La temporada 2014 en el Everest, marcada por la trágica avalancha en la Cascada de Hielo que acabó con la vida de 16 sherpas y la consiguiente retirada de todas las expediciones, significó un punto de inflexión en el pico más alto del mundo. Ya entonces quedó claro que las cosas no volverían a ser como antes, tal como analizó en su momento Damián Benegas, uno de los más expertos guías y líderes de expedición.

Ahora otro analista y profundo conocedor de los entresijos del funcionamiento del Everest, el bloguero Alan Arnette, abunda en la vertiente económica del asunto para aquellos que quieran ascender la montaña. Ya sea integrados en una gran expedición comercial internacional o yendo tan independientemente como sea posible, quien quiera ir al Everest la próxima primavera deberá rascarse el bolsillo todavía más de lo que lo hacía hasta ahora.
Las razones que aventura Alan Arnette son múltiples y variadas. Según él, las principales causas comienzan por el incremento del coste de los permisos de ascensión. Su análisis contrasta con la noticia anunciada a bombo y platillo el pasado invierno por el gobierno de Nepal, y que aseguraba que había aprobado una reducción de las tasas de los permisos para 2015. La noticia decía que todos los escaladores deberían pagar 11.000 dólares por su permiso al Everest, fueran cuales fueran las dimensiones de su grupo. Hasta entonces, un alpinista independiente podía llegar a pagar hasta 25.000 dólares, pero lo cierto es que la gran mayoría no pagaban más de 10.000, precio por persona para un grupo de siete. Así pues, la gran mayoría de alpinistas deberán pagar un 10% más por su permiso de ascensión.
Otra causa es el aumento que muchas compañías aplicarán al seguro de vida de sus trabajadores sherpas, a raíz del fallecimiento de 16 de ellos la pasada primavera. Esta fue una reivindicación del colectivo sherpa a su gobierno, que las autoridades han trasladado a las empresas operadoras y que estas, por supuesto, han transferido a los clientes. A pesar de que no es un aumento obligatorio sino sugerido, la cifra pasará de 10.000 a 15.000 dólares.
La tercera gran causa es sencillamente financiera y tiene que ver con la tasa de inflación que registra Nepal. Según Alan Arnette, el coste de la vida en el país del Himalaya crece a razón del 9,47% anual actualmente. Así pues, otro 10% de incremento es esperable por esa vía.
A todo ello se podría sumar la aplicación de una normativa creada en 2012 para regular el senderismo en el país pero que nunca se ha hecho cumplir estrictamente y que se refiere a la obligación de que cada senderista extranjero contrate a un guía sherpa. Los más de 40 muertos mientras hacían trekking en la zona del Annapurna cuando el ciclón Hudhud golpeó la región habrían motivado la reacción del gobierno en este sentido. En caso de confirmarse, habría que sumar otros 4.000 dólares a la factura.
El balance final de la investigación de Alan Arnette concluye que los precios medios por persona superan los 40.000 dólares con el mínimo servicio y guías locales. La participación de un guía occidental incrementa el coste hasta los 57.000 dólares. Mientras tanto, por el lado norte, el precio medio se situaría en 46.000 dólares. De hecho, varias de las agencias más prestigiosas y caras han estrenado oferta por la vertiente tibetana ante los crecientes inconvenientes y la fuerte competencia local que se encuentran por lado nepalí. Si se las elimina de la media, los precios del norte quedarían en torno a los 37.000 dólares.
Parece ser que el Everest es cada vez más alto…
Loosing control x’D Welcome to the Himalaya Circus…
Mañana mismo voy.