La Val d ́Aran es el Sangri Là de Pirineos: un valle rodeado de altas montañas, con una orientación diferente al resto de valles pirenaicos y que vierte sus aguas al Atlántico y no al Mediterráneo, como el resto de comarcas catalanas. Su relieve ha condicionado la disposición de los pueblos, los bosques, los cultivos y los pastos conformando un paisaje de gran belleza en el que se conjugan altas montañas con profundos valles y pueblos que podrían ilustrar un cuento de los hermanos Grimm.
- El fin del aislamiento
- Trigo entre montañas
- Un fenómeno natural
- Caído del cielo
- La fiesta de la fertilidad
- El cementerio más pequeño del mundo
- Diamantes negros
- Un territorio de tres idiomas
Aran en primavera
La nieve aún tardará en retirarse de las alturas pero el deshielo ya engorda los torrentes y ríos. La combinación de agua y sol pinta de verde claro todo el valle salpicándolo de flores de vivos colores. La Naturaleza se despereza tras el invierno y la vida bulle en cada rincón de Aran. La primavera, con sus días largos y templados, es un momento delicioso para gozar de los senderos a pie o en bicicleta o de sacar el último partido a las nieves que se retiran.
Aran en verano
En las partes bajas de Aran las temperaturas medias en verano no llegan a los 20 grados centígrados en verano, y aunque durante el día el sol pueda calentar, el descanso nocturno está garantizado. El verano invita a abandonar las partes bajas del valle para subir a las montañas que lo rodean en donde algunas manchas de nieve aún permanecerán hasta casi el fin de la estación.
Aran en otoño
Aran se convierte en un festival impresionista cada otoño. Los amarillos, ocres y anaranjados se adueñan de los bosques araneses antes de que el frío y el viento tumbe las hojas. Las lluvias se van haciendo más constantes y las primeras nieves empiezan a enfarinar las cumbres de las montañas. Después del cosmopolitismo que vive el valle durante el verano, y antes de la frenética temporada de esquí, los bosques otoñales invitan a tomar un baño de calma y sosiego.
Aran en invierno
La Val d’Aran puede presumir con todo derecho de contar con nieves de gran calidad durante un buen número de meses a lo largo del año. Un hecho que le ha convertido en un referente nacional y europeo en el terreno de los deportes de invierno, con el esquí alpino a la cabeza. La misma nieve que atrae a los esquiadores es la autora de unos paisajes impactantes que suponen un motivo más para viajar al Valle incluso en lo más riguroso del invierno.
Un valle para caminantes
Grandes rutas

La Val d’Aran es un lugar inmejorable para llevar a la práctica el consejo del escritor norteamericano William Faulkner de que un paisaje se conquista con las suelas del zapato. El Valle está surcado de cientos de caminos ancestrales que ahora sirven al digno propósito de descubrir los rincones más sugerentes de este siempre sorprendente territorio.
- Tour de la Val d’Aran. Setau sagèth
- Carros de Foc
- Camino de Santiago
- Tour del Aneto
- El circuito Pass’aran
- Camins Vius (Caminos vivos)
- Aran–Comminges
- Ramat de Camins