La meteorología está ofreciendo su cara menos colaboradora durante esta temporada de verano en los ochomiles de Pakistán. El Nanga Parbat, que suele ser el primero de los cinco picos de 8.000 m en ser escalado cada año, es buena muestra de ello. Las cuatro expediciones que trabajan en la ruta Kinshofer todavía no han podido llegar a los 7.000 metros y la cima parece todavía una opción lejana.
Sergi Mingote ayuda a un alpinista con problemas en el C2
Ali Sadpara es el líder de la expedición más importante en la ruta. Por la experiencia del guía pakistaní, es él quien lleva la iniciativa en el trabajo en el itinerario. Junto a él, figura Sergi Mingote, quien ayer mismo publicaba la siguiente narración de su última difícil jornada en la pared, superando el muro Kinshofer:
Después de varios días con nieve, ayer decidimos salir hacia Campo 2. Fue un día duro y arriesgado, pero lo más importante es que trabajando como un verdadero equipo las tres expediciones que ascendíamos desde el CB al C2 conseguimos salvarlo bastante bien.
El origen de todo parte en los más de 1.800 metros que nos “metimos” entre pecho y espalda abriendo traza en todo momento. Sobre todo los dos sherpas de Seven Summit y yo ayudando en lo posible.
El muro Kinshofer, una pared de piedra de algo más de 100 metros nos puso a todos a prueba, entre viento y nieve (no hay día que nos de tregua).
A las 18 h llegábamos al C2 (6.049 m), tras más de 13 horas de “tute”, Galzen Sherpa y Thendi Sherpa junto a Steffi Troguet, la joven andorrana que apunta buenas maneras, y yo. El tiempo se cerró de nuevo y tuve que optar por montar una tienda, a duras penas, que habían dejado los rusos en un depósito del C2. Esa decisión finalmente salvó a Ali Roze de problemas muy graves.
A las 21.30 h de la noche llegaba al C2, sin su mochila, totalmente deshidratado y con claros síntomas de hipotermia. Lo entré a la tienda y poco a poco pudo rehacerse. Fue una situación extrema. Una hora más tarde llegaron Moeses, el alpinista brasileño y su porteador Hesan.
Ya empieza a ser demasiado habitual encontrarme con movidas delicadas en altura, y si os he de ser sincero no me gusta nada.
Momentos complejos como estos nos hacen crecer como alpinistas y como personas. Actuamos como un equipo y eso nos hizo mejores, nos hizo más fuertes.
Hoy estamos muy fatigados y no creo que alcancemos C3, pero haremos una punta de aclimatación hasta los 6.500 metros aproximadamente. Mi compañero Mattia estaba ascendiendo hoy hasta el C2, pero ha decidido volver a C1 de nuevo porque ha caído una avalancha y no ve segura la ruta.
Nuestra intención es volver a pasar la noche en C2, a unos 6.050 m de altura, en una preciosa arista que nos aguanta en un perfecto equilibrio.
Vitaly Lazo, milagro bajo una avalancha
La avalancha que citaba de pasada Sergi Mingote en su relato estuvo a punto de terminar en tragedia. Se desencadenó a unos 5.400 metros y alcanzó de lleno a Vitaly Lazo, uno de los alpinistas rusos que intentan completar el primer descenso integral en esquís del Nanga Parbat.
Según su propio relato, iba agarrado a la cuerda fija pero sin encordar cuando de repente escuchó el sonido inequívoco del estallido de la avalancha. En una reacción inmediata, saltó tras un espolón rocoso y consiguió unir su mosquetón a una cuerda, justo en el momento en que una gran masa de nieve pasaba por encima suyo. Protegido por el espolón rocoso, no sufrió heridas, aunque reconoce que pensó que “era el final”.
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