El Dhaulagiri (8.167 m) no está considerado entre los ochomiles “fáciles”. Tampoco es de los más bajos… de hecho, es la séptima montaña más alta del mundo. De ambas cuestiones puede dar fe Carlos Soria, que este otoño ha regresado a su campo base para el noveno intento. Allí se ha encontrado con un dúo que tiene el ambicioso objetivo no solo de ascender la montaña sino también de realizar un descenso integral en esquís, algo que no ha conseguido nadie hasta la fecha.
Ese par de osados alpinistas-esquiadores son el alemán Herbert Hellmuth y el ruso Sergey Baranov, que la pasada primavera ya hicieron cumbre en el Kangchenjunga y esquiaron parte de la ruta. Se unen así a la tendencia de este otoño de intentar descensos en esquís en los ochomiles: en el Lhotse, se encuentran los estadounidenses Hilaree Nelson y Jim Morrison; mientras en el Annapurna, los protagonistas son los rusos Anton Pugovkin y Vitaly Lazo.
Dhaula, esquivo con esquís
No lo tendrán nada fácil Herbert Hellmuth y Sergey Baranov. El Dhaulagiri ha resistido intentos de descensos integrales en esquís desde los años ’90. Quien más se acercó a conseguir realizarlo fue el checo David Fojtik en 2009. Inició su descenso unos 20 metros por debajo de la cumbre y esquió ininterrumpidamente hasta unos 30 metros por encima del C3 (7.200 m). Allí, tuvo que hacer un paréntesis de unos 500 metros de desnivel, para proseguir desde el C2 (6.700 m) hasta el campo base (4.700 m).
La historia de los descensos de ochomiles en esquís
Con tres expediciones buscando descensos en esquís desde las cumbres de sendos ochomiles, podría parecer que esta tendencia es nueva, pero lo cierto es que no es así, ni mucho menos. La primera vez que alguien se calzó unos esquís por encima de los 8.000 metros fue en 1970, cuando el japonés Yuichiro Miura fue filmado para la película The Man Who Skied Down Everest.
En 1979, el francés Yves Morin logró bajar esquiando todos los tramos del descenso del Annapurna a lo largo de la expedición. Sin embargo, en el intento definitivo desde la cumbre falleció cuando se encontraba a unos 6.600 metros. Probablemente, el primer descenso completo desde la cima de un ochomil corresponda al suizo Sylvain Saudan quien, en 1982, realizó una bajada impresionante del Gasherbrum I que le exigió unos 3.000 saltos con giro para resolver la larguísima pendiente de 50º de la cara norte.
En aquella misma década fueron cayendo uno tras otro los primeros descensos integrales en esquís del Gasherbrum II (Wilhemus Pasquier y Patrice Bournat en 1984 aunque lo hicieron en tres días: la primera en el día llegó en 2006 a cargo de Luis Stitzinger, Benedikt Böhm y Sebastian Haag), Shisha Pangma (Peter Woergoetter, 1985) y Cho Oyu (Véronique Perillat, 1988).
En 1995, fue esquiado desde la cima el Annapurna, por Andrej Karnicar y Davo Karnicar. este último protagonizó también el primer descenso del Everest (2000).
Más recientemente, se han ido completando las primeras integrales del Manaslu (Benedikt Böhm, 2012), Broad Peak (Andrzej Bargiel, 2015) y K2 (Andrzej Bargiel, 2018).
De este modo, el citado Dhaulagiri, el Lhotse, el Nanga Parbat, El Makalu y el Kangchenjunga todavía no han sido esquiados desde la cima. De hecho, en las dos últimas montañas nadie ha sido capaz de calzarse unos esquís por encima de los 8.000 metros.
Si se pone Kilian Jornet los baja de noche 😉