Álex Txikon, Ali Sadpara y Simone Moro, ¡cima en el Nanga Parbat invernal! Leer noticia
La meteorología sigue sin dar tregua a los montañeros apostados a los pies de la vertiente del Diamir del Nanga Parbat. Han pasado dos semanas desde la llegada de un período de mal tiempo que se anunciaba prolongado, y los partes no terminan de dar buenas noticias a Álex Txikon, Ali Sadpara, Simone Moro y Tamara Lunger. A pesar de ello, han aprovechado un mínimo respiro para volver a la acción en la montaña.
Las previsiones recibidas en el campo base anunciaron a finales de la semana pasada una ventana de buen tiempo de tres días que empezaría el domingo, aunque no era muy segura ni tampoco demasiado buena. Pero Álex Txikon, Ali Sadpara, Simone Moro y Tamara Lunger tienen claro que el invierno en el Nanga Parbat no les dará demasiadas posibilidades, así que elaboraron un plan para intentar realizar la salida de aclimatación que les falta antes de poder pensar en lanzar un intento a cumbre.
De esta manera, los cuatro partieron el domingo hacia el campo 1, con el objetivo de reabrir la huella hasta la base del muro Kinshofer y pasar la noche en C1. En función de la evolución del tiempo, tomarían una determinación acerca de si continuar ascendiendo y trabajando en la ruta hasta el C2 o incluso hasta el C3, donde les gustaría pasar una noche antes de ir a por la cima.
Mucho viento…. y un zorro que se zampa la comida del C1
Sin embargo, ninguno de ellos había previsto el origen del siguiente inconveniente. Al llegar al C1, los expedicionarios descubrieron un agujero en la tienda, provocado por un zorro hambriento que se ha comido todos los víveres allí almacenados. La relativamente baja altura de ese campamento (entre los 4.800 y los 4.900 metros) ha facilitado la llegada del animal, que difícilmente se aventuraría a cotas más elevadas.
Animales que llegan, en pleno invierno, a 4.800 metros
Así lo cuenta Alex Txikon:
«Serían cerca de las 14:00 cuando ayer alcanzaban el C1 (4.800m). Pasaron algo menos de una hora arreglando los desperfectos que presentaba la tienda tras la última avalancha, y algo más de tiempo para poner un poco de orden en el interior. Y es que, aunque todavía nos cuesta creerlo, algún o algunos animales –muy probablemente zorros– han alterado todo y se han llevado y comido más de cinco kilos de comida. Ha desaparecido todo, incluso la bolsa: queso, jamón, polenta, tang, azúcar, galletas, chocolate, barras energéticas… no han dejado nada, salvo las latas de conservas y la comida liofilizada».
«El programa para el día de ayer era prudente y consistía en abrir huella hasta el comienzo del couloir y después volver al C1 (4.800m) donde pasarían la noche para al día siguiente –es decir, hoy– seguir avanzando hasta el C2. Pero según terminaron de poner la tienda en condiciones, los nubarrones que llevaban amenazando toda la mañana se cerraron aún más y se levantó un viento francamente fuerte y desagradable que imposibilitaba trabajar mucho más arriba. Esperaron un tiempo, hasta que la llamada de Tamara Lunger a su hombre del tiempo –Karl Gabl– vino a confirmar la peor de las sospechas: un nuevo giro de meteo –inesperado– iba a traer nubes y viento para dos días. De modo que la idea de pasar noche en el C1 había dejado de tener sentido porque el día de hoy ya no iba a ser practicable. Así que hacia las 17:00 de la tarde llegaron de nuevo al Campo Base».
Tomek Mackiewicz planta su CB más abajo
Mientras tanto, Tomek Mackiewicz ha instalado su nuevo campo base 1.000 metros por debajo del CB de la vertiente del Diamir, en la aldea de Ser. Acompañado por dos policías de escolta y un cocinero, la intención del polaco era partir desde allí cuanto antes y pasar todo el tiempo posible en la montaña. De momento, habría montado su C1 en el despoblado de Kutgully y habría regresado a Ser. No están claros cuáles serán los siguientes pasos de Mackiewicz, quien regresaba a la montaña desde Chilas después de haber dado por cancelada su expedición con Elisabeth Revol. También, para conseguir fondos con los que financiar su expedición (no tenía dinero siquiera para el billete de regreso), puso en marcha una campaña de crowfounding con la que esperaba recaudar 25.000€.
Pena que Tomek Mackiewicz ha retirado del Nanga y no estuviera en el grupo de éstos cuatro. Con él tendrían posibilidades mucho mayores de éxito.
De los 14 ochomiles, 12 ya están profanados en invierno. Solo quedan K2 y Nanga Parbat. Lo del K2 lo entiendo ya que es la montaña más dificil en cualquier época del año y por cualquiera de sus vertientes, pero lo del Nanga…..¿qué ocurre, que cada año acuden los mismos personajes y no tienen el nivel suficiente? A ver si tendrá que ir el Calleja con su helicóptero!!