Kilian Jornet va aportando información en cuentagotas acerca de los detalles que rodean a su expedición al Himalaya de la pasada primavera, cuando alcanzó el plató somital del Cho Oyu y anunció haber ascendido dos veces a la cumbre del Everest. Y todo ello en el mes escaso que permaneció en Nepal.
Sus seguidores están ansiosos para que llegue el esperado lanzamiento de la película sobre la ascensión al Everest, prevista para principios de 2018, pero mientras tanto ya han podido disfrutar con una entrega en versión cortometraje titulada Testing Ourselves que trata el proceso de aclimatación que siguieron en su casa en Noruega y que les permitió subir a 8.000 metros tras solo diez días en el Himalaya.
Máscara hipóxica
La clave es el entrenamiento en hipoxia, diseñado y supervisado por el doctor especialista en Medicina de Montaña Enric Subirats, quien afirma con rotundidad en el vídeo que “el éxito de haber podido hacer toda esta actividad es debido a la aclimatación tan fantástica que hizo antes de marchar hacia el Himalaya”.
Ese entrenamiento específico llevó a Kilian un mes, en el que el deportista seguía el siguiente esquema: “por la mañana, un entrenamiento normal, con una salida larga en esquís de unas 6 o 7 horas, y por la tarde 1 hora más en la máquina”. A continuación, Emelie y él viajaron a los Alpes para participar en la Mezzalama y durmieron en un refugio a 4.000 metros de altura durante la semana antes de partir hacia Nepal.
La máquina a la que se refiere Kilian es una máscara hipóxica, que simula las condiciones de falta de oxígeno de la altura. Con ella puesta, realizaba ejercicios aeróbicos como correr en cinta o bicicleta estática, además de dormir. El doctor Subirats lo explica: “Entrenamiento en hipoxia significa que estás trabajando con déficit de oxígeno y, por tanto, estás simulando estar en altura. El mecanismo que simule la altura puede ser de diferentes tipos, desde una tienda de hipoxia hasta una mascarilla con una mezcla de gases, pero parece que lo relevante pudiera no ser tanto el mecanismo como el protocolo que utilizas. Él simulaba que rodaba a 6.000 metros y después dormía simulando que estaba a 4.000 metros la primera semana, y progresivamente lo aumentaba hasta que la última simulaba que dormía a 5.800 m”.
Experimentando consigo mismo
A pesar de que este tipo de prácticas se han realizado otras veces, no constan estudios de estas magnitudes. “A Kilian siempre le ha gustado investigar y el conejillo de indias que utiliza es él mismo. Había estudios precedentes, pero la mayor parte de ellos simulaban dormir a 3.000 m y había muy pocos estudios que simulasen dormir por encima. En dichos estudios se veía que podía ser que te bajasen las defensas. Kilian hizo esto y lo superó –porque estos estudios llegaban a 4.000 m y él comenzó durmiendo a 4.000 m y acabó durmiendo a 5.800 m– y a él no le bajaron las defensas… pero a él, lo que no quiere decir que a otro sí puedan bajarle”.
De este modo, el doctor considera que el proceso que ha seguido Kilian Jornet “abre el camino a hacer más estudios que nos permitan diseñar aclimataciones simuladas de tal manera que, a las personas que tengan la ilusión de subir a una cima alta (como el Mont Blanc), puedas ofrecerles un tipo de entrenamiento que les permita hacerlo con mayores garantías y con menos días de estancia en altura”.