El GMHM, Grupo de Alta Montaña del Ejército Francés, se ha anotado la primera ascensión del pilar Este del Monte Augusta (4.289 m), en las Montañas Saint Elias (Yukon, Canadá). Sébastien Bohin, Sébastien Moatti, Sébastien Ratel y Manu Pellissier lo consiguieron el pasado 30 de mayo, después de tres intentos fallidos en una semana. Después de interesantes expediciones en Mali, Patagonia, Nueva Zelanda, Groenlandia, la Antártida y el Himalaya, el GMHM había centrado su atención este año en las canadienses Montañas Saint Elias y, en especial, en el Monte Logan (5.959 m), la segunda mayor cumbre de América del Norte después del McKinley. La zona tiene la particularidad de un mal tiempo proverbial a causa de la cercanía del océano Pacífico y de unas cumbres de gran prominencia, con desniveles entre campo base y cumbre superiores incluso a los del Everest. Una parte del equipo, formada por Lionel Albrieux, Marion Poitevin y Jacques-Olivier Marie, consiguió el objetivo principal de alcanzar la cima del Monte Logan, a través de la arista este, el 27 de mayo.
La crónica del Augusta
“Los tres intentos en menos de una semana nos dieron una experiencia que nos permitió sentirnos fuertes y hacer los reajustes necesarios”, señalan los protagonistas de la ascensión. Una travesía de 15 km sobre el glaciar permitió a los tres Séb y a Manu instalar su campo base en el mismo inicio de la arista, bajo un enorme bloque… “Dejando a parte que había que dormir con el casco puesto, el lugar era bastante confortable y con agua corriente a voluntad”, cuentan. La partida coincidió con la medianoche, y los alpinistas avanzaron con relativa rapidez, gracias a las señales de la anterior tentativa. “La roca era extremadamente mediocre, aunque la penumbra nos ahorra algunas visiones de horror”, aseguran. En menos de cuatro horas, alcanzan la pala de nieve que frustró el último intento, y progresan rápidamente por ella, en unas condiciones mucho mejores debido al frío de la madrugada. Una breve travesía por la vertiente norte les hizo ganar unas horas preciosas en su carrera contra el sol y sus efectos, en pleno amanecer. Con diez horas de escalada sobre sus espaldas y 1.400 metros de desnivel superados, los cuatro alpinistas deciden tomarse un respiro, montar las tiendas y aprovechar para rehidratarse y comer algo. Están a 3.400 metros de altitud, con 900 metros más de desnivel por delante.
Cumbre
Esos últimos 900 metros de desnivel, hasta alcanzar los 4.289 m de la cumbre del Monte Augusta, se los repartieron los cuatro a partes iguales. Tres horas después, se felicitaban en la cima, con una vista privilegiada sobre las montañas circundantes y el golfo de Alaska extendiéndose a sus pies. Una hora más tarde, volvían a estar en las tiendas, para pasar allí la noche y descender al día siguiente. El resumen de los protagonistas: “Hemos efectuado la quinta ascensión del Monte Augusta y la primera de su pilar este. Las dificultades encontradas se han estimado como TD para los 1.300 primeros metros, por roca de mala calidad y escarpadas palas de nieve; y AD para los 900 últimos metros”.