaba. Teníamos momentos de agotamiento, pero estaba tan concentrada que no sentía miedo.

Ambas pasamos tramos muy intensos. A Vicky en un largo se le saltó un plomo, y yo volé cuando se salió un friend. Pero nada de eso nos detuvo, con coraje remontábamos la cuerda y seguíamos ascendiendo. Cuando una no podía, la otra seguía desde el punto más alto. Estábamos muy unidas y convencidas y eso nos hacía más fuertes.

¿Qué recuerdos te quedan del Pilar?
Los momentos previos de preparación, los nervios, las ganas…el apoyo de los amigos.
La primera noche en la hamaca de pared, riéndonos, cantando, disfrutando.
Durante la vía, la escalada nocturna, para mí, fue lo más intenso. Estuve escalando hasta las 3.00 de la mañana para llegar a la R8. Y esa noche que pasamos colgadas del arnés fue muy dura.
El sufrimiento de los largos de libre de salida a cumbre con el lastre de la mochila y sin agua.
La fiesta en la cumbre, cuando Miguel Molina y Fernando Calvo nos trajeron agua y bebidas. Y disfrutamos de una puesta de sol que jamás olvidaré.
El abrazo de cima que nos dimos Vicky y yo, lleno de emoción, alegría y amor.
Cuando nos sacaron el libro de piadas en refugio para que dejásemos constancia de nuestra gesta.
En definitiva, esos sentimientos puros e intensos que solo se experimentan en la montaña.

Formas parte de dos equipos el Extremeño y el Femenino de Alpinismo, ¿qué tal es?
El Equipo Femenino de Alpinismo es una pasada, las chicas son majísimas y hay un ambiente brutal. Conocer otras chicas que les apasiona lo mismo que a ti es genial. Compartimos experiencias y crecemos juntas, como alpinistas y como personas.
En el Equipo Extremeño aunque soy la única chica  me tratan como a uno más, y lo pasamos muy bien. Las concentraciones son muy intensas, escalamos mucho y aprendemos. Para mí, estar en Tecnificación extremeña ha sido clave, llevo gracias a la Fexme tres años preparándome, y esto me ha ayudado a superar con éxito las pruebas y entrar en el Equipo Nacional.

“En la escalada artificial se trabaja mucho la cabeza… psicológicamente exige más”

La escalada artificial es para muchos como el «patito feo» de la escalada, ¿qué te aporta?
No entiendo por qué a la gente no le gusta. Considero que se trabaja mucho la cabeza y requiere un gran compromiso. No es una escalada tan acrobática y no hay que estar tan fuerte como para la escalada deportiva, pero psicológicamente creo que exige más. Además es imprescindible si te gusta abrir vías nuevas y para entender la historia de la escalada y la montaña. Creo que no debemos olvidar los orígenes, y como hemos llegado hasta aquí.

¿Qué planes tienes ahora?
Acabo de regresar de Galayos, de estar diez días por ese paraíso rocoso, escalando sin parar. Siempre tengo muchos planes en mente. Lo próximo será intentar abrir una vía nueva con Santi Llop y Marina Fernandez.
Este año, quiero viajar por Europa, quizá Alpes suizos. Después de conocer los Alpes este verano con el equipo femenino quiero regresar. También me atraen las Dolomitas, tengo objetivos y muchas ganas de conocer y escalar en nuevos lugares.
Para concluir “Me gustaría agradecer al refugio de Urriellu por su hospitalidad. Gracias a Sergio, Juan, Tomas e Iñigo, los guardas del   Refugio Urriellu que nos ayudaron con las mulas, nos dieron de comer, las duchas, la cerveza de celebración y sobre todo por el cariño recibido, sin pedir nada a cambio”.

 

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