La temporada de ascensiones de primavera en los ochomiles se ha estrenado oficialmente. Ocurrió el domingo 30 de abril. Mientras el mundo de la montaña quedaba horrorizado ante el fallecimiento de Ueli Steck en el Nuptse, un grupo formado por dos alpinistas chinos y tres sherpas completaba la primeras cumbres de la temporada en el Dhaulagiri (8.167 m). El resto de expediciones quedan pendientes de las previsiones meteorológicas mientras apuran su preparación de cara a lanzar intentos en los próximos días.

Los autores de la primera ascensión del año fueron comandados por Mingma Gyalje Sherpa como líder de expedición, quien fue acompañado por los nepalíes Ngatasi Sherpa y Lhakpa Nuru Sherpa y los alpinistas chinos Dong Hong Juan y Liu Yongzhong. «Hoy a las 12:20 h, hicimos la cumbre del Dhaulagiri. Ahora estamos de regreso al campo 3», apuntaba Mingma Gyalje Sherpa al blog de Altitude Pakistan. El día anterior, el equipo había fijado cuerdas hasta 7.600 m y anunciaba que iba a lanzar su ataque a la cumbre a partir de las 22:00 horas desde su campamento situado a 7.300 m.
Carlos Soria, en buena compañía en el CB
Mientras tanto, Carlos Soria explicaba desde el campo base que el tiempo estaba lejos de ser favorable para ir hacia arriba. El mismo 30 de abril, contaba que «son días de inestabilidad en este rincón del Himalaya. Hoy la nevada ha comenzado antes que ningún día y todavía no ha dejado de cesar. Las tiendas se van cubriendo y hace falta sacudirlas, cada poco, para que no se acumule demasiada nieve».
Eso sí, el ambiente es razonablemente optimista y positivo ante la posible llegada de una ventaba favorable de cara a los próximos días: «Los pronósticos todavía dan fuertes vientos en altura, pero se empieza a vislumbrar una posible tregua», aseguraban ayer.
Esperando el buen tiempo, las diferentes expediciones del campo base han aprovechado para confraternizar, como se puede deducir de este mensaje del sábado 29 de abril y la foto de grupo que lo acompañaba:
El tiempo transcurre en el campo base, en espera de que las condiciones de la montaña sean favorables para intentar la cima. Las tiendas de las diferentes expediciones, instaladas sobre el glaciar, al pie del Dhaulagiri forman, esta primavera, una pequeña aldea. Durante estos días tenemos la oportunidad de juntarnos, con otras personas, para compartir impresiones y conversaciones
Ayer nos reunimos, un grupo de amigos, alrededor de una suculenta selección de fiambres de Italia, España y Eslovaquia, para hablar, durante largo tiempo, sobre los próximos objetivos. Los italianos Marco Confortola, amigo con el que ya hemos coincidido en otras montañas, y su compañero Mario Casanova. Marco busca en el Dhaulagiri su décimo ochomil. Santiago Quintero, de Ecuador, y también viejo amigo, que intenta su octava montaña de ocho mil metros. El equipo eslovaco, liderado por el veterano alpinista Peter Hámor, que, con la cima del Dhaulagiri, terminaría su proyecto de escalar los catorce ochomiles, acompañado por: Michalom Gabrizom, Michalom Sabovcíkom y Tomásom Petríkom. Dentro del grupo internacional de Seven Summits también se encuentra el español Iñigo Castiñeira.
Una conversación muy interesante amenizada con un sabroso aperitivo.
La semana que viene podría ser la buena
En el Everest, el cronista de la montaña más alta del mundo, Alan Arnette apunta que la semana que viene podría llegar una amplia ventana de buen tiempo para intentos de cima. Citando al meteorólogo Chris Tomer, apunta que por fin los vientos en altura remitirán, aunque las temperaturas se mantendrán extremadamente bajas, de unos -30 o -35ºC en la cima.
Esas condiciones podrían ser aceptables para la gran mayoría de expediciones, que intentarán el Everest con el apoyo de oxígeno suplementario, pero serán tremendamente duras para quienes realicen la ascensión sin oxígeno. No sólo porque el riesgo de congelaciones es mucho mayor para ellos debido a la falta de irrigación, sino también por el hecho de que durante esos primeros días de cumbres se producirán previsiblemente las aglomeraciones más importantes, que obligan a indeseables y peligrosas interrupciones durante la ascensión.
Según los cálculos de Alan Arnette, unas 600 personas estarían ahora mismo a la espera de iniciar su ascensión al Everest por la vertiente sur, mientras que otras 200 podrían hacerlo por el lado norte.
Ferran Latorre, punta de altura en el C3 en el Everest
Ferran Latorre, que busca en el Everest completar su lista de los catorce ochomiles, realizó el domingo una nueva punta de altura, subiendo y bajando de nuevo entre C2 y C3. Ese C3 suele situarse entre 7.100 y 7.200 metros de altura en la pared del Lhotse, y es el último campamento que comparten las rutas al Everest y al Lhotse. De hecho, Ferran Latorre realizó este tramo junto a su compañero de cordada Yannick Graziani y junto a Javier Camacho, que tiene el Lhotse como objetivo.
Alberto Zerain vuelve a la acción en el Annapurna
En el Annapurna, después de 6 días obligados a permanecer en el campo base, Alberto Zerain y Jonatan García se pusieron ayer en marcha de nuevo, acompañados por los italianos Nives Meroi y Romano Benet. Ahora descansan juntos de nuevo en el campo base, todavía sometidos a un tiempo muy inestable, con grandes nevadas. “El Annapurna no nos deja hacer planes, todo depende del tiempo”, dice Alberto.
No les resultó sencillo llegar hasta aquí, ayer el Annapurna les recibió con un profundo manto de nieve recién caída que les obligó a turnarse en cabeza, abriendo huella en todo el recorrido. “Parecía una montaña nueva, no se veían ni las varillas de bambú que habíamos colocado para señalizar el camino al campo 2”, contaba Alberto Zerain. La situación no estuvo exenta de peligro, pues “avanzábamos entre la nieve y la niebla, sin poder ver si íbamos por buen camino, y aquí no hay más que grietas por todas partes”.
Por suerte, supieron orientarse y finalmente alcanzaron el campo 2 donde, eso sí, debieron seguir trabajando durante un buen rato para desenterrar las tiendas. “Había metro y medio de nieve, de los iglús sólo se veía la puntita”. Ahora, a la espera de que el tiempo les ofrezca una tregua, los cuatro piensan en la mejor estrategia para afrontar el tramo comprendido entre los campos 2 y 3, el más delicado de la ruta francesa.