La temporada de otoño suele traer consigo algunas de las ascensiones más interesantes del alpinismo en estilo alpino a seismiles y sietemiles. Una de ellas acaba de llegar desde los confines de la región china de Sichuan. Concretamente del macizo del Daxue Shan, donde la figura piramidal del Mt. Grosvenor (6.376 m) se ha destacado en este milenio como terreno de juego para ascensiones relevantes.
Tras los pasos de la pantera de las nieve
Los últimos en ponerlo de manifiesto han sido los franceses Pierrick Fine, Étienne Journet y Jordi Noguere, que han abierto una nueva ruta en la cara oeste del Mt. Grosvenor. Su nueva creación lleva por nombre Tcheu c’te panthère y salva un desnivel de unos 1.300 metros con un grado global de ED y una dificultad máxima valorada como AI5+/6.
El nombre de la ruta fue inspirado por unas misteriosas huellas que el terceto decidió seguir para cruzar una morrena de regreso al campo base tras completar la fase de aclimatación. Unas trazas que parecían corresponder a un gran felino, que ellos supusieron que podía haberse tratado de la esquiva pantera de las nieves. El caso es que les condujo con seguridad hasta el CB.
Terreno mixto y dos vivacs
La meteorología no había sido nada benigna durante toda la expedición. Las previsiones auguraron de nuevo mal tiempo para los siguientes tres días, pero esta vez con la novedad de que lo seguiría un breve período de bonanza de 48 horas. Pierrick Fine, Étienne Journet y Jordi Noguere no quisieron dejar pasar esa oportunidad.
Ya habían realizado un depósito de material en la base de la pared oeste del Mt. Grosvenor. Con los últimos coletazos de la tormenta, regresaron a ese lugar para vivaquear y poder comenzar a escalar cuando el buen tiempo se instalase. Parecía iniciarse una carrera contrarreloj para subir y bajar antes de la llegada de la nueva tormenta.
El 23 de octubre se levantaban a las 4:00 horas de la madrugada y se metían en un couloir de nieve que les hizo ganar altura con rapidez y los llevó a la canal que habían apuntado como su objetivo. Los tramos más delicados coinciden con una sección de plaquage muy fino y difícil de proteger y con el paso de la estalactita, que Jordi Noguere supera en ensamble.
Alcanzaron la arista al anochecer y con un viento glacial que anticipaba la pronta llegada de la tormenta para el día siguiente. Buscaron un lugar donde tallar una pequeña repisa para instalar un vivac que sería breve.
A primera hora del día siguiente ya se lanzaban a por la cumbre. Solamente tuvieron que escalar un largo de nieve antes de llegar al sombrero somital. Una marcha lenta y titubeante los llevó finalmente a la cumbre, precedidos por poco por el viento, las nubes y la nieve.
Sin apenas visibilidad, se lanzaron rápidamente a por un descenso complicado que rozó la tragedia cuando Jordi Noguere sufrió una caída de unos seis o siete metros en una grieta, que lo dejó con un fuerte dolor en las costillas. Finalmente, consiguieron alcanzar la canal y varios rápeles sobre abalakov los llevaron hasta la tienda a los pies de la montaña. Tres horas después estaban en el campo base
Antecedentes en el Grosvenor
El Mt. Grosvenor fue ascebndido por primera vez en 2003, a cargo de los británicos Julie-Ann Clyma y Roger Payne por la arista oeste. Su cara noroeste atrajo en los años siguientes a varias cordadas, como la de Andy Cave y Mick Fowler, aunque fueron Kyle Dempster y Bruce Normand quienes se llevaron el gato al agua abriendo aquella vertiente en 2010.
J'ai pu comprendre toute le version en espagnol . Bravo pour l'exploit Grosses bises