Comida deshidratada, cocinadas de modo tradicional. Cuentan con 13 recetas, algunas de ellas vegetarianas, sin grasas trans, ni aditivos o conservantes.
El preparado viene en un envase ligero, metálico y estanco, reciclable, tipo conserva. Le acompaña una bolsa de plástico con otra más pequeña en la que va el reactivo químico.
Colocamos este último dentro de la bolsa de plástico, a continuación vertimos el recipiente con la comida, añadimos agua (que no tiene por qué ser potable necesariamente), y cerramos la bolsa como nos indican en las instrucciones. El agua reacciona con el reactivo y genera el calor suficiente para calentar la comida en 10 minutos.
Así, no hace falta hornillo ni fuego. El rendimiento peso/alimento no es su punto fuerte respecto a otros liofilizados, pero el sabor es realmente bueno.