Se ha resuelto uno de los grandes problemas invernales del himalayismo. El último irreductible de Nepal ha cedido. El Makalu (Nepal, 8.463 m), el Gran Negro, tuvo dueños durante unos instantes, durante unos minutos cerca de las 2 pm de la hora local, cuando Simone Moro y Denis Urubko añadían una «pequeña página a la historia del alpinimo invernal».
«¡Se acabaron los juegos! El Makalu, después de 29 años, ya no es virgen en invierno. Denis y yo recorrimos hasta el último centímetro a la cumbre. Fue increiblemente duro, con mucho frío y mucho viento», comunicaba Simone Moro vía telefónica. «Iniciamos el ataque poco después de las 6 de la mañana. Escalábamos muy bien, de forma regular, pero las últimas tres horas… fue realmente una lucha contra el Jet Stream. El Makalu no tenía intención de permitir que pusiéramos el pie en su cima… pero lo siento, ¡lo hicimos! Ahora solo quedan cinco cimas vírgenes en el Karakorum…».
Hace menos de cuatro semanas que Simone y Denis llegaban al campo base para iniciar una de las actividades más ambiciosas de sus superdotadas trayectorias. Pasaban los primeros días en el Khumbu perfilando su aclimatación cómodamente, hasta que llegaba el momento de trabajar en la montaña. ¡Pero esto es invierno en el Himalaya y a allí se va a sufrir! La cordada iniciaba sus labores bajo un interminable temporal que les hacinaba en su tienda, aprovechando las escasas treguas para instalar el primer campo de altura a ritmo de locomotora. La pasada semana, su hombre del tiempo en Innsbruck, Karl Gable, les informaba de una mejora de la meteo para el fin de semana, por lo que los dos alpinistas decidían realizar su primer ataque a cima, superando los 7.700 metros este domingo y coronando el Makalu la madrugada del lunes.
«Simone y yo estamos dispuestos a luchar hasta la última bala» había comentado Urubko pocos días antes. «Todo lo que necesitamos son dos o tres días de buen tiempo, sin viento durante el descenso. Entonces ganaremos», seguía el kazajo, quien ya intentaba la cumbre el pasado invierno junto a su compañero habitual Serguey Samoilov, en una ascensión que finiquitaban a 7.500 metros, tras un intenso vivac.
Simone Moro y Jerzy Kukuczka (Cho Oyu, 1985, y Annapurna, 1987) son los únicos alpinistas que han logrado vencer por dos veces el poder invernal de los ochomiles (atendiendo a las fechas reales en el calendario). Simone alcanzaba la cumbre del Shisha Pangma, junto a Piotr Morawski, el 14 de enero de 2005.