La acumulación de nieve en el Manaslu ha provocado las consecuencias que se temían los alpinistas que pretenden ascender la montaña este invierno. Una avalancha ha alcanzado el campo base y ha barrido buena parte del mismo. Por suerte, no ha causado ninguna víctima entre los miembros del staff nepalí, los únicos que permanecían allí.
Y es que, después de dos episodios de intensas nevadas y de haber sido testigos de continuas avalanchas a su alrededor, finalmente decidieron que todos los alpinistas y sherpas de altura abandonaran temporalmente el campo base, en busca de una localización más confortable y segura en la aldea de Samagaun y en Katmandú. Sin duda, una buena decisión a tenor de lo ocurrido ayer.
La experiencia en ochomilismo invernal de Simone Moro y Álex Txikon ha sido clave para evitar males mayores y, de hecho, parece que también ha motivado que parte del CB se salvara del alud, según se desprende del texto compartido por el italiano en sus redes sociales:
Álex y yo seguimos en Katmandú y recibimos la noticia de una avalancha que ha destruido el campo base. Obviamente, no nos hace felices para nada y, por otro lado, confirma que tomamos una sabia decisión. Comparto con vosotros lo que se ha comunicado al fotógrafo Oswald Rodrigo Pereira, que está en Samagaun, para que lo comparta con todo el equipo. Solo una parte del campo base se ha mantenido intacta, y parece ser la que protegimos con los cubos de hielo que Álex, su equipo y yo construimos –y que a alguien le podía parecer que solo estábamos jugando con Lego…
¡Hola, Oswald! Espero que estéis bien y que ahora, después de la avalancha de hoy en el CB, realmente espero que quede muy claro para todo el equipo y miembros de la expedición por qué sigo vivo a día de hoy… Siempre he seguido mi olfato y experiencia y esta vez marcharse de la montaña ha salvado nuestras vidas. Irnos a Samagaun o Katmandú no fue una huida de unos niños asustados (como quizás algunos creían o creen) sino simplemente la solución estratégica más inteligente.
Escalar en invierno requiere no solo esperanza y motivación, sino por encima de ello muchísima experiencia, muchísimo tiempo (tres meses), muchísima paciencia, muchísima logística y presupuesto, y muchísima humildad. Deseo que lo que ha pasado nos enseñe que es mejor seguir las señales que vienen de la montaña y el olfato y el consejo de quienes todavía estamos vivos después de 70 expediciones… Si digo que debemos tomarnos una semana o diez días de retiro, significa que se tiene que hacer para salvar nuestras vidas y no porque necesite una cama mullida y caliente. Nuestro ego a menudo nos mata porque sentimos que estamos compitiendo o que somos observados desde fuera. La gente que quiere luchar en la nieve intensa, que quiere ir rápido, correr o mostrar cómo puede resistir en peligro pronto estará muerta y yo no quiero que ninguno de nosotros muera en el Manaslu. Así que recordad y decidle a todosque no corran a la montaña al menos durante los primeros tres o cuatro días de sol, porque caerán más avalanchas.
Este es un mensaje amigable de un tipo al que algunos de los ‘guerreros del hielo’ llamaron Winter Maestro quizás por alguna razón… Sé que estás totalmente de acuerdo y lo entiendes, pero este debería ser un pensamiento común sin excepciones. Podría ser el secreto de nuestro éxito común.
Por su parte, Álex Txikon también ha hecho referencia al episodio en sus redes sociales, y ya mira adelante para planear cómo proseguir con la expedición:
Nos informan desde Samagaun que una avalancha muy potente se ha llevado parte del CB por delante. Lo que corrobora que hicimos bien en salir de allí temporalmente. Nuestra experiencia e intuición no han fallado. La montaña nos estaba diciendo que no era el momento, la vida es lo más preciado. Habrá que evaluar los daños y ver qué se puede hacer.
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Cuanto sabes,Jhonny!
En cuanto han caído cuatro copos de nada, corriendo al bar…ayyyy