Un año más Simone regresa del Broad sin premio, pero motivado para regresar.- Foto: Simone MoroA aproximádamente 250 metros se ha quedado Simone Moro de su cima invernal. Esta vez no fue el invierno, exclusivamente, sino el horario. «La expedición alcanzó, realmente, una ruta desconocida… Llegamos muy muy cerca de la cima, estuvimos muy cerca de conseguirlo… Nos faltaron 247 metros de escalada». Simone, acompañado por Shaheen, muy próximo a él durante toda la ascensión, alcanzaba los 7.800 metros. Qudrat, el otro miembro del equipo que lleva dos meses intentando una cumbre huidiza, en un invierno muy duro, se retiraba unos cientos de metros antes debido a congelaciones en sus pies.
No pudo ser, pero acariciaron el logro con los dedos. «El tiempo era fantástico; el viento soplaba suave y había sol… pero al llegar a los 7.800 metros mi reloj marcaba las 14:00, muy tarde para continuar». A ese ritmo, Simone y Shasheen llegarían a la cima a las 16:00, tras superar otras dos horas de frío Broad Peak. «Coronar la montaña a esa hora, en invierno, era un suicidio. Hubiese sido imposible resistir y organizar un vivac durante el descenso. Nos costó, pero tomamos la decisión más razonable. Ahora teníamos que darnos la vuelta y llegar lo antes posible hasta el último campo de altura». La oscuridad les amenazaba, la cima se mostraba casi al alcance… «Estábamos muy cerca y mis condiciones físicas se mantenían en buen estado, pero usamos el cerebro en vez de los músculos».
Crónica de un «hasta pronto»
Ruta de la expedición de Simone en el Broad.- Foto: Simone MoroEl último ataque a cima de la expedición invernal al Broad Peak empezaba a las 6:30, desde el Campo 3. Temprano, cuando aún el frío es dificilmente soportable y el viento barre con fuerza la montaña. «Encontramos un buen número de grietas que no esperábamos, eso nos hizo perder mucho tiempo». Cuando el equipo encontraba un recorrido seguro entre las grietas, volvían a la caza de la cumbre, tratando de advertir alguna vieja cuerda fija. No lo lograron, realizando todo el ataque sin cuerdas con las que asegurarse. Las habían usado todas en la parte baja de la montaña. «Lo cierto es que perdimos mucho tiempo hasta dar con una ruta segura y llegar a los 7.800 metros, y nunca he aprovado a los escaladores que luchan por una cumbre cuando se les hace tarde, arriesgándose demasiado, perdiendo a veces la vida por tomar una mala decisión. Se sobrevive más veces guiándote con la cabeza que con el ego».
Ha sido difícil, muy difícil, y los ochomiles del Karakorum continúan vírgenes durante la estación fría un año más. «He dado lo mejor de mi, he usado todo mi poder físico y mental, he agotado mis energías durante otro invierno completo en el Broad Peak, y creo que he dejado claro que se pueden alcanzar grandes y extremas metas con solo un pequeño equipo sin apoyo externo. Seguro que en un futuro próximo alguien escalará un 8.000 del Karakorum en invierno, quizá por eso regrese el año que viene, de nuevo aquí, de nuevo en invierno».
Texto de Simone en Inglés e Italiano.
