A finales del pasado mes de enero, Nirmal Purja lanzaba un comentario en sus redes sociales en referencia a su ascensión invernal al K2 sin oxígeno de hace dos años. Con su talante particular e intransferible, siempre desafiante y lleno de convencimiento y orgullo por sus logros, el ochomilista nepalí escribía lo siguiente para poner en valor aquella cima:
Hay muchos casos en los que alpinistas han anunciado cimas sin oxígeno, pero han seguido la huella que nosotros abrimos y han usado las cuerdas y líneas que nosotros fijamos. Algunos de ellos son ampliamente conocidos en la comunidad alpinística. ¿Qué se clasifica como “buen estilo”?
Personalmente, nunca ha sido un asunto importante para mí y aun ahora no lo es. Viniendo de las fuerzas especiales del Reino Unido, has estado y hecho de todo pero no hacemos aspavientos por cada cosa. Es algo personal. Las montañas son de todos. ¡Haz las cosas a tu manera!
El comentario de Nirmal Purja viene justificado por las muchas críticas recibidas por aquella ascensión “sin oxígeno”, con otros nueve compañeros ascendiendo al mismo tiempo “con oxígeno” suplementario.

La realidad del “sin oxígeno” en 2023
¿Qué se clasifica como “buen estilo”? Esa pregunta retórica que se hace Nims Dai está más que justificada. Históricamente, el alpinismo ha defendido las ascensiones a ochomiles realizadas sin oxígeno suplementario ni ayuda de sherpas. Sin embargo, a día de hoy, esa definición ha quedado superada por la realidad, donde muchos otros factores influyen en las ascensiones.
Ascender sin oxígeno ni sherpas personales puede llegar a quedarse en un meritorio esfuerzo de rendimiento atlético si esa ascensión va acompañada de una ruta equipada desde la base hasta la cima, con una huella perfectamente pisada, campamentos de altura preinstalados, sherpas con botellas adicionales de oxígeno atentos para actuar en caso de emergencia, aproximaciones realizadas en helicóptero y un etcétera más o menos largo según el caso.
Comercialización de las rutas normales
Así pues, para definir ese “buen estilo” al que alude Nirmal Purja hay que tener en cuenta una multiplicidad de factores que parten de un contexto basado en la comercialización de las rutas normales en las grandes montañas. El turismo en las grandes montañas –de Nepal, pero también ya de Pakistán– ha crecido enormemente y una serie de agencias básicamente nepalíes han surgido para dar respuesta a esa demanda.
Dicha respuesta ha consistido en hacer más accesibles las cumbres: se han acortado los plazos de las expediciones para abaratar su coste, se realizan aproximaciones y transporte de material por helicóptero, se equipan las rutas en su integridad, se preinstalan los campamentos de altura, se asignan sherpas personales para cada cliente, se deciden coordinadamente las rotaciones y los ataques a cumbre, se usa una buena cantidad de oxígeno suplementario…
Los clientes de las expediciones comerciales tienen poco que decir en la mayor parte de la planificación de esas ascensiones. Pueden decidir, efectivamente, realizarlas sin usar oxígeno suplementario ni llevar sherpas personales, pero igualmente usarán las cuerdas fijas y la huella, y estarán rodeados por una cantidad importante de otros clientes y de sherpas. Lo más probable es que también se sirvan de las previsiones meteorológicas y que se vean motivados a intentar sus ascensos en las mismas fechas que el resto.
Por mucho que quieran aislarse de las expediciones comerciales, cualquier otra cordada o expedición que intente una ruta normal coincidiendo con una expedición comercial se verá influida por ella. El estilo que haya decidido se verá afectado por la presencia de esa expedición comercial.
¿Queda espacio para el “buen estilo”?
¿Y entonces? ¿Queda espacio para el “buen estilo” en los ochomiles? Sin duda. Existen muchísimas vertientes y rutas a las que no se acercan las expediciones comerciales. Muchísimas líneas por explorar y aventuras por llevar a cabo. Eso sí, ese “buen estilo” ya no está solamente definido por el no uso de oxígeno suplementario (que también), sino que además hay que añadir otra serie de componentes y factores.
Una pista: El jurado de los últimos Piolets d’Or negó un galardón de pleno derecho a Nikita Balabanov, Mikhail Fomin y Viacheslav Polezhaiko y se quedó en mención especial por su impresionante apertura de la arista sureste del Annapurna III por el uso que hicieron los ucranianos de helicópteros en la aproximación. Es la expresión del alpinismo más puro. ¿Es ese el camino?
Tenemos todo esto descrito en el artículo, y en otro contexto (BigWall) tenemos a Sílvia Vidal… que hace todo lo contrario.