El valle de Hushé es una región de Baltistán situada a unos 3.000 metros de altura, de difícil acceso y rodeada por varios de los picos más altos del mundo. Además de tener que lidiar con todos los problemas de un lugar subdesarrollado, Baltistán tiene una dificultad aún mayor: es un área de conflicto entre India, Pakistán y China, desatendida por el gobierno. Esta situación dificulta el desarrollo de la población del valle, que también se ve afectada por problemas de salud y pobreza extrema.
La firma vasca Ternua, siguiendo su objetivo de proteger a las personas y al planeta al mismo tiempo con prendas sostenibles, técnicas y funcionales, ha incluido en su línea de accesorios de la colección de este invierno dos modelos de gorros hechos por mujeres del valle del Hushé, el Balti y el Balti Bor, a base de lana natural.
Concretamente, se hizo un pedido de 3.325 gorros que han dado trabajo e ingresos a 80 mujeres de la zona y que ya están en diferentes puntos de venta de Ternua, tanto nacionales como internacionales. Ternua donará adicionalmente un porcentaje de sus ingresos por estos gorros a la propia cooperativa Ringchan.
La cooperativa Ringchan surge de la colaboración entre Ternua y la Fundación Baltistán; esta última fue creada en 2001 en el Valle de Hushe por, entre otros, el alpinista y colaborador de la marca Alberto Iñurrategi, en honor a su hermano Félix. “Este proyecto supone un hito en lo referente al emprendimiento de las mujeres del Valle de Hushé ya que se trata de la primera cooperativa registrada y gestionada únicamente por mujeres del valle. Va a dar trabajo y nuevas oportunidades a 80 mujeres procedentes de los 8 pueblos que conforman el valle. De ellas, unas se han dedicado a la producción de los productos y otras a tareas de gestión, marketing, finanzas o calidad».
«Los beneficios de esta iniciativa para estas mujeres no van a ser únicamente económicos, sino que es un apoyo en el proceso de su desarrollo global, empoderándolas, enseñándolas, autoafirmándolas, haciéndoles visibles e importantes dentro de su comunidad. Un camino hacia un cambio íntegro en sus vidas”, comentan desde la Fundación Baltistán. La formación humana y profesional son los pilares de esta Fundación, como llave para el desarrollo socio-económico de la población. De hecho, las mujeres llevan formándose en cursos de costura desde hace 10 años, en los que además de técnica, se les ha formado en DDHH y autoestima.

Cada gorro refleja el esfuerzo de una persona del Valle, mujeres que viven a 8.800 kilómetros de distancia. Y, dada esta singularidad, Ternua ha diseñado una etiqueta personalizada para cada gorro en la que se incluye el nombre de la persona que lo ha fabricado y el número de gorro fabricado por ella, porque cada gorro es único y diferente. Sin duda, un buen regalo, bonito y funcional, con conciencia y con historia, para estas fechas señaladas.
Descúbrelos en la web de Ternua.