[Actualizado el 26 de mayo] No podrá ser. La primera travesía de las cuatro cimas del macizo del Kangchenjunga tendrá que esperar. Simone Moro y Tamara Lunger se dieron la vuelta ayer a 7.200 m, debido a los síntomas de debilidad del italiano tras su enfermedad estomacal de los últimos días. Su equipo de comunicación lo anunció así en sus redes sociales:
Esta mañana, Simone Moro y Tamara Lunger dejaron el C3 (a unos 6.600 m) en dirección al C4 en su intento de realizar la travesía más alta del planeta. Su tracker dejó de funcionar a los 6.953 m; sin embargo, continuaron hasta que alcanzaron los 7.200 m. Debido a su enfermedad estomacal de los últimos días, Simone Moro se sentía débil y no pudo aguantar más, así que tomaron la decisión segura de regresar al campo base.
El equipo se encuentra ahora sano y salvo en el campo base y ha decidido no intentar la travesía otra vez en este viaje: «Atesoraremos lo que hemos aprendido esta vez en la montaña, un poco como sucedió en el Nanga. Es un objetivo ambicioso, pero nada es imposible«.
Noticia publicada el 25 de mayo
Ascender el Yalung Kang (8.505m) y, a partir de ahí, recorrer 5’5 km de arista sin descender nunca por debajo de 8.200 m pasando por las cumbres del Kangchenjunga (8.586m, 3ª montaña más alta del planeta), Kangchenjunga Central (8.482) y Kangchenjunga Sur (8.476m). Este es el proyecto en el que se han embarcado Simone Moro y Tamara Lunger.
El punto de partida ha sido la meseta de Kangbachen y hoy se encuentran de camino hacia el campo 4, donde empieza la zona desconocida y por la que avanzarán hacia la primera cumbre, la del Yalung Kang. “Del campo 4 hacia cima, ya veremos por donde subimos. Si hacemos cima, allí comenzará la travesía”, escribía Simone hace unos días.
Durante la travesía que une las cuatro cumbres permanecerán por encima de los 8.200 metros
Una travesía muy ambiciosa y a mucha altura que puede llevarles siete días de trabajo por terreno que no conocen. La abordan sin oxígeno suplementario, sin porteadores de altura, sin posibilidad de fijar cuerda y tampoco de dejar algún depósito en la ruta. Durante la travesía que une las cuatro cumbres permanecerán por encima de los 8.200 metros, dentro de la llamada “zona de la muerte”.
El tiempo en el Kangchenjunga no ha sido favorable y los alpinistas que esperaban llegar a la cima han abandonado el campo base sin conseguir su objetivo. El pasado día 22 Simone y Tamara lanzaron el ataque pero se dieron la vuelta a 7.000 metros porque el italiano no se encontraba bien. Después de varias jornadas de descanso, ayer partieron hacia el C3 (6.600 m), donde han pasado la noche.
Simone y Tamara han compartido varios proyectos, entre los que destaca su trabajo conjunto para alcanzar la primera cumbre invernal en el Nanga Parbat en febrero de 2016. Simone llegó hasta la cima junto a Alex Txikon y Ali Sadpara y Tamara se dio la vuelta a pocos metros.
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14 comentarios
masmadera: confundes la audacia con la temeridad. Que el camino sea posible no significa que sea adecuado, ni repetible. Hace falta una suerte enorme. Porque los audaces suelen sobrepasar la linea, una y otra vez. En especial los que van de rápidos. Una de las últmias entradas en el blog de Iñaki Ochoa fue para tachar de cobarde a Cory Richards. Uno está vivo y el otro muerto, al igual que grandes «leyendas» del alpinismo… Tomaz Humar, Lafaille y otros cuantos. Urubko es militar, disciplinado.
Todo el mundo muere. Hay que saber aplaudir a los audaces y evitar hacerlo a los temerarios (o a los que ponen en peligro a los demas). Steck y Moro y Urubko son de la categoria de los primeros: pioneros que crean nuevos caminos. Que han demostrado que esos caminos o aventuras eran posibles. Como antes hicieron otras leyendas del alpinismo. Yo les aplaudo.
JuanP, la travesia de los kanchenjunga, la hizo un grupo de rusos allà por los 80…con Bukreev entre sus filas pero con oxigeno.
la travesia de kanchenjunga no la ha hecho nadie SuperK. Y si Moro se ha cagado por lapataabajo pues nadie mejor que él mismo para poder contarlo. Me alegro por ello.Y mira Arcaleon, que a Steck ya no es cosa de apludirle las locuras que hacía. A lo mejor si le hubieramos apludido menos estaría vivo. Empatía por Carlos Soria y quienes dan otro tipo de ejemplo.