«Aquí seguimos en nuestro querido y nunca odiado Dhaulagiri. Le queremos mucho. No es culpa suya lo que está ocurriendo este año. El Dhaulagiri es una montaña muy especial, pero este año no es solamente en el Dhaulagiri, en el Everest están sin poder moverse del campo base, con las tiendas destrozadas, y a estas alturas no ha subido nadie».
Carlos nos cuenta los dos días de mal tiempo que han tenido durante su estancia en el campo 1, en los que no ha parado de nevar por lo que la montaña está muy cargada de nieve. Durante el descenso han vivido varias avalanchas que, por suerte no les alcanzaron, pero sí «nos asustaron un poquito».
«Tenemos la esperanza de que antes de final de mayo, antes de la llegada del monzón, tengamos unos días que se puedan aprovechar para intentar la cima. En eso estamos. Vamos a ver si lo conseguimos».