La temporada postmonzónica se va terminando y la gran mayoría de expediciones ya han recogido sus campamentos de las montañas del Himalaya. Los últimos en hacerlo han sido Hervé Barmasse, David Goettler y Andres Marin que se encontraban -junto al fotógrafo Mathis Dumas- en la base del Chamlang (7.319 m).
Su objetivo inicial era completar la primera travesía de sus tres cimas, una idea concebida 38 años atrás por Reinhold Messner y Doug Scott, pero el mal tiempo les ha impedido lanzar un intento con ciertas garantías.
«Es el momento de volver a casa», escribió el italiano, mientras que el alemán agradecía a su equipo por «un gran tiempo y buenas aventuras». Era el colombiano el que ampliaba algunos detalles: «Ha pasado cuatro semanas increíbles corriendo y persiguiendo a David Goettler y Hervé Barmasse en el Himalaya.
No voy a mentir, la mayoría de las veces me estaba quedando sin aliento tratando de mantener el ritmo. Muchas veces me pregunté cómo pueden estos tipos moverse tan rápido, especialmente en altura. La inmensa experiencia de aprendizaje con ellos lo ha convertido en uno de los viajes más ricos en la montaña hasta el momento. ¡Muy agradecido por esta oportunidad!», explicó al tiempo que lanzaba la idea de un posible regreso en primavera.
Hacía más de una semana que la tripleta había completado su aclimatación, primero en la zona del Chukung y después en el propio Chamlang, pasando una noche por encima de los 6.000 m de altitud.
Pero necesitaban una ventana de buen tiempo para lanzar el ataque y la meteorología no jugó esta vez a su favor, por lo que se han tenido que conformar con actividades de menor calado por otros picos del valle de Hongu. “Esperar en la tienda hasta que el clima se mejore es frustrante, es mejor moverse, entrenar y subir. Además, estamos en el Himalaya”, reflexionaba Barmasse unos días atrás. Sus salidas no se han hecho públicas hasta el momento.
Unas semanas antes habían sido Benjamin Védrines y Nicolas Jean, la otra cordada que ha estado en el Chamlang este otoño, quienes eran repelidos de la cima.
Los franceses, sin embargo, sí que consiguieron progresar por el virgen espolón nordeste abriendo una nueva línea, de unos 1.000 m, con la que alcanzaron la cresta somital. El mal tiempo les hizo desistir de la cumbre.