La expedición rumana formada por Zsolt Torok, Romeo Popa y Teofil Vlad ha completado con éxito su objetivo de abrir una nueva ruta al Pumori (7.161 m) en el Himalaya de Nepal. El terceto ha firmado Les voyages du Petit Prince, un itinerario de 1.100 metros de desnivel, con dificultades cotadas en AI4 R y que recorre la cara sureste de esta montaña vecina del Everest.
Cuenta Zsolt Torok que la primera vez que vio con sus propios ojos el Pumori fue desde el campo base del Everest en 2015. Un año que precisamente esta cumbre fue triste protagonista de la actualidad al soltar su arista un serac que provocó la avalancha que acabó con 22 vidas en el CB durante el pavoroso terremoto de Nepal.
Inspirado por el pionero del himalayismo rumano Galescu Cornel, Zsolt Torok comenzó a pensar en una posible nueva ruta en esa montaña. Antes, sin embargo, se encordó con Vlad Capusan en 2016 para completar la primera ascensión del Saldim Ri (6.374 m), conocido también como Peak 5, en la zona del Makalu. Aquello le brindó el compañero perfecto para cumplir su sueño.
En 2017, ambos se instalaron en la base del Pumori y se lanzaron a por una posible nueva ruta, a partir de la multitud de mapas que Torok se había imprimido, con diversas opciones que parecían factibles. Sin embargo, la Hija de la Montaña (eso es lo que significa Pumori, un nombre que hace referencia a su cercana relación con el Everest) sacó a relucir su furia y el dúo abandonó después de que una avalancha pasara por encima de Capusan y estuvieran a punto de tener que lamentar algo peor.
A principios de 2018, pues, Zsolt Torok y Vlad Capusan cambiaron diametralmente de objetivo y viajaron a Patagonia, donde escalaron el Cerro Torre y abrieron una nueva variante en el Cerro Adela Sur. Con aquello, Zsolt Torok se vio listo para regresar al Pumori este otoño, aunque esta vez lo haría con dos compañeros diferentes: Romeo Popa y Teofil Vlad.
Los viajes del Pequeño Príncipe
La expedición comenzó con una ascensión de aclimatación al Lobuche. Ya a los pies del Pumori, lanzaron su intento desde el campo base avanzado (5.600 m). Su línea traza un recorrido directo a través de la cara sureste, a la izquierda de la ruta escocesa de Sandy Allan y Rick Allen (1986).
Necesitaron tres vivacs en la cara sureste antes de conseguir alcanzar la arista somital, a unos 6.700 metros de altura. Allí, todavía realizaron un vivac más, a la espera de que las fuertes rachas de viento de hasta 100 km/h les dieran un respiro y les permitieran superar los últimos metros de hasta la cumbre. Su espera obtuvo recompensa y consiguieron disfrutar en la cumbre de un breve momento de calma, que aprovecharon para tomar varias fotografías, antes de emprender de nuevo el camino de su tienda en la arista. Allí pasaron otra noche y al día siguiente rapelaron los 1.000 metros de desnivel que los separaban del pie de la montaña por la vertiente oeste.
La ruta transcurre principalmente sobre hielo, con algunos difíciles tramos de terreno mixto. Zsolt Torok apunta que “como admirador de las vías alpinas clásicas que soy, he intentado hacer una adaptación de este estilo, aun siendo consciente de que en una montaña de más de 7.000 metros, a veces la dificultad técnica es diferente a la de los Alpes”.