Máxima actividad en ambas vertientes del Everest. Por la cara norte tibetana, Ferran Latorre y Nacho Orviz han iniciado hoy su largo camino hacia la cumbre desde el CBA (6.400 m), que debería culminar el domingo 20 de mayo en el techo del mundo. Por la cara sur nepalí, por otro lado, la atención se centra en varios alpinistas de renombre internacional, como Ueli Steck, Conrad Anker, Ralf Djumovits y Simone Moro.
Además, los sherpas nepalíes en la cara sur de la montaña y sus compañeros tibetanos en la cara norte han aprovechado al máximo una jornada de tiempo excelente y ausencia de viento para avanzar considerablemente en la tarea de fijación de cuerdas. En la cara sur, ya han alcanzado el Balcón, a unos 8.400 m. Se preve que en ambas vertientes, las líneas lleguen a la cumbre mañana por la mañana para permitir las primeras cumbres.
El suizo Ueli Steck puede ser uno de los beneficiarios de esa efectividad sherpa. Sus planes pasaban por partir ayer tranquilamente (“después de un buen desayuno al sol”, decía en su web) del campo base directamente hacia el campo 2 (a él le lleva unas dos horas y media). Para hoy, tenía previsto saltarse de nuevo un campo y detenerse en el campo 4 un par de horas. Alrededor de medianoche quería proseguir la ascensión para intentar hacer cumbre mañana por la mañana. “Ojalá que esta vez no tenga tanto frío y pueda alcanzar la cumbre”, comenta, refiriéndose a su intento del año pasado en el que se retiró a 200 metros de la cumbre.
Conrad Anker abandona la arista Oeste
Por su parte, el estadounidense Conrad Anker (nominado a los últimos Piolets d’Or por su apertura de la Shark’s Fin al Meru Central) ha dicho oficialmente adiós a la idea de escalar la ruta de la Arista Oeste y Corredor Hornbein, siguiendo los pasos de Tom Hornbein y Willy Unsoeld en 1963. La idea era compartir la ascensión con Cory Richards, quien tuvo que ser evacuado de la montaña al sufrir un episodio de problemas pulmonares.
Anker se ha dado por vencido ante las dificultades planteadas por las condiciones que el Everest presenta este año, con una inusual ausencia de nieve. Según se anuncia en la página web de National Geographic, patrocinador de la expedición de Anker, “las malas condiciones de la Arista Oeste –en particular el Corredor Hornbein- han convertido la ruta en insegura. La parte de la expedición de la Arista Oeste ha sido oficialmente cancelada”.
El propio Conrad Anker declaraba que “es una temporada seca y ventosa. Normalmente tenemos un terreno con nieve en el que los crampones ofrecen buen agarre. Pero lo que tenemos ahora es que esa capa de nieve ha sido barrida, dejando el hielo desnudo. Es un hielo muy antiguo que se hace difícil de escalar”. Comparándolo con la ascensión de 1963 de Honrbein y Unsoeld, Anker puntualiza que “a ellos les llegaba la nieve hasta las rodillas en el Corredor Hornbein. Nosotros hubiéramos tenido hielo azul y después dos largos donde estaba derretido por completo. El riesgo de caída de rocas era demasiado grande”.
Su intención ahora es acoplarse a la otra mitad de la expedición de National Geographic, que intenta también ascender hasta la cumbre por la ruta normal. Para ello, está tramitando una modificación en su permiso de ascensión.
Otra ventana a partir del 24
Las últimas previsiones meteorológicas hablan de una ventana de tiempo incluso más estable que el actual que podría abrirse en el Everest a partir del 24 de mayo. Esa es la oportunidad que está esperando Simone Moro para lanzar su intento de travesía Everest-Lhotse. Aguardar ese tiempo le da una ventaja doble: por un lado tendrá cuerdas fijas tanto en la ruta de subida del Everest como en la bajada del Lhotse, y además evitará la acumulación de personas que se dará en la montaña este fin de semana, en la que casi todas las expediciones comerciales pretenden llegar a la cima (unas 200 personas dormían esta noche en el C3 de la cara sur del Everest).