El Broad no lo ha resistido más. Después de arrojar piedras y de acoger mal tiempo para defender sus bastiones superiores del envite de los expedicionarios, finalmente se ha dejado y los ataque a cima se han sucedido con éxito. Tras abrir huella hasta el collado, a 7.800 metros, durante casi doce horas, con nieve extremadamente profunda que en algunos momentos enterraba a los alpinistas hasta la cintura, el leonés Miguel Pérez, el zamorano Martín Ramos, el portugués Joao García y los rusos Valery Babanov y Víctor Afasaniev, alcanzaban los 8.047 metros donde el Broad acaba su conquista del cielo.
Escalaron con precaución una estrecha arista por cuya vertiente china caían continuas avalanchas de nieve, motivo por el cual procuraron escalar por la vertiente de roca pakistaní. Más arriba la escalada era de nieve y hielo, y sobre las siete de la tarde superaban la peligrosa travesía que da acceso a la cumbre principal, ya bajo la luz de la luna.
Los alpinistas bajaron en la oscuridad con todas las precauciones, usando cuerda allí donde era necesario, pero sin incidentes. A las once estaban en el collado y a las dos y media de la madrugada en el Campo 3. Casi veinticuatro horas de esfuerzo ininterrumpido. Varias expediciones salían a esa hora con destino o a cumbre, dispuestos a utilizar su huella, pero justo al llegar al C3 se desató una tormenta de viento y nieve que ha hecho inviable cualquier nueva ascensión.
Sumando ochomiles
Martín Ramos y Miguel Ángel Pérez, que se han convertido en compañeros habituales de cordada en los últimos años, han ascendido cinco ochomiles: Everest, Nanga Parbat, Gasherbrum II, Cho Oyu y ahora el Broad Peak. A ello cabe añadir la ascensión de Martín a la cima subsidiaria del Shisha Pangma.
«De todos los ochomiles que he escalado, éste es el que me parece que tiene más mérito. Hemos apostado a un solo día de buen tiempo, escalando a toda velocidad y siendo únicamente cinco personas para abrir huella por encima de siete mil metros», relata Miguel Ángel Pérez. «Lo que hemos logrado era extremadamente improbable. Había muy pocas posibilidades de éxito. Decenas de personas en el Campo Base nos miraban como si estuviéramos un poco locos. Pero hemos hecho todo bien, arriesgando un poco, y hemos logrado algo más que ser los primeros de la temporada en alcanzar la cumbre del Broad: hemos vivido una gran gesta alpinística».
Con la cima del Broad Peak, el luso Joao García logra su undécimo ochomil, restándole el Manaslu, el Nanga Parbat y el Annapurna para completar los 14, desafío que pretende culminar antes de 2010 para incorporase al selecto club de alpinistas que ascienden todas las cumbres principales por encima de los ocho mil metros sin utilizar oxígeno suplementario.