Reproducimos a continuación el comunicado que Simone Moro colgó ayer en su web, un texto que coincide con el comunicado que acabamos de recibir de Ueli Steck.
El 27 de abril, a eso de las 8 de la mañana, el italiano Simone Moro, el suizo Ueli Steck y el británico Jonathan Griffith dejaron el campo 2 para ascender hasta su tienda del campo 3 inferior, a 7.200 m, en la vertiente del Lhotse. Un equipo de sherpas de altura que se encontraba fijando cuerda pidio a los tres alpinistas que no tocaran sus cuerdas. Así que comenzaron a escalar unos 50 metros de distancia de donde trabajaba el equipo de sherpas.
Queremos remarcar que los tres alpinistas cuentan con una gran experiencia en montañas de todo mundo y son muy conscientes y repetuosos con el difícil trabajo de los sherpas de altura.
Cuando los escaladores llegaron a la altura de su campamento, no tuvieron más opción que flanquear 20 metros y pasar por encima de las cuerdas fijas y por una reunión en la que cuatro sherpas estaban asegurados mientras otro, por arriba, continuaba con su labor. No se molestó a nadie. Los tres escaladores ascendían en solo, no había cuerda que pudiera enredarse con la de los sherpas, y, al pasar por debajo del que iba en cabeza, no existí ninguna posibilidad de lanzarle hielo o nieve.
Jonathan Griffith iba el primero en ese momento, cruzó por encima de la cuerda, siguió otros 15 m y entonces le siguió Ueli Steck. Cuando Steck pasaba por encima de la cuerda, el sherpa que estaba por encima lo vio y empezó a gritar y a dar golpes al hielo con el piolet. Gritando, rapeló hasta la reunión. Como Ueli iba sin asegurar, tuvo que agarrarse a la cuerda fija porque el sherpa iba directo hacia él. Éste le acusó de haberle tocado. Mientras seguía dando golpes con el piolet y gritaba a Ueli “¿Por qué me has tocado!”, le acusó de haber tirado hielo y herido a un sherpa. Esto resulta muy improbable, ya que estaban escalando una línea separada.
Ueli Steck quiso calmar la situación, por lo que se ofreció a fijar él la cuerda el campamento 3; esto empeoró las cosas. Llegó Simone Moro y el sherpa le amenazó con el piolet. Simone insultó al líder como reacción natural frente a una agresión. Nada calmaba al sherpa, quien ordenó al grupo de 17 descender al campo 2. No existía ninguna razón objetiva para bajar. Uleli, Simone y Jonatha no interfirieron en su trabajo. Para suavizar las cosas, Steck fijó 260 metros hasta el campo 3.
Cuando los tres alpinistas regresaron al campo 2, un centenar de sherpas les atacó. Con una súbita violencia, no sólo les dieron puñetazos y patadas, sino que también les golpearon con piedras. Gracias a un pequeño grupo de occidentales valientes y desinteresados, que medió entre el grupo descontrolado y los alpinistas, salvaron las vidas. Tanto los tres escaladores como los occidentales que intervinieron fueron atacados y amenzados. Les dijeron que esa misma noche uno de ellos iba a morir, y qué ya decidirían qué hacer con los otros dos. Después de unos 50 minutos, la multitud parece calmarse y les dan una hora de plazo para que se fueran, de lo contrario los matarían. Recogen lo esencial y comienzan a descender hacia la base del Everest por una ruta complicada y llena de grietas, sin cuerdas fijas, convencidos de que, dada la situación, aquello era más seguro que quedarse.
Los sherpas argumentan que el ataque fue debido a que uno de ellos había herido a un sherpa. Pero ninguno comunicó estar herido ni mostró evidencias de lesión. Los escaladores piensan en cambio que el líder sherpa estaba cansado, tenía frío y se sintió molesto de que otros avanzaban más rápido que ellos y sin usar cuerda. Sea cual sea el motivo, no hay razón para llegar a ese extremo.
Las autoridades de Nepal se han tomado el asunto muy en serio, ya que hay varias expediciones comerciales en la montaña. Por el momento tres sherpas han sido identificados, y se les ha hecho abandonar la montaña. La Policía, el ministro de Turismo y el presidente de la Asociación de los sherpas están investigando el incidente.
Los tres alpinistas quieren dar las gracias a todos lo que salvaron sus vidas en el campo 2 y a los que ahora están llevando a cabo investigación.