El ataque a la cumbre del Dhaulagiri que tenía la pasada noche y esta mañana su anunciado último capítulo ha ofrecido dos caras distintas. Por un lado, la del éxito de los italianos Mario Panzeri, Giampaolo Corona, Dawa Sherpa y dos checos, que han llegado a la cumbre que ha coronado a Panzeri como el tercer italiano con los catorce ochomiles sin oxígeno (tras Messner y Mondinelli). Por el otro, la de la retirada del resto de los expedicionarios, incluidos Òscar Cadiach y Miguel Ángel Pérez, que ya descansan en el campo base y se preparan para un nuevo intento.

Según el relato de los españoles, el intenso frío y un viento más fuerte de lo esperado (de unos 40-50 km/h en lugar de 10 km/h) han sido las principales razones de que hayan desistido en su tentativa. En principio, la idea era partir hacia las 20.30 horas de anoche (horario nepalí) desde el campo 3 (7.300 m), pero la presencia de ese viento más fuerte de lo previsto les hizo salir con retraso, hacia medianoche.
Al poco de empezar a ascender, se puso de manifiesto el otro problema, “que la ruta está muy precariamente equipada”, según comenta Miguel Ángel Pérez, quien constataba que “sobre todo a partir de 7.600 m, cuando tomas la travesía hacia la derecha. Allí hay bastantes palas de muchísima pendiente, casi 50º, muchas veces de nieve dura o peor, hielo negro con una capa de nieve polvo encima”.
Así las cosas, en el primer muro que se han encontrado, antes incluso de llegar a los 7.400 m, Miguel Ángel Pérez ha “visto claro que no no era realista ni el planteamiento ni el día y decidido darme la vuelta porque tenía muchísimo frío en los pues y no quería tener congelaciones”. Cuenta que, entre los 12 alpinistas que subían compartiendo una cuerda tardaron unas dos horas y media en superar los primeros 70 metros de desnivel. Vale la pena recordar que Pérez ya sufrió congelaciones en el Lhotse el año pasado, igual que el italiano Marco Confortola en el K2 (a él le costó algunas amputaciones), que ha sido uno de los primeros en seguir al leonés al abrigo del campo 3.
“Creo que he hecho bien”, continúa su relato Miguel Ángel Pérez, “porque en las tres o cuatro horas siguientes han ido viniendo casi todos, hablando de frío enorme, zonas expuestas con muchísima verticalidad y sin asegurar”. Òscar Cadiach ha sido uno de los últimos en darse la vuelta. Lo ha hecho a unos 7.600 m y ha llegado al C3 hacia las siete de la mañana, sin problemas de congelaciones.
Panzeri, Corona y Dawa en la cumbre
Según Miguel Ángel Pérez, Dawa Sherpa (con oxígeno) lideró a quienes decidieron continuar subiendo, los italianos Mario Panzeri y Giampaolo Corona (ambos sin oxígeno) y dos alpinistas checos. Según información recibida una vez regresados al campo base (4.600 m), al menos los tres primeros habrían hecho cumbre hacia las seis de la tarde. Ante ellos, un descenso peligroso en la más absoluta oscuridad.
Un día por detrás de todos ellos, subía la brasileña afincada en Estados Unidos, Cleo Weidlich, con oxígeno y dos sherpas, que intentará la cumbre mañana día 18.
Antes de acostarse para descansar en el campo base, Miguel Ángel Pérez y Óscar Cadiach se han planteado la posibilidad de realizar un nuevo ataque a la cumbre del Dhaulagiri en un par de días. De momento, estudiarán las previsiones meteorológicas de mañana y escucharán atentamente el relato que hagan los alpinistas de cumbre sobre el estado de la parte alta de la montaña antes de tomar una decisión.