EXPLORANDO

Simone Moro explica la tortura del Everest: Dar dos pasos, parar un minuto

Un ritmo imposible para alguien que va sin oxígeno, nos dice el alpinista italiano que anteayer bajó ¡;desde 7.000 metros a Lukla! donde espera por si hace falta volar al rescate. Además nos cuenta como varios alpinistas gastaron nueve botellas de oxígeno.


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Simone Moro se encuentra ahora en Lukla. Ayer se bajaba desde 7.000 metros en el Everest al ver que no tenía posibilidades y sí mucho riesgo intentando su proyecto de Everest sin oxígeno entre 200 personas que caminaban dos pasos y descansaban un minuto. A continuación sobrevoló en helicóptero la montaña, sin molestar a los alpinistas, para un fotógrafo de National Geographic, revista en la que van a publicar un artículo sobre esta masificación inesperada. Ahora, desde Lukla, al pie del helicóptero, está disponible y aclimatado por si tiene que pilotar al rescate o ir en el cabo de la longlife. Verdaderamente preocupado por lo que pueda estar pasando en estos momentos, a lo largo del día de hoy, y dispuesto a ayudar, confía como nota positiva que el año que viene, sabiendo que todo puede ser peor, los jefes de expediciones comerciales se pongan de acuerdo para evitar tanta masificación los días de cima.

Por su parte la decisión estuvo clara: imposible subir sin oxígeno así que tocó retirada y volver otro año con otra estrategia.

Sin Russell Brice nadie ha repartido y organizado los días de cima entre las comerciales

Según nos relata Simone, la primera clave importante para entener lo que está ocurriendo este año, fue la retirada de Russel Brice: «Siempre es el líder de las expediciones comerciales y pone atención para que ellas no coincidan el mismo día. Así que el primer problema es que ha faltado un líder en el campamento base». Para Simone Moro «no es una novedad» que lo intenten tantas personas. «Sabía que podía haber muchas personas. pero es el primer año que todos van a la cumbre prácticamente el mismo día, pensaba que había posibilidades de repartirse entre los días 20, 22, 24, 25, 26.

«Respeto muchísimo la decisión de Russell Brice. Como director maneja mucho dinero y muchos clientes y tiene el carisma de montar una expedición y cancelarla. No entro en si tenía o no razón, la respeto. Como quiero que se respete mi decisión de regresar… prefiero saber que estoy aquí vivo con todos los dedos que potencialmente estar en peligro con 200 personas«. Sobre ellas nos dice, «comprendo que son personas que pagan y que dan dinero a este país, yo no voy a hacer polémica me duele que ninguno haya hecho una táctica para compartir días diferentes la subida.

Una lentitud extrema: dos pasos, un minuto de descanso… y llamaban al sherpa para que les pasara el jumar

Simone también critica la extrema lentitud de muchos clientes y su efecto negativo hacia el enorme gusano humano que se movía lentamente desde los campos inferiores hacia la cima. «Había personas que no sabían usar un jumar. Subían hasta el anclaje, llamaban al sherpa que llegaba rápidamente, le pasaba el jumar y el cliente continuaba. Hay muchas personas que no están preparadas y no tienen consciencia de lo que hacen, espero que en el futuro las comerciales hagan un entrenamiento anterior porque personas que de CB a C1 tardan 12 o 15 horas, arriba, en la arista sureste, están un día».

«El 19 salieron personas a las 9 y llegaron a la cima a las 4 de mediodía. Personas que tenían 9 botellas, las gastaron todas y murieron porque no tenían más botellas para volver al Collado Sur. Este tiempo está fuera de todos los parámetros de seguridad, porque 9 botellas para subir y regresar significa que atléticamente no estás preparado para subir al Everest. El 19 fue un desastre porque 150 o 200 personas intentaron la cumbre a la vez y ninguno iba rápido, una línea continua del Collado Sur a la cumbre. Creo que seis que desparecieron y murieron son pocos considerando la hora a la que subieron y el viento».

En el gusano humano, muchos ni sabían usar el jumar, ni se dejaban adelantar

Simone compartió la subida hasta las Bandas Amarillas con el grupo que ayer intentaba la cumbre. Y esto es lo que pasó: «La velocidad no es tuya sino la del grupo, si quieres adelantar como intenté ayer tienes que escalar fuera de la cuerda fija y muchas veces a la gente no le gusta y no te permite entrar más arriba, no les gusta, dicen «a la cola, a la fila» y subir a esta velocidad te corta el ritmo natural de subida que es 20 pasos y descansar un minuto o 30 segundos». Ayer iban a 2 o 3 pasos, un minuto de descanso. Un poco por debajo de las Bandas Amarillas, Simone Moro comprendió que era una antelación de lo que iba a pasar hoy. «Más arriba, más peligroso. Por eso decidí regresar».

«Las personas que subieron al C4 a esta velocidad, llegaron muy tarde, descansaron poco y ayer mismo partieron… me parece que no tienen capacidad deportiva para subir el Everest. Es como hacer un maratón en 20 horas, son muchas, cinco horas, seis horas [el récord actual está en 2h 03min hombres y 2h 15 mujeres] no 20 horas. Estas personas que están ahora subiendo… espero que no pase nada ninguna tragedia …pero voy a mirar esta noche si llegaron todos sanos al Collado Sur».

Oxígeno y sin oxígeno, ¿criticable? ¿compatible? Negocio y alpinismo

«Subir sin oxigeno con todas estas personas es imposible porque no puedes estar una hora o dos esperando en la Cumbre Sur o Escalón Hillary. Cuando subes sin oxígeno, es necesario ir progresivamente, regulando. Quien escala sin oxígeno necesita mantener un ritmo constante y no puede esperar horas en los embudos del Everest. Nunca imaginé más de 200 personas todos juntos el mismo día y mismo intento. Esta es la novedad no es que haya mucha gente sino que van el mismo día«.

Simone, aunque los que usan oxígeno –a estos ritmos– son un problema para los que como él quieren subir sin, se desmarca de la crítica. La gran cantidad de alpinistas que cada año suben con oxígeno «son los que ponen dinero para este país. El Everest es de todos, no es sólo de Messner, ni de Ueli Steck, ni de Simone. Entendí que si quiero subir sin oxígeno o hacer la travesía al Lhotse tengo que cambiar de fechas: ir en otoño o más temprano antes de que se pongan las cuerdas. No me gustan las personas que dicen «esto es bueno, esto es malo», bueno sin oxígeno, malo con oxígeno, porque es una manera arrogante de pensar lo que es bueno y malo en este mundo». Simone piensa que se tiene que adaptar a las circunstancias: «Pienso regresar para hacer la travesía al Lhotse y Everest sin oxigeno. Cuando voy en invierno sé que no encontrare a nadie. Ahora, een mayo pensaba encontrar mucha gente pero no tantos el mismo día. Esto no pasó en otros años. Vendré con otra estrategia o temporada diferente.

Un consejo para quienes sueñan con escalar el Everest: cuatro o cinco años de entrenamiento alpino

«Es un sueño grandioso, es un sueño libre, algo que todos pueden hacer y que como todos los grandes sueños exigen mucho entrenamiento porque no basta con el dinero y seis meses entrenando. Hacen falta cuatro o cinco años mínimo de preparación para estar listo. El Everest es un sueño de todos y me gusta pensar que en este mundo la libertad es un valor importante, pero tenemos la libertad de soñar no de morir por un sueño. Si puedo decir algo desde mi experiencia es que los sueños grandes necesitan un tiempo grande, un tiempo de entrenar y de aprender la técnica alpinística.

 

Comentarios
12 comentarios
  1. El Everest tenìa 14 rutas hasta 1989, Hoy en dìa 2014 tiene 19.

  2. Es increible que tanta «gente» si experiencia suficiente en montaña opine sobre escalar, cosa que no conocen y menos en el Himalaya. Me sorprende que un subidor de catocemiles como el autor no sepa nada de montaña, es evidente que el dinero les puede suministrar: aviones, Sherpas, sogas fijas, equipo y dinero, pero no garantiza criterio alpinistico, mal que aunque a muchos les pese es muy necesario. Ya se va a encargar el clima y la montaña de nivelar los conocimientos.-


 

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