El eslovaco Peter Hámor y los rumanos Horia Colibasanu y Marius Gane protagonizaron una de las expediciones más interesantes de la primavera de 2019 en los ochomiles. Realizaron su primer intento a la arista noroeste del Dhaulagiri, aunque no tuvieron ocasión de lanzar un ataque a cumbre propiamente dicho.
Este año, han decidido regresar a Nepal a por el mismo ambicioso objetivo. Para ello, sumarán al también eslovaco Michal Sabovcik al equipo. Él también cuenta ya con la cima del Dhaulagiri en su haber, que compartió con Peter Hámor en 2017. También Horia Colibasanu ha coronado anteriormente el Dhaulagiri (en 2007). Así pues, conocen bien la séptima montaña más alta del planeta, cuentan con la experiencia del año pasado en la ruta y con motivación renovada.
La expedición comienza bien pronto. Peter Hámor y Michal Sabovcik partieron del aeropuerto de Kosice el pasado domingo 8 de marzo.
“La expedición más dura de mi vida”
Durante el intento del año pasado, Peter Hámor, Horia Colibasanu y Marius Gane dedicaron una gran cantidad de esfuerzos y energías en escalar los primeros metros de la vía. Allí se encontraron con el primer gran obstáculo del recorrido, el pilar de roca de entrada a la arista. Lograron abrirlo escalando una chimenea con pasos desplomados y tramos de hielo, una sección cuya dificultad Peter Hámor estimó en un grado de V+, A1, M5 y que llevó a Horia Colibasanu a escribir en su blog que era la expedición más dura de toda su carrera, que cuenta con ocho ochomiles sin oxígeno.
Se vieron obligados a equipar ese durísimo tramo, en un régimen de un día de trabajo por uno de descanso, debido al terrible esfuerzo. Además, salieron magullados y con pequeñas heridas debido a la constante caída de rocas y trozos de hielo. A pesar de todo, lograron instalar su C1 a 5.200 m y su C2 a 5.600 m.
Una vez superada esa sección, tenían la intención de encarar el inicio de la arista en estilo alpino. No obstante, la meteorología no ofreció desde entonces una ventana lo suficientemente amplia como para pensar en cumbre y finalmente los expedicionarios tuvieron que regresar a casa con las manos vacías.
El plan vuelve a ser el mismo, que incluye un descenso por la ruta normal, completando la travesía del Dhaulagiri.
La última arista virgen de la montaña
El Dhaulagiri (8.167 m), conocido como la Montaña Blanca, tiene una característica forma piramidal, con aristas bien marcadas. De todas ellas, solamente permanece virgen la arista noroeste. De hecho, dos rutas que nacen respectivamente en la cara norte y en la cara oeste, enlazan con dicha arista a unos 7.600 metros y siguen por ella hasta la cumbre. Pero la arista noroeste no ha sido recorrida jamás de forma integral.
Se trata de un recorrido largo, de unos 7 km de longitud, y con uno de los desniveles más pronunciados del mundo: la escalada comienza en el Campamento Japonés (4.200 m), con lo que hay que salvar 4.000 metros de desnivel para llegar a la cumbre. El tramo más complicado de toda la ascensión se concentra al principio, donde se eleva un contrafuerte rocoso bastante empinado de 1.500 metros de desnivel.
La segunda parte de la ruta, entre los 5.500 m y los 7.600 m, es la aparentemente más sencilla. A partir de los 7.600 m, se eleva el relieve conocido como los Picos de la Catedral, última dificultad antes de alcanzar la cumbre.
A lo largo de la historia, varias expediciones se han fijado en la arista noroeste del Dhaulagiri, aunque solamente ha habido un intento sobre el terreno, aparte del del año pasado. Fue el protagonizado por Valery Babanov y Nikolay Totmyanin en 2008. Los rusos escalaron la primera parte del itinerario, antes de darse la vuelta a una altura de unos 4.900 m debido al mal tiempo, las grandes dificultades técnicas y la presencia de amenazantes seracs.
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