PARA EL FIN DE SEMANA

Tres senderos colgados del vacío en Granada, Ourense y Asturias

Conducciones hidráulicas, sendas mineras, carreteras inacabadas, procesos naturales… la mano del hombre y la de la caprichosa Naturaleza han dejado a lo largo y ancho de nuestro país un puñado de caminos que se desenvuelven por lugares insólitos desafiando la sensatez y la ley de la gravedad. Os dejamos tres de ellos como propuesta para el fin de semana.

Autor: R. Travesí, A. Rial y V. Barro | No hay comentarios |
Paso más estrecho en el desfiladero de las Xanas
Paso más estrecho en el desfiladero de las Xanas

Cahorros de Monachi, Sierra Nevadaen la Brecha. Granada

Los andaluces utilizan la palabra cahorros para nombrar los barrancos de las laderas y las gargantas estrechas y profundas. Hay dos cahorros que son famosos por su fotogenia: los del río Chillar en Nerja, Málaga, y los de Monachil en Granada. Por estos últimos discurre un sendero aéreo dotado con varios puentes colgantes que garantiza una emocionante jornada.

Los Cahorros de Monachil son muy populares entre los granadinos, pero desconocidos para los forasteros que llegan a Granada con el afán de conocer los lugares más famosos de la ciudad o de Sierra Nevada, por no hablar de los miles de esquiadores que se dirigen directamente a la estación de esquí sin tiempo ni intenciones de conocer otra cosa que nos sean las pistas, excelentes por otra parte. Lo conocen mejor los escaladores ya que en las paredes de la garganta se ha preparado una escuela de escalada con mucho prestigio dentro y fuera de Granada. Lo más curioso de todo es que sólo está a quince minutos del centro de Granada, lo que significa que podría ser el complemento de cualquier viaje de turismo o de excursionismo, lo mismo da.

El hecho es que el río Monachil, que nace a los pies del Veleta, ha conseguido abrir una enorme brecha en la “blanda” roca que compone la base del macizo nevadense. Es una garganta no muy larga, pero muy atractiva por las formas y colores que tienen las paredes que lo forman y la vegetación que prospera a su sombra. Y lo mejor de todo (para otros no será así, naturalmente) es que se puede conocer caminando sin riesgo por un sendero que utiliza en parte el canal de una antigua central hidroeléctrica ya en desuso, y que recurre a puentes colgantes cuando el terreno impide avanzar naturalmente.

Itinerario

Para entrar en los Cahorros es necesario dirigirse al pueblo de Monachil y preguntar por la Era Portachuelos, donde se puede dejar el vehículo. La era es vestigio de un pasado en el que los cultivos de trigo, centeno, espelta, avena y cebada cubrieron la mayor parte de estas tierras. Desde la era hay que bajar por un carril entre cortijos y huertas de frutales. En breve se alcanza una bifurcación del camino: uno va hacia los Cahorros Bajos y otro hacia los Altos. Seguimos por éste que gana altura hasta llegar a la Era de los Renegrales. La situación de las eras no es arbitraria. Se ponían en zonas altas para que el viento aventara la parva. La era es hoy un estupendo balcón para asomarse al cañón. El camino se adentra en el desfiladero y muy pronto se llega al puente colgante de 63 metros de longitud que salva el río y deja al caminante en el comienzo de la parte más angosta e impresionante del camino. El puente original se construyó hace cerca de un siglo y estaba hecho de cuerdas. Hace cuarenta años se construyó uno nuevo.

La garganta se estrecha notablemente, sobre todo en su parte superior, y es fácil creer que hubo un día en el que sólo era un túnel natural por el que fluía el río, y por si cabía alguna duda ahí está la cueva de las Palomas, uno de los rincones más bonitos del camino. Unas anillas en las paredes ayudan a superar el paso.

El cañón se abre para formar el paraje conocido como Las Azuelas o Cerro de las Uvas, por las viñas que hubo antaño. Aquí se encuentra instalado otro puente colgante, más corto que el anterior. Muy cerca mana la fuente de Las Chorreras, que no es mal lugar para pararse, disfrutar e iniciar el regreso, aunque se puede continuar río arriba hasta la estación eléctrica de la Vega que, en contra de lo que ponen algunos mapas, está en funcionamiento.

Si uno no quiere complicarse la vida puede, sencillamente, volver sus pasos y ya está, pero esta decisión le haría perder la posibilidad de conocer otra visión de los Cahorros yendo por el camino de la Solana.

Si, por el contrario, decidimos complicarnos la vida un poquito hay que empezar dándose la vuelta y desandar el camino hasta darse de bruces con una señal que indica el susodicho camino de la Solana. La señal está situada entre la fuente Las Chorreras y las Azuelas. Pasaremos al otro lado del río por el puente de las Chorreras, después del cual el camino se eleva hasta culminar en un punto desde el que se obtiene una visión homérica de Los Cahorros.

El camino discurre por una zona muy agreste. Alegrará toparse con la acequia de los Habices por los esbeltos álamos que la escoltan. Si no nos salimos de la vereda que llevamos terminaremos tarde o temprano en el camino de la Solana, por el que se desciende sin más fatigas hasta la Era Portachuelos.

Ficha práctica

Situación: a 12 km al sudeste de Granada capital.

Partida y llegada: Era de Portachuelos. Monachil.

Dificultad: media-alta.

Distancia: 9,45 km (llegando a la central eléctrica).

Desnivel: 386 m.

Tiempo: 2h 15 min.

Cartografía: Sierra Nevada. Ed. Alpina. 1:40.000. Hojas 1026-II y 1029-I del IGN. 1:25.000.

Información: Ayuntamiento de Monachil. Tel: 958 301 230. En su web en la sección Turismo-Qué hacer, hay disponible un folleto con un magnífico mapa de este recorrido. En esta misma página hay información turística.

Roberto Travesí

La pasarela del río Mao, cañones del río Sil. Ourense

En sus últimos cinco kilómetros, el río Mao discurre serpenteante entre paredes de granito. En este trayecto desciende desde los 800 metros de altitud hasta los poco más de 200 que se miden en el lugar donde tributa sus aguas al Sil. Con esta información es fácil hacerse a la idea de que nos encontramos en uno de los parajes más espectaculares de Ourense.

La central hidroeléctrica de la Escalada fue una de las primeras que se construyeron en Galicia. Para alimentar las turbinas de la central, más conocida como la Fábrica de Luz, la empresa La Gallega construyó la Canle Vella, un largo canal que tomaba el agua del río Mao mucho más arriba, ya que el irregular caudal del río no garantizaba la generación de electricidad. Ni que decir tiene que la obra hidráulica se convirtió en un hito tecnológico. Estamos hablando del año 1914.

La Escalada cambió radicalmente el paisaje humano y social de un extenso territorio de la región. Con la electricidad que producía se iluminó la cercana localidad luguesa de Monforte de Lemos, la propia capital ourensana y las aldeas de esta parte de la Ribeira Sacra. La Fábrica funcionó a pleno rendimiento hasta que en los años setenta se construyó la Canle nova, un canal que descarga en la central hidroeléctrica de Regueira, en el río Sil y que “retiró” a la vieja central que fue abandonada y comenzó un lento proceso de deterioro.

En 2010, gracias a un acuerdo entre Unión Fenosa, propietaria de la central, y el Ayuntamiento de Parada de Sil, la vieja central se recuperó y quedó convertida en albergue, centro de Interpretación y aula de usos múltiples.

Itinerario

La Fábrica es también el punto de partida de una corta pero excitante excursión por los últimos 1.500 metros del cañón del Mao. Es el llamado Sendeiro Fluvial do Río Mao, que recorre la escarpada ribera izquierda gracias a una sucesión de pasarelas suspendidas sobre el desfiladero que permiten observar a vista de pájaro un río que al principio discurre por pequeñas cascadas y pasos estrechos para ir haciéndose más tranquilo hasta remansarse antes de llegar al Sil. La pasarela, fruto de un proyecto de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil, se construyó en 2011 con financiación del Ministerio de Medio Ambiente.

La pasarela de madera comienza ganando altura entre castaños, abedules y robles hasta situarse a media ladera. Son casi dos kilómetros de camino aéreo.

El río se ensancha y convierte su cauce fogoso en un remanso que casi recuerda a un lago. Ya son visibles los bancales (conocidos aquí como pataos) construidos en las escarpadas pendientes para el cultivo de las vides con el que se producirá el famoso vino de A Ribeira Sacra. Un poco más lejos se divisa el espectacular río Sil, al que finalmente se une el Mao. Ya cerca de la desembocadura, la pasarela desaparece a la altura de un rústico puente de hormigón de exclusivo uso agrícola. Aquí comienza una pista, asfaltada en sus primeros doscientos metros, que llega a Barxacova. Barxacova es una pequeña aldea rodeada de viñedos, que conserva un cierto aire medieval.

Para regresar a la Fábrica de Luz tenemos dos opciones: o volver sobre nuestros pasos o buscar una pequeña senda que sale de Barxacova y que conduce hasta una pista. Hacia la izquierda baja al río; hacia la derecha sube hasta una carretera que es la que llega a la Fábrica de Luz. Es una carretera típica de la Galicia interior: preciosa y con poco tráfico.

Itinerario ampliado

La ruta de la pasarela suma poco más de tres kilómetros, y dejará con hambre a los excursionistas más ambiciosos. No hay que apurarse. Estos tienen la oportunidad de alargar la excursión cañón arriba, utilizando la Canle Vella, el canal que traía el agua hasta la Fábrica.

Pero antes hay que dirigirse a la cercana aldea de San Lourenzo de Barxacova. En la parte alta de la aldea hay que buscar las señales del camino y los indicadores que llevan a la necrópolis de San Vítor. Dicen los arqueólogos que trabajaron en las excavaciones que terminaron en 2010, que ésta podría ser la necrópolis medieval más extensa del noroeste peninsular.

La senda continúa hasta las ruinas de la caseta de carga del viejo canal, punto en el que el agua iniciaba su descenso hacia la Fábrica. En este punto se comienza a caminar por el viejo canal. El paseo es espectacular pues el canal discurre por la ladera del cañón a media altura y así lo hace a lo largo de unos cuatro kilómetros. Finalmente, tendremos que abandonarlo para ir hacia el canal nuevo, pero no antes de acercarnos al puente medieval de Conceliños, que tuvo una gran importancia durante la Edad Media pues era un paso clave en la comunicacion entre los monasterios de la Ribeira Sacra.

Tras las correspondientes fotografías del puente desde todos los ángulos, iniciamos el regreso por el mismo camino que hemos traído hasta aquí. Los más andarines tienen la posibilidad de continuar hacia la aldea de Forcas siguiendo las señales del GR-56 (Transourensano). Una vez allí, hay que continuar por el mismo GR que nos llevará, si somos capaces de encontrar las señales, hasta San Vítor. Decimos esto porque el sendero está mal señalizado y en este trecho hay un par de tramos que van por senderos donde puede haber algún problema de orientación.

Ficha práctica

Situación: cañones del Sil. Norte de la provincia de Ourense.

Municipio: Parada de Sil.

Ruta 1

Comienzo: Fábrica de Luz.

Final: Fábrica de Luz.

Distancia: 3 km.

Desnivel: inapreciable.

Tiempo: 1 h Cartografía: hoja 189-III del IGN. 1:25.000.

Observaciones: cuando la pasarela está mojada hay que ir con mucho cuidado pues la madera se torna resbaladiza.

Ruta 2

Comienzo: San Lourenzo de Barxacova.

Final: San Lourenzo de Barxacova.

Distancia: 33 km.

Desnivel: 380 m.

Cartografía: hoja 189-iii del ign. 1:25.000.

Información: Ayuntamiento de Parada de Sil. Tel: 988 208 010.

Dormir: albergue de la Fabrica de Luz. Tel: 679 060 509 – 988 984 990 

Anxo Rial

Desfiladero de las Xanas

Al desfiladero de las xanas le llaman el pequeño Cares por su parecido a la popular garganta. Como aquella, tiene túneles, precipicios, un camino ganado a la roca a fuerza de pico y dinamita y paredes tan altas que uno corre el riesgo de hacerse daño en las cervicales si insiste en llegar hasta el final. Y como la Garganta Divina, también ésta tiene relación con lo sobrenatural.

La xanas son pequeñas pero muy bellas. Llevan su melena larga y rubia atada con cintas de perlas o flores. También son extraordinariamente ricas, y esperan al pie de los caminos a que el viajero deshaga su madeja de hilo de oro para salir del encantamiento. Viven en las cuevas, las fuentes y en las orillas de los ríos, y de todo ello tiene la garganta abierta por el río Viescas. ¿Cómo puede extrañar que lleve el nombre de las hadas asturianas?

El desfiladero de las Xanas se encuentra entre los concejos asturianos de Santo Adriano, Quirós y Proaza. Tiene una longitud de alrededor de dos kilómetros y llega a alcanzar una altura de 500 metros entre el fondo del barranco y las cumbres de las montañas que le rodean. Su belleza y su interés geológico le hizo acreedor del título de Patrimonio Natural en 2002. Y lo mejor de todo es que se puede conocer desde dentro gracias a un espectacular camino excavado en la roca, herencia de un proyecto de los años cincuenta del pasado siglo cuyo objetivo era unir Pedroveya, Rebollada y Dosango con el valle del Trubia.

Por este motivo a la garganta de las Xanas se la conoce como el Pequeño Cares, y es muy conocida entre los excursionistas asturianos, aunque, a diferencia de la archifamosa Garganta Divina, ésta no sufre aglomeraciones. En otras palabras: una oportunidad de hacer una excursión cómoda, accesible, sencilla y mágica, como las mismas xanas.

Itinerario

La zona encajonada de la excursión que se propone aquí es relativamente corta. El camino labrado en la roca recorre el arroyo de las Xanas aguas arriba durante dos kilómetros. Esto significa que iremos ganando altura continuamente desde Villanueva hasta Pedroveya, pero conviene aclarar que el tramo del desfiladero es bastante llano, pues sólo remonta 150 metros desde la entrada a la salida. Es cuando se sale de la garganta y hasta llegar a Pedroveya cuando hay que enfrentarse al mayor desnivel.

El camino comienza en el aparcamiento que hay a las afueras de la localidad de Villanueva, capital del concejo de Santo Adriano, unos 300 metros después de tomar el desvío hacia Lavares. Allí está el panel informativo del itinerario (marcado como sendero de pequeño recorrido) y varias advertencias sobre el sendero que es importante tener en cuenta, en especial si se va con niños. A pocos metros, comienza el camino que nos lleva directamente al desfiladero. Éste sube decididamente al principio y después comienza un sube y baja de vueltas y revueltas en la zona más abrupta, allí donde el río ya no se deja ver y los tilos, avellanos y madroños emergen verdes, marrones o sin hoja, dependiendo la época del año, del fondo del cañón.

El sendero, abierto en la roca viva, está protegido en algunos tramos con un pasamanos. Después del túnel de la Virgen, las hayas se adueñan del monte. El camino se vuelve sombrío y se acerca al río hasta casi tocarlo. Después de las ruinas del molino de Secundino encontraremos una bifurcación sin señalizar: por la derecha hay unos peldaños hechos con traviesas de ferrocarril; por la izquierda parte un sendero menos claro que, sin embargo, es el tradicional. Ambos llegan a Pedroveya. Su iglesia, al pie de un antiquísimo tejo, es un lugar estupendo para dar cuenta de los embutidos y quesos asturianos que esperan en el fondo de la mochila. También tenemos la posibilidad de recalar en Casa Generosa, un restaurante familiar que hace honor a su nombre, con una escasa pero exquisita carta de platos asturianos. Todos los que prueban, repiten. En uno u otro caso conviene hacer la digestión dándose una vuelta por el pueblo, que conserva una interesante colección de hórreos y paneras.

Para regresar a Villanueva tenemos dos posibilidades: o desandar el camino de la garganta (una alternativa recomendable para los grupos con niños) o dar una vuelta por Dosango. Esta opción alarga notablemente la excursión, pero permite obtener una perspectiva completa de la zona y regresar por un lugar diferente. La subida hasta Dosango, que se hace por un sendero, es corta pero mantenida ya que salva un centenar de metros en apenas un kilómetro. Una vez en Dosango hay que seguir unos 500 metros por la carretera de Lavares (AS-187) y continuar después por una pista que parte a la izquierda. Este camino nos llevará hasta la carretera AS-360, por la que tendremos que caminar aproximadamente un kilómetro para llegar a donde aparcamos el coche. Hay que advertir que en el descenso, haciendo un pequeño desvío, se puede visitar el castro celta de El Collaín. Desde allí también se puede bajar por pista hasta la carretera de vuelta.

Ficha práctica

Situación: entre los concejos de Santo Adriano, Quirós y Proaza. Centro sur de Asturias.

Partida y llegada: área recreativa de Villanueva.

Dificultad: baja si se regresa por el mismo desfiladero y media si se hace el recorrido circular.

Distancia: 11 km si se hace la circular y algo menos si se se regresa por el desfiladero.

Desnivel: 650 m en el recorrido circular y 450 m en el lineal.

Tiempo: 4 y 3h 30 min respectivamente.

Cartografía: hoja 52-II del IGN. 1:25.000.

Turismo: www.quiros.es y www.proaza.es.

No perderse: comer en Casa Generosa de Pedroveya. Es necesario reservar. Tel: 985 768 209.

Víctor Barro

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