La UIAA (Unión Internacional de Asociaciones de Alpinismo) ha presentado las conclusiones de un estudio que lleva años documentando acerca de los daños sufridos por parabolts debido al estrés por corrosión. Los investigadores del organismo internacional han lanzado una advertencia, sustentada en los crecientes casos de accidentes y roturas inesperadas de parabolts: en los lugares menos propicios, no se recomienda la utilización de ningún parabolt de acero inoxidable –ni tan siquiera los comercializados como de alta resistencia a la corrosión–, y sólo señalan como adecuados los fabricados en titanio.
Zonas de especial incidencia de la corrosión
Las investigaciones apuntan que las zonas en las que el estrés por corrosión tiene una mayor incidencia están definidas por una serie de datos microclimáticos cuya combinación es de alto riesgo: una humidad relativa moderada (ni muy seca ni muy húmeda), poca pluviometría (el agua, incluso la del mar, puede prevenir la corrosión), altas temperaturas y tipos de roca específicos como la caliza o la dolomita.
Todo ello favorece que las sales formadas por depósitos con altas concentraciones de cloruro de magnesio, cloruro de calcio o cloruro de sodio actúen en contra de la resistencia del acero inoxidable. Por tanto, las localizaciones cercanas al mar son las que corren un mayor riesgo, y no sólo los acantilados y las escuelas más ‘marineras’, sino que las brisas pueden transportar la sal varios kilómetros tierra adentro. La UIAA amplía la zona de máxima afectación a unos 30 km de la costa.
En este sentido, el estudio ha identificado los lugares que mayor riesgo corren de sufrir este tipo de daño en sus vías de escalada. Uno de los indicados es Menorca, y es que las islas Baleares son probablemente la zona de nuestro país con una mayor incidencia del estrés por corrosión. Otros lugares advertidos son: Portugal, Cerdeña, Malta, Italia, Grecia, Marruecos, Tailandia, Taiwan, República Dominicana, Cayman, Hawai y Madagascar.
Las piezas dañadas son indetectables
Lo primero que apunta el estudio es que los parabolts que sufren este problema no se pueden diferenciar a simple vista y ni tan siquiera haciendo una comprobación tirando de ellos. Sin embargo, no tienen por qué ser muy antiguos sino que en unos pocos meses ya pueden estar en mal estado y no resistir ni tan siquiera el peso de un escalador.
Por eso, la UIAA recomienda a los escaladores que tengan en cuenta la posibilidad de que los parabolts de las vías que vayan a escalar en una zona de especial riesgo puedan estar dañados y tomen precauciones al respecto.
El titanio, la única solución real
El estudio de la UIAA ahonda también en los materiales más adecuados para las condiciones de máximo riesgo, y el resultado no es demasiado alentador. Según los datos, no habría ningún acero inoxidable apto para dichas condiciones, ni tan siquiera los que se comercializan como de alta resistencia a la corrosión.
La única excepción serían algunos de estos aceros de la más alta gama o bien los parabolts fabricados con titanio de grado 2.
Parece mentira que tailandia nos lleve la delantera reequipando en titanio. Y aquí sigamos empecinados en buscar la solución menos efectiva, metiendo parabolts. En Calanques los tensores químicos de 45 micras de galvanizado que se colocaron hace 30 años siguen dando resistencias a la extracción mecánica de 2300 k. Y parece que duraran un buen rato mas. ¿Señor Ruballo que piensa hacer la federación española de montaña y escalada? ¿Porque no se deja usted asesorar?