La idea
«Cómo surgió esa idea? Es una cuestión de sensibilidad. Hace ya más de 10 años que se me ocurrió, mucho tiempo en realidad, pero me gusta que las cosas maduren a su propio ritmo. Al principio, no era más que curiosidad por la historia y la geografía de los Alpes. Sencillamente deseaba descubrir esos lugares que desconocía, escenarios de la historia de este macizo.
Recuerdo la primera vez que le hablé de mi proyecto a Daniel Van Eeno, de Camp; «es genial», me dijo, «¿qué necesitas?» Le contesté que no me interesaba la pasta, tan sólo necesitaba una cantidad de dinero equivalente a un sueldo, ya que la travesía me llevaría entre cuatro y seis meses, tiempo durante el cual no iba a poder trabajar. «Tú fijas las cantidades y me avisas». Así empezó todo. Sentía que estaba preparado y que las personas cercanas a mi estaban dispuestas a apoyarme. No era un proyecto solitario, su logística exige la participación de otras personas.
El sentido
La travesía para mí, significaba adaptarse a la montaña. Cuando emprendes tal aventura no te queda más remedio que seguir el ritmo marcado por la naturaleza. Siempre he considerado la montaña como un proyecto global que implica la aproximación, la ascensión, los compañeros de cordada, y también el encuentro con otras personas, otras formas de vivir la montaña: pastores, guardas de refugio, cordadas, simples excursionistas, fabricantes…quería volver a descubrir un ritmo que me permitiera escapar de algunas de las realidades de este mundo. Durante mi travesía me movía al ritmo impuesto por la naturaleza. No existe otra alternativa: o te adaptas o te vuelves a casa. Quizá sea demasiado idealista, pero creo que no debemos renunciar a nuestro ideales, esto le da la oportunidad de existir.
¿Para qué y para quién?
El alpinismo es una pasión que parece haber sido escrita para nosotros, pero no practico esta actividades pensando en lo que me va a aportar. Lo más importante, es la libertad de expresión. Es necesario ser auténtico y tener en mente que somos una persona entre millones más, y que por lo tanto, nuestra pasión, elevada al rango de verdad absoluta, sólo es aplicable a uno mismo.
¿Lo más importante?
En esta travesía, lo más importante es el ser humano. Mucha gente sintió esa misma idea, y es algo que me ha hecho aún más feliz. No he intentado darle una dirección, simplemente he tratado de actuar de la manera más natural posible.
Caminar y escalar
Caminar y escalar son dos actividades muy complementarias. Cuando alcanzas la cumbre de una montaña, necesitas saborear ese momento tan emotivo. La caminata marca el ritmo de ese momento, de ese placer, te permite descansar.
¿Pensando en algún nuevo proyecto?
Hoy no pienso en ello. Habrá nuevos proyectos, pero aún no pienso en ellos. Es imprescindible vivir las experiencias hasta el final, sin pensar en lo que nos deparará el futuro.
El éxito por encima de todo
La travesía no era ninguna obligación. No hacemos alpinismo por obligación, sino por amor. Si me sintiese obligado, perdería la ilusión y lo echaría todo a perder. Ante todo hay que ser libre y amar lo que hacemos.
Lejos de la competición
No soy enemigo de la competición. Sin embargo, las motivaciones de la competición no me conciernen de ninguna manera. No siento la necesidad de compararme con los demás. Quizás tenga una visión del mundo algo utópica, pero la competencia establecida entre las personas que mueven los hilos del mundo no me interesan. Recuerdo una citación de Roman Gary: «Las personas, para no ser vencidas, se pasan el tiempo tratando de ser vencedoras». A ese juego perdemos todos, ya que nos olvidamos de todas las cosas importantes que nos brinda la vida, independientemente de la victoria y la derrota.
Y sin embargo luchar
Es cierto, hay que pelear en montaña. Es como si ella te dijese:»si quieres pasar por aquí, paga tu parte», aunque nunca estamos obligados a aceptar el juego. La montaña siempre será la más fuerte. El alpinismo es eso, reconocer lo insignificante de nuestro ser.
Las dudas
Comencé la travesía con la clara intención de llegar hasta el final. Nunca me pregunté qué era lo que estaba haciendo allí, sencillamente porque lo que realmente me interesaba eran las experiencias que me esperaban, no la idea de coleccionar vías. Te pueden pasar tantas cosas en este tipo de aventura. Está claro, desde el primer día, me podía haber caído una piedra en la cabeza y no haber vuelto jamás. Es algo inevitable, pero lo esencial fueron las experiencias que viví durante la travesía.
La preparación
En un principio pensé que era importante prepararlo todo. Me compré mapas, intenté trazar los posibles itinerarios pero enseguida me agobié. Esa no era la mentalidad con la que quería afrontar la travesía. Me dije:» comienzas el viaje, te buscas la vida, te adaptas, eres montañero, con lo cual debes ser capaz de adaptarte en el día a día». Hacía 20 años que no escalaba con Patrick Edlinger, nos encontramos en un ritmo natural, fue un reencuentro real.En cuanto a Philippe Magnin, nos conocimos en la universidad, sabía que era una persona amable, sencilla, eficaz, pero no había escalado con él hasta el día de las Grandes Jorasses. Sé que la gente que escaló conmigo lo hizo con la intención de pasar juntos momentos auténticos, no con la idea de engrosar su palmarés.
La ausencia
Es evidente que es muy duro estar lejos de las personas a las que quieres, pero me di cuenta que cuando existe amor entre las personas, la separación no te aleja de ellas. Mis hijos (de 11 y 16 años) se sentían integrados en el proyecto. La verdadera ausencia es afectiva.
Los mejores momentos
No podría citar una sola anécdota, en estos meses pasaron muchas cosas. Recuerdo con especial interés la escalada de la Marmolada junto a Patrick Edlinger. A mitad de vía, el frío se hizo intenso, tratábamos de escalar rápidamente hasta que nos pilló una tormenta; estábamos empapados, las cuerdas se agitaban con el viento… Rapelar en esas condiciones exige un gran esfuerzo tanto físico como mental. En ese contexto, la confianza en tu compañero es imprescindible y debe ser total.
La soledad
Las dos ascensiones en solitario fueron momentos inolvidables. Las condiciones en el Viso y el Corno Stella fueron increíbles. En realidad, tenía previsto subir al Viso con un amigo, Gian Carlo, pero las condiciones meteorológicas nos hicieron cambiar de planes. Me dijo: «estás preparado, sólo iras más rápido que conmigo, yo y unos compañeros te ayudaremos a transportar el material». Al final subí sólo, pero nunca me sentí tan acompañado.En el Corno Stella sucedió algo parecido. Me ayudaron a transportar el material, pie de vía, incluso recibí la ayuda de una pareja de pensionistas, aunque esta vez tuve que luchar como nunca lo había hecho. Fue una de las raras veces que se me saltaron las lágrimas al alcanzar la cima.
Los medios de comunicación
No me han molestado en absoluto, todo sucedió con naturalidad. Los periodistas estaban allí, no les importaba tener que caminar durante largas horas para encontrarme en un refugio o al pie de una vía. Me sentía feliz al ver el interés que mostraba la gente por mi proyecto.. Lo más importante es que en ningún momento tuve que obligar a nadie a colaborar conmigo, ni a mis amigos, ni a los compañeros de cordada ni siquiera a la montaña.
El entrenamiento
No me preparé específicamente para la travesía. Mi preparación es mi vida, hace 31 años que salgo al monte. Creo conocer bastante bien mis límites físicos, además no me cuesta luchar por algo que me gusta. Tenía una confianza absoluta en mí mismo.
La llegada
Algo muy importante, obviamente. Conozco perfectamente esos lugares, tenía ganas de tomarme el tiempo que me fuera necesario. Fue como un viaje dentro del viaje, el cambio de la vegetación, del terreno… Retrasé al máximo mi llegada, pero problemas personales perturbaron esa imágen. Es como si «el después» hubiese llegado demasiado pronto.
¿Un mensaje?
Lo esencial, es que el alpinismo es la expresión de un juego natural. Implica seguir el orden natural de las cosas. La montaña es la montaña. No debemos transformarla, sea cual sea la dificultad a la que nos enfrentemos. Cuando empiezas a hacerte preguntas es que ya te has salido del contexto. Los pioneros no dudaban de nada, trataban de descubrir los Alpes poniéndose al nivel de las montañas. Sentían profundamente como la experiencia más enriquecedora e interesante emanaba de la naturaleza misma de la montaña, de su autenticidad.
Listado de ascensiones
141.683 metros de desnivel positivo de los cuales, 22.280 de escalada.Salida el 26 de agosto y llegada el 9 de febrero. 167 días desde el Triglav (Eslovenia) hasta la playa des Sablettes à Menton (Francia)
27 de agosto : Triglav, 2 863 m (Alpes julianos)Ascensión de la cara norte con Patrick Edlinger, Tomaz Humar y Zumba.1 846 m de dsnivel en 7 h.
5 de septiembre : Cima Ovest, 2 973 m (Dolomitas)Vía Cassin-Ratti, con P. Edlinger.500 m de desnivel en 6 h 30.
6 de septiembre : Cima Grande, 2 999 m (Dolomitas)Vía Brandler-Hasse, con P. Edlinger.550 m de desnivel en 7 h 30.
11 de septiembre : Civyta, 3 218 m (Dolomitas)Vía Solleder con P. Edlinger.1.200 m de desnivel en 7 h 30.
12 de septiembre : Civyta, punta Tissi (Dolomitas)Vía Phillip-Flamm con P. Edlinger.1 000 m de desnivel en 9 h.
13 septiembre : Civyta, cima Su Alto, 2 958 m (Dolomitas)Vía Livanos-Gabriel con P. Edlinger.750 m de desnivel en 8h.
16 septiembre : Marmolada, 3.342 m (Dolomitas)Vía del Poisson con P. Edlinger.900 m de desnivel en 7 h.
18 septiembre : Marmolada di Rocca, 3.265 m (Dolomitas)Vía Vinatzer y variante Messner con P. Edlinger.1.000 m de desnivel en 9 h.
25 septiembre : Crozzon di Brenta, 3.135 m (Dolomitas)Ascensión del pilar de los Franceses con P. Edlinger.800 m de desnivel en 9 h.
26 septiembre : Brenta Alta, 2.960 m (Dolomites)Vía Dyassis con P. Edlinger.500 m de desnivel en 5 h 30.
4 de octubre : Cengalo, 3.370 m (Massif de la Bernina)Vía noroeste con Ottavio Fassini.1.300 m de desnivel en 7 h.
24 y 25 de octubre :