A pesar del desastre de esta temporada invernal para las expediciones a ochomiles (Nives Meroi pasó el día de San Valentín en el hospital tras el huracán que barrió el Campo Base del Makalu), aún hay una expedición que permanece en la montaña, trabajando por la cumbre. Simone Moro y su compañero Sasheen Baig todavía luchan por la invernal al Broad Peak, una cima que ya se les resistió el año pasado. Culminados los preparativos en el desolado CB, Simone pone en marcha la maquinaria, engrasada durante noviembre con las ascensiones a seismiles y sietemiles de Shimshal, para resistir la inclemencia de la estación fría y los vientos insoportables que sacuden jornada tras jornadas las faldas de la montaña.
«Otro paso importante ha sido dado», comunica el italiano, que el domingo, con un clima hiriente, se dirigió directamente hasta el Campo 2. «El día fue durísimo, resistimos como pudimos los envites del viento, que por poco nos obliga a retirarnos. Finalmente logramos acceder hasta nuestro depósito en el C2, instalado sobre una plataforma realmente helada». La noche no fue mejor. Sufriendo un frío terrible, con temperaturas de -35º, apenas pudieron pegar ojo. Aunque a la mañana siguiente, como anticipaba su hombre en el Base, Karl Gabl, pudieron disfrutar de un «día fantástico».
Mejor cuando salga el sol
Aguardaron en el interior de la tienda hasta alrededor de las 8:30, cuando volvieron a la acción. «Comenzamos a escalar hacia el Campo 3, deseando encontrar alguna antigua cuerda fija, pero no apareció nunguna. Nosotros mismos tuvimos que fijar alguna cuerda de 4 y 5 mm en los pasos más complicados. Encontramos un buen número de placas de hielo, de aspecto muy peligroso».
«Dimos lo mejor de nosotros mismos, llegando a un punto a unas 2 o 3 horas del Campo 3, donde las lenguas de hielo comenzaban a ser menos inclinadas». Simone supuso que necesitarían 100 metros más de cuerda para llegar con relativa facilidad hasta el C3, y siguiendo los consejos de Karl Gabl, que advertía de una inminente tormenta, regresaron directamente al CB. «Ahora estamos en el Base, felices, seguros y habiendo conocido la parte más difícil y ténica de la montaña. Toca descansar para poder dar el resto cuando llegue la decisiva ventana de buen tiempo».