Parecidos razonables

Mochilas de trekking frente a mochilas de ataque

Similares en tamaño pero distintas en cuanto a exigencias. Las mochilas para trekking y las dirigidas a la escalada y el alpinismo técnico tienen algunos puntos en común pero divergen en gran número de detalles. Quienes las adquieran equivocadamente comprobarán rápidamente sus carencias en actividades donde, sin el elemento adecuado, puede ser difícil llegar a buen puerto.

Si la mochila está destinada al alpinismo es preferible que tenga un diseño limpio
Si la mochila está destinada al alpinismo es preferible que tenga un diseño limpio
José Isidro Gordito | 7 comentarios |

Aunque puede parecer lógico que con dos mochilas diferentes pero de tamaño equivalente se pueden hacer las mismas cosas, ciertos componentes pueden adaptarlas a determinados usos y alejarlas de otros. Esto ocurre, particularmente, con las mochilas pensadas para excursionismo de una jornada y aquellas ideadas para escaladas comprometidas que, incluso, puedan comportar algún vivac.

Cuando hablamos de mochilas para trekking y mochilas de ataque entendemos que las diferencias no están en que las primeras caminen solas y las segundas vengan equipadas con un kit de combate. Lo que prima en las de excursionismo es la ventilación de sus espaldas y que ofrezcan un buen número de bolsillos para facilitar la vida a los usuarios. En las de ataque, en cambio, la ligereza, compacidad y estabilidad son tres de los atributos más buscados. Daypack es una palabra muy extendida para designar las mochilas dirigidas al mundo del outdoor. Contenedores para actividades generalmente de una jornada con unas capacidades que rondan los 20-30 litros, hasta un máximo de 40-45 l. Como modalidad practicada al aire libre, el trekking tendría en ellas su herramienta idónea.

Mochila de ataque es una denominación derivada de tiempos pasados, donde incluso periplos a los Picos de Europa, los Pirineos o los Alpes se afrontaban como aventuras exploratorias. Los viajes o aproximaciones se hacían con mochilas de grandes litrajes hasta un campo base, que bien podía ser un camping o un refugio. Dentro de esas mochilas, a ser posible bien comprimida y plegada, viajaba otra de tamaño reducido (también unos 20, 30, 35 litros…) que era suficiente para transportar todo lo necesario en escaladas técnicas y acompañar los movimientos del usuario sin producir desequilibrios, fuesen o no llenas.

Por supuesto, también “de ataque” eran esas mochilas con las que se acometían vías en zonas cercanas. Auténticas “climb tools” o herramientas de escalada donde acarrear hasta la base todo el material necesario para la jornada y acompañar al escalador por la ruta conteniendo sólo algo de agua y, tal vez, alguna prenda de abrigo.

Hablar de mochila de ataque en el momento actual significa englobar tanto las del último párrafo como las que se llevan dentro de un elemento de mayor tamaño para ser empleadas en recorridos técnicos, con la salvedad de que las nuevas tendencias las han convertido en principales. Las actividades de varios días, las pernoctas fuera de casa… han descendido notablemente. Los litrajes para las de actividades más rápidas están entre los 20 a 35 litros, siendo las de 40 y máximo 50 las pensadas para ataques invernales o incluso escaladas técnicas que puedan comportar varios vivacs.

Daypacks versus climb tools

Un tamaño y capacidad similares puede distraer del verdadero destino de las mochilas si no se atienden algunos detalles importantes. Por regla general una mochila de día para excursionismo tiene un compartimento principal al que se accede mediante cremalleras. En cambio, las que están pensadas para alpinismo prescinden de este sistema de apertura para evitar riesgos de rotura que puedan comprometer la seguridad de la cordada. Es cierto que no siempre es así, pero debemos reconocer que es un detalle que marca la diferencia.

La forma de unas y otras también las delata. Mientras las de trekking son anchas en su base y más reducidas en la parte superior, las de escalada son estrechitas abajo para crecer hacia arriba.

Los accesorios también dicen mucho de ellas. Un daypack que se precie tiene múltiples bolsillos con cremallera, anillos de los que suspender accesorios, sistemas para colgar un bastón y, como mucho, un único portapiolet. Las de ataque llevan compresores, doble portapiolet y, como mucho, un bolsillo portadocumentos en su parte superior, aunque la tendencia apunta a la desaparición de las hasta ahora conocidas tapas en favor de leves apósitos que cierran la boca principal cuando se tracciona del cordón de cierre.

Otros elementos distintivos

El acceso a la mochila mediante una cremallera es casi exclusivo de las mochilas para trekking. Inspirados en los sistemas de compartimentación de las de gran litraje, ideados para extraer, por ejemplo, el saco de dormir sin deshacer todo el conjunto, los daypacks suelen tener un acceso aunque su tamaño sea reducido en relación a aquéllas. No es difícil, tampoco, encontrar un bolsillo en el que se oculta un cubremochila, útil en caso de lluvia.

Las de ataque, en especial en sus tamaños menores, pueden tener algún accesorio para inmovilizar y transportar una cuerda (atención, si es posible este elemento de seguridad se debe llevar siempre protegido en el interior) o incluso unos crampones, pero destacan por su limpieza de líneas que pretende evitar se enganchen y puedan rasgarse.

Aunque los materiales de unas y otras son similares, las de escalada y alpinismo ya tienen componentes termosellados pues se busca una estanqueidad sin necesidad de complementos como los citados cubremochilas. Frente a las rejillas traspirables de las espaldas de las de trekking, en las de uso en la vertical lo normal es que los dorsos sean termoformados, o incluso no cuenten con canales de ventilación y se compongan exclusivamente por materiales robustos con un ligero acolchado en su interior (que en ocasiones puede extraerse y hacer las veces de minicolchoneta de vivac), reduciendo el riesgo de enganches y roturas aun a costa de bloquear el sudor del usuario.

Dorsos de moda

Para las mochilas de trekking se han popularizado las espaldas ventiladas, muchas de ellas con varillajes y tejidos de rejilla montados con tensión, lo que las separa del compartimento principal. Como los movimientos de la actividad no suelen ser extremos, y el centro de gravedad corporal no varía demasiado, este tipo de dorsos son adecuados para caminar (mejor en condiciones secas, pues en caso de ventisca la nieve puede depositarse y congelarse entre rejilla y mochila). Los escaladores suelen preferir las espaldas más sencillas, de las llamadas “de contacto” que se ciñen completamente a su anatomía aunque no transpiren tanto, pues muchas de ellas no tienen ni siquiera canales de aireación o materias perforadas.

Imprescindible o engorroso

Donde un trekker puede ver complementos imprescindibles, un escalador puede advertir componentes pesados y voluminosos. Un buen número de bolsillos, cubremochilas escamoteables, correas donde colgar accesorios, cinturones acolchados… vendrán muy bien al excursionista pero molestarán a quien busque un equipaje compacto que no se enganche en salientes de roca y persiga una gran resistencia mecánica. Algún bucle para izado, portapiolets, compresores y cinturones –a ser posible escamoteables– serán suficientes para el escalador.

[José Isidro Gordito es guía de montaña, experto alpinista y piloto de parapente. Reconocido divulgador y autor de artículos técnicos relacionados con el material y la vestimenta para los deportes de montaña. Puedes seguirle en su blog]

Comentarios
7 comentarios
  1. Ciertamente, no se puede responder a tanto en tan poco, Ana. Sigue el consejo de El viejo del saco. Hay clubes con instructores titulados y q dan cursos de excursionismo donde se habla de material y alimentación. Enumerar marcas y modelos sin saber cuál es tu peso y morfología, que forma tiene tu pié y como es tu biomecánica de marcha sería engañarte y darte un mal consejo. Un vendedor sabio, honesto y competente también te podría ayudar. Pero de estos hay pocos.

  2. Ana, creo que tu consulta da para un artículo completo. O para una visita a un club que tengas cerca donde la gente te podrá contar sus experiencias sobre qué usar y qué evitar sin el sesgo de un vendedor. No estoy seguro si se consiguen por allí pero yo siempre que puedo compro mochilas Osprey. Y por botas Salomon me han dado excelente resultado pero me encantaria probar Boreal o Asolo sin entrar en nada muy técnico. Saludos desde Canada

  3. Hola como una Senderista , me gustaría saber si podrían dar consejos para aquellas personas que salimos hacer cimas en la montaña , haciendo de 15 a 25 kms que consejos de mochilas podría darnos y que tipo de bota es la ideal Que comer el día antes y durante la ruta Gracias

  4. Si fui yo…es que me iba a la guerra…que dolor, que dolor, que pena…

  5. Recuerdo estar una vez en en una tienda mirando algo, y escuchar a otro cliente preguntarle al dependiente por las «mochilas de combate» que tenían disponibles…


 

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