Todavía existen montañas remotas de las que pocos han oído hablar, que presentan paredes inverosímiles, de enorme extensión y notables dificultades técnicas desde la perspectiva alpinística. Es el caso del Pico de los Topógrafos Militares (o Voennizh Topografov, de 6.873 m) y su gigantesca cara sur, de más de dos kilómetros verticales, que los rusos Sergey Nilov, Dmitry Grigoriev y Dmitry Golovchenko han abierto este verano a través de la ruta bautizada como Impromptu (5B grado ruso, 3.000 m de longitud). Hasta ahora, la cuarta cumbre más alta del Tian Shan, situada en territorio de Kirguistán, apenas contaba con tres rutas de ascensión.
Ruta identificada en la aclimatación

El terceto ruso llegó al campo base sur del glaciar Inylchek el 10 de agosto. Allí, decidieron llevar a cabo su aclimatación a la altura remontando el paso de Chonteren. Ganaron altura día a día hasta que finalmente acamparon en sus 5.500 metros de altitud para pasar un par de noches en altura.
Durante su descenso del paso de Chonteren, el 20 de agosto, analizaron detalladamente la cara sur del Topógrafos Militares hasta que hallaron lo que buscaban: una línea directa hasta la cima. Cierto es que esta línea estaba cubierta de nieve y hielo, cuando ellos habían planeado una expedición más bien de roca, pero estimaron que tenían material suficiente como para intentar el desafío.
Aquella misma tarde, montaron una tienda en la rimaya a 4.840 metros desde la que planearon iniciar la escalada. Tuvieron tiempo incluso de montar los cuatro primeros largos.
Estilo alpino

El 21 de agosto escalaron casi mil metros de desnivel con trece largos de escalada y montaron su primer vivac en la montaña, en una gran repisa de nieve a 5.468 metros. El día siguiente también fue propicio y ascendieron otros 600 metros de desnivel con dieciocho tiradas más de escalada, hasta una repisa estrecha a 6.056 metros.
La meteorología se comenzó a deteriorar el 23 de agosto, y el ritmo de la ascensión se resintió. Sergey Nilov, Dmitry Grigoriev y Dmitry Golovchenko progresaron otros 300 metros verticales hasta los 6.382 m, donde esta vez sí se aseguraron un espacio amplio y tranquilo. La jornada posterior fue bastante parecida, con algo menos de 300 metros de ascensión y un nuevo vivac a 6.657 metros. Ya comenzaban a pesar en su intento a cima para el día siguiente.
En este punto fue cuando el viento entró en escena. El 25 de agosto, Sergey Nilov y Dmitry Golovchenko salieron para montar cuatro largos antes de regresar rápidamente a la tienda para calentarse. Y el 26, Dmitry Grigoriev se encontró mal y los tres decidieron descansar de nuevo en su campamento a 6.657 metros y posponer el asalto final.
Finalmente, el 27 de agosto, Dmitry Grigoriev experimentó una ligera mejoría, suficiente para seguir a sus compañeros de camino a la cima. En cinco horas, Sergey Nilov y Dmitry Golovchenko hollaban la cumbre, mientras que Dmitry Grigoriev los acompañó a las dos de la tarde.
Descenso largo
Desde allí, iniciaron la travesía de la afilada arista oeste, flanqueados por las vistas del Pobeda y el Khan Tengri. Pasaron la noche en una breve repisa que excavaron a 6.801 m. Dos días después –con otro vivac a más de 6.000 metros incluido– consiguieron llegar hasta el paso de Chonteren de nuevo, aunque todavía tuvieron que vivir lo que ellos mismos califican de “epopeya” para regresar a la civilización.